The Liar Wolf [Teen Wolf]

III

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LAS ELIMINATORIAS HABÍAN COMENZADO. MI AMIGO ESTABA PREPARANDO SU UNIFORME, y cuando noté la mirada de la chica Argent sobre él me acerqué y pasé mis brazos por su cuello. Nunca había tenido que pelear por la atención de Scott, él nunca había puesto a nadie por encima de mí y me aterraba pensar en qué pasaría luego si lo hacía.

¿Cómo enfrentaría su rechazo?

Pero Scott no me rechazó. Me dio una sonrisa, y yo se la devolví al oler sus nervios.

Sabía que era peligroso que juegue. Era un novato y podía descontrolarse y herir a alguien pero se veía demasiado feliz como para arruinarle eso.

—¿Puedo darte un beso de buena suerte? —susurré. Él puso sus manos en mi cintura y se sonrojó. Tomé eso como un sí y cuando apenas nuestros labios se tocaron fuimos interrumpidos.

—¡McCall! ¡Deja a tu novia y trae tu trasero a la cancha! —nos gritó el entrenador.

Solté una risa, divertida, y tomé a Scott de la mejilla para dejarle un beso rápido antes de irme corriendo a las gradas.

El partido empezó y Scott fue el protagonista de todo, anotando puntos, dando volteretas y no sé qué cosas. Luego de unas palabras, Bobby finalmente nombró titular a Scott. Todos festejaron por él menos Stilinski, pero yo no le di importancia y fui hacia Scott, quien aún estaba sorprendido. Le saqué el casco y lo tomé de las mejillas para luego darle un beso el cual él correspondió feliz abrazándome por la cintura.

—Felicidades, Scotty —dije contra sus labios. Él sonrió—. Nadie se lo merece más que tú.

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—MIRA, ODIO LLAMARTE, PERO TIENES QUE AYUDARME —alcé las cejas al ver la habitación de Stiles llena de hojas regadas por el suelo y la cama.

Tiré las hojas de la cama y me senté, mirando al chico y esperando a que diga lo que sea que vaya a decirme.

Él comenzó a mostrarme y hablarme sobre la licantropía. Yo lo miraba atenta escuchando todo la información que Stiles había conseguido. No era mucha y no era del todo cierta, pero era más de lo que esperaba que un humano consiguiera. Finamente me cansé e hice que deje de hablar.

—Esperaremos a Scott y seguiré con todo lo que leí e investigué —rodé los ojos y asentí.

Agarré papeles que estaban en el piso y comencé a leer, pero eran cosas estúpidas y sin sentido, así que tiré al piso todo otra vez.

A los cinco minutos Scott llegó y Stiles empezó a hablar rápidamente sobre todo lo que investigó.

—Estuve leyendo toda la noche. Libros, sitios web, enciclopedias —empezó. Rodé los ojos.