Baby Girl

32

Después de un gran lapso de estar abrazados sin necesidad de decir algo más salieron al balcón a contemplar la noche en Berlín. Harry sacó un cigarrillo de su saco y lo colocó en sus labios, cuando estuvo a punto de prenderlo Katherine lo detuvo negando con la cabeza.

-Kath... puedo dejar todo lo que tú me digas, pero el cigarrillo no, es lo único que te pido.

-Bien. - acaricio su mejilla para posteriormente recargarse en su hombro, Harry soltó un quejido. - Lo siento. Lo olvidé.

-No pasa nada, ven aquí. - la rodeo con su brazo para que se recargara en su pecho, podía escuchar el latido de su corazón y sentir el inflar de su pecho al respirar. - ¿Recuerdas sobre mis pesadillas?

-Si.

-La mayoría son de la niña.

- ¿Cómo se llamaba?

-Luna. No estoy muy seguro de que haya muerto, se de lo que es capaz Robin, pero muy en el fondo sé que ella está bien... o eso quiero creer.

-Viva o no, ella está en un lugar mejor. - acarició su torso brindándole tranquilidad.

Harry tenía una lucha interior entre contarle todo o guardárselo para esperar el momento perfecto, pero no había momento más perfecto que ese, su amada recargada en él a la luz de la luna observando las luces de la bella ciudad en la oscuridad de la noche.

-Quiero contarte todo, quiero que sepas todo.

-Hazlo. Cuando estés listo, no hay prisa. - se incorporó para verle el rostro. - Te esperaré. - Harry corto la distancia en un beso, tiró la colilla del cigarrillo y paso sus manos a la espalda de Katherine alzándola en el aire para que se sentara en su regazo, Kath pasó sus manos por su cuello entrelazándolas detrás de su nuca jalando levemente sus rizos. - Siento que te amo. - Soltó pensando en voz alta, esas palabras le tomaron de sorpresa a los dos, Kath se separó efusivamente, con los ojos abiertos, una reacción que Harry no esperaba. Tenían una respiración agitada y no tanto por la posición en la que estaban si no por la situación de las palabras. - Lo siento yo... - retiró a Kath de su regazo colocándola en el asiento del balcón, él se levantó caminando a la orilla del balcón pasando sus manos por su cabeza.

Kath se paró y se acercó a Harry posándose frente a él, de puntillas pasó sus frías manos por su mejilla obligándolo a verla a los ojos.

-Yo también siento que te amo. - el brillo en sus verdes ojos se iluminó, jamás pensó que encontraría una persona que dijera y sintiera eso hacía él. - Vamos a darle tiempo al tiempo, ¿okay?

-Claro. Vayamos adentró, está haciendo demasiado frío.

-Si quería decírtelo, me estoy congelando. - rio

-Me di cuenta. - agarró sus manos y las puso frente a su boca soplando para darle calor. Entraron a la habitación y Harry se sentó en la cama colocando a Kath entre sus piernas acariciando sus delgados muslos llevando una de sus manos hasta su cuello agarrando uno de sus mechones y colocarlo detrás de su oreja. - Eres hermosa. - Kath se sonrojo y cubrió su rostro con sus manos, Harry las quitó e hizo que se acercara para besar cada parte de su imagen, besó sus mejillas, nariz, barbilla, frente, sus parpados para terminar en sus dulces labios. Con sus manos en su cintura y las de Kath en su cuello. - Siéntate aquí. -le indició en sus piernas y se sentó en ellas. Volvió a juntar sus labios entre caricias quitó el gran suéter que traía puesto, podía apostar que era de Luke, beso su cuello dejando tenues marcas, por encima de su blusa, quitó está dejando su torso casi desnudo, por otra parte, Kath le quitó su saco de vestir mientras él se concentraba en la loma de sus pechos, la joven empujo de Harry haciendo que se recostara en la cama, la cara de sorprendido y la sonrisa de Harry hizo que Kath soltara una risilla.