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-Hola. - hablo con un toque de tímida, raro de él.

-Hola... ¿no se supone que debes estar en clase?

-Salí, quise venir contigo. - se encogió de hombros acercándose a ella.

-Oh... ya estoy mejor. - dijo sin sonar muy convencida.

-No te has cambiado Kitten.

-Cierto.

- ¿Quieres que salga...?

-No. Está bien.

Tomo ropa cómoda y dejo caer la bata de baño al suelo, se escuchó como Harry soltó un gruñido al ver las marcas en la pálida piel de Kath.

-Te juro que lo matare. - susurro mientras se conducía hasta ella. Paso suavemente sus dedos sobre sus hombros y espalda, provocando relajantes caricias. - Ahora regreso, no te muevas. - salió corriendo de la habitación para ir por una pomada que usa Luke para las heridas que le causa el practicar futbol, regreso con el embace en sus manos y se sentó en la cama. - Ven, ponte boca abajo. - palmeo sus piernas, tímidamente se comenzó a acercar y se colocó encima de sus piernas, unto suavemente la pomada por sus hombros y espalda, también en sus brazos poniéndola con una delicadeza como si temiera a quebrarla, termino colocado de dicha pomada en los glúteos amoratados, al terminar, Katherine se levantó y se vio al espejo examinando su cuerpo dañado, había marcas por todos lados y de diferentes colores, rojas, amarillentas, verdes y moradas, una pequeña lagrima recorrió la mejilla de la pálida piel de la chica, se dio media vuelta, ya no quería ver más esa imagen, le dio la espalda al espejo y vio a Harry con otra ropa en sus manos.

- ¿Y esa ropa? - cuestionó confusa con su dulce voz.

- ¿Quieres salir a dar un paseo? - probablemente nos sería la mejor de las ideas, pero el hecho de pasar lo que resta del día encerrada en una habitación recordando algo que podía afectarle psicológicamente tampoco era una buena idea, pero valdría la pena intentarlo.

- ¿A dónde?

-A donde tú quieras.

- ¿Podemos ir por un helado? - eso, sin duda alguna, la pondría de buen humor, siempre la pone mejor comer helado.

-Claro.

Se cambio de ropa con ayuda de Harry, el hecho de que ellas se encontraba desnuda y que Harry la observase no la ponía incomoda ni nerviosa, al contrario, se sentía protegida porque en los ojos color olivo de Harry Styles no expresaban morbo ni vulgaridad, solo la observaba como si estuviera analizando una obra de arte y eso a ella le encantaba. Él le encantaba.

Al llegar a la heladería los dos eligieron sabores diferentes.

- ¿De qué sabor quieres tu nieve?

-De coco.

Inconscientemente sonrió de lado recordando que así es como huele, su aroma, su cabello, su esencia... huele a coco. Le dio su nieve y ella se fue a sentar a una silla donde sus pies colgaban y los meneaba con ternura. Al terminar de comer su nieve fueron al centro comercial y la mirada de Katherine se posos en un hermoso vestido que se encontraba en una vitrina fuera de la tienda, miro el precio y todas sus ilusiones de tenerlo se esfumaron, Harry se dio cuenta que le había gustado ese vestido y estaba dispuesto a pagar lo que costara.

- ¿Te gustó?

-S'si.

-Ve a medírtelo.

- ¿En serio? - su rostro se iluminó de alegría con una sonrisa pintada en su rostro.

-Claro, vamos. - el tomo de la mano y juntos se adentraron a la tienda. Pidieron la talla de la joven y ella se metió en uno de los vestidores, Harry se sentó en un sillón en frente de los vestidores y estuvo checando su móvil contestando mensajes sobre su trabajo que no se dio cuenta cuando Katherine salió, carraspeo para llamar la atención y cuando el alzó su vista a verla quedo boquiabierta.

Baby GirlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora