- ¡Adiós! Un beso, y voy a descender...
- ¡Necesito saber de ti todos los días, cada hora!... ¡Porque en un minuto hay muchos días! ¡Según esta cuenta, habré envejecido antes de que vuelva a ver a mi Romeo!
- ¡Adiós!... ¡No perderé ocasión de enviarte mis recuerdos!
- ¿Volveremos a vernos algún día?
- ¡Sí! Y estas penas de ahora serán tema de dulces conversaciones en los días futuros... ¡Adiós, Julieta! ¡Adiós!
A estas alturas, ya están todas las chicas llorando; menos mis amigas y yo, claro. Pero si aún no se ha muerto ninguno de los dos, ¿para qué tanta lágrima? Bueno sí, han muerto el amigo de Romeo y el primo de Julieta, ¿no? Espera, creo que me he perdido.
Si Eloy no me estuviera hablando por Instagram, podría ver la película tranquila. Maldita Denis, repartiendo mi usuario a todo el mundo.
- ¿Sabes qué estaría bien? Que me dieras tu número de teléfono. Esto me va fatal. Además, WhatsApp es más cómodo, ¿no crees?
- Si me pilla la profesora con el móvil, estoy jodida. O sea, ¿me la estoy jugando por ti y tú sólo piensas en pedirme el número de teléfono?
- Que romántica, te estás jugando el pellejo por mí.
- Si quisiera podría bloquearte por acoso.
- Si quisieras, pero no quieres. Y lo sabes.
Bloquearte no, pero centrarme en la película sí. Guardo el móvil en mi mochila, que se encuentra sobre la mesa, e intento atender. Seguro que después de esto nos pone un examen sobre Romeo y Julieta. Dios, como odio a esta profesora.
- Pss, ¡(tn)! -alguien susurra.
Me giro y veo a Denis mirándome. Sí, nos han cambiado de sitio, hablamos demasiado. Pero claro, sólo en literatura. Maldita profesora. Yo sigo en la última fila, pero ella está en la fila de al lado, dos asientos más a delante.
Pero eso no impedirá que hablemos. Eso es imposible.
- ¿Qué? -susurro, imitándola.
- ¡Pillalo!
Y me lanza un papelito. Típico.
"Tía, Eloy me está hablando por Direct pidiéndome tu número de teléfono. Lo siento si te molesta, pero se lo he dado. Te quiero bichito lindo.
Denis.xx"
La mato. Yo la mato. Un día de estos la tiro por la ventana.
Vuelve a girarse, esta vez sonriendo inocentemente. Mi mirada le hace saber que la odio en este momento más que a nadie, pero ella es feliz. Vuelve a concentrarse en la película, mientras yo noto una vibración bajo mis manos, posicionadas sobre la mochila.
Mierda.
Saco el móvil despacio, mirando a la profesora por si se da cuenta. Lo coloco sobre mis piernas, bajo la mesa, y lo desbloqueo. Mientras tanto, la lucecita azul no para de iluminarse. Un mensaje de WhatsApp.
- Ratona ❤
¿Se puede saber cómo lo hace? No puedo evitar sonreír.
- Acosador.
- Preciosa.
- Sólo para ti, y tan solo conociéndome de dos días.
- Tienes ese "no se qué" que me encanta.
- Deja de buscar frases en Google, gracias.
- Es que tienen tantísima razón.
- ¿En serio las estás buscando?
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El beso
Teen FictionDe repente, noto una mano en mi trasero y, evidentemente, me giro de forma brusca. - ¿Se puede saber que coño haces, imbécil? Como era de esperar, le planto un tortazo en la cara. Si antes lo pienso, antes lo hago -me río mentalmente. Sus amigos, qu...