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- ¿Por qué debería de hacerlo? Después de haberme dejado plantada en la salida.

-No te deje plantada.

-Ah ¿no? Y ¿Cómo es que vas a explicar que me dejaste esperándote por horas después de haber dicho que irías por mí?

-Pero ¿qué te pasa Katherine? Tu no sueles reclamar las cosas.

-Lo sé - contestó soltando un suspiro. -, pero estoy cansada de quedarme callada, de no decirle nada a mi madre y a mi padre de su ausencia y me he desquitado contigo, lo siento.

-No, yo lo siento, yo suelo cumplir con mi palabra, pero al igual que tú, me he estado desquitando con mucha gente últimamente y no quiero que tu formes parte de ello, sé que te debo una explicación y me gustaría que me escucharás, déjame pasar, por favor. - dijo casi suplicando y Katherine sin poder contenerse lo dejó entrar, se sentaron uno en cada extremo del pequeño sillón guardando distancia.

-Y bien... ¿cuál es tu excusa?

-No es una excusa.

-Bien, lo que sea, dime, o seguiré enojada contigo. - decretó seguido de un mohín.

-Vale, pero quita esa expresión de esa hermosa cara. - galanteó a Kath con una caricia en su mejilla.

-Basta, quiero enojarme contigo y ¡no me dejas! - alegó entrelazando su mano con la de él y una sonrisa se dibujó en ambos rostros. - Bien, continua con lo que me ibas a decir.

-Ah sí... - una pelea interna intervino en la cabeza de Harry, entre decir la verdad o mentirle, «¡Ya basta!» pensó el joven, basta de mentiras y engaños, toda su vida se basa en engaños y lo único bueno, lo único sano y benefició que el destino a puesto en su camino como para echarlo a perder con sus estúpidas decisiones, era hora de esforzarse, aunque le cueste. - después de haberte dicho de vernos en la salida no fui a clases, me llamarón y tuve que salir, no estaba en mis planes que ese contratiempo se extendiera, pero así fue, problema tras problema, el enojo me cegó... herí a un hombre. - la expresión de asombro en Katherine hizo reír a Harry. - Nada grave – «la muñeca rota, nada más.» -, me conozco y sé que si hubiese llegado de esa manera no hubiera salido nada bien, por miedo a lastimarte decidí abandonarte.

-Oh no... sé que tú no me lastimarías jamás. Harry, me hubieras llamado y no me hubiese ido con un mal sabor de boca, nunca más supongas cosas que a lo mejor y ni van a pasar, probablemente yo calmaría a Hulk y haría volver al Bruce Banner.

-Claro. - se acercó más a ella pasando su brazo alrededor de sus hombros.

-Estas perdonado.

-Creo que tú debes de darme algo.

- ¿Un beso?

-Sabes que me encantaría, pero eso no es.

-Bien, está en mi recamara. - se levantó del sillón en camino hacia las escaleras. - ¿Qué haces?

-Acompañarte.

-No, tú te quedas.

-Ay vamos, no haré nada malo.

-Heriste a un hombre.

-No hare nada, lo prometo. - resignada continuó caminando.

-Bueno, con eso que me dejaste plantada, no sé qué creer. - burlona meneo sus caderas sabiendo que Harry las miraba al ir tras de ella en las escaleras.

-Katherine...

-Ya... - abrió la puerta de su habitación y pretendiendo que lo buscaba le indico a Harry que se sentará en la cama, Kath sabía perfectamente donde estaba. - Cierra los ojos. - le indicó.

Baby GirlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora