Capítulo 19

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- ¿¡Pero se puede saber qué haces, gilipollas!? - grita Eloy mientras me bajo rápidamente del lavabo, colocando bien mi vestido.

- Lo siento, tío. No puedo más.

Acto seguido, el rubio que nos acaba de interrumpir se agacha para vomitar en el WC.

- Ya está bien. Fuera de mi puta casa.

Eloy, furioso, agarra de la camiseta al chaval y lo saca casi a rastras del baño. Del salto me he mareado un poco y necesito unos segundos para serenarme. ¿Qué cojones acaba de pasar? ¿He estado a punto de enrollarme con Eloy? Creo que algo dentro de mí no se arrepiente. Es más, maldigo el momento en el que Eloy no pensó en echar el cerrojo del baño.

Decido salir fuera, tampoco voy a estar toda la noche en el baño mirando mi reflejo en el espejo. Tras atravesar varios grupos de personas, oigo mi nombre mezclado con el sonido de la música. Con los ojos entrecerrados a causa del alcohol, veo a Samuel. Parece que está con sus amigos.

- ¡Pero bueno! De no vernos en una eternidad nos vamos a ver ahora todo el rato - dice risueño.

Estamos en una fiesta, solo tengo ganas de divertirme, y Sam me ha alegrado la noche con su sorpresa. Me acerco a él y comienzo a bailar. Todos sus amigos nos miran extrañados y risueños al mismo tiempo. Nuestros cuerpos se acercan cada vez más, Sam acaricia mi pelo y de vez en cuando da pequeños tirones. El cosquilleo en mi vientre no desaparece. ¿Será culpa de Eloy? ¿O tal vez el regreso de Sam ha causado esto?

En uno de sus pequeños tirones de pelo, Samuel gira mi cabeza de manera que nuestros rostros quedan a escasos dos centímetros. Veo como sus ojos se entrecierran y poco a poco la distancia se acorta. En un pequeño flash, la imagen de Eloy aparece en mi mente. ¿Culpabilidad?

Intento separarme de Sam, pero este me atrae más a él. Mi nerviosismo aumenta cuando de repente observo a mi alrededor chicos desconocidos acorralandome, y un chico al que hace casi un año que no veo me presiona para regalarle un beso que no estoy dispuesta a darle.

- Sam -una risa nerviosa escapa de mis labios mientras pongo mis manos en su pecho intentando separar nuestros cuerpos- creo que debería buscar a mis amigos.

- Vamos, (tn). Estas borracha y yo también. Vamos a pasarlo bien.

- No me encuentro bien, Samuel.

- No me hagas quedar mal frente a mis amigos... - susurra en mi oído y acto seguido muerde el lóbulo de mi oreja. Cerca de parecer algo sensual, convierte ese acto en algo horrible. Un grito sale de mi garganta y los nervios se hacen más fuertes, tanto que mi estado de embriaguez disminuye por completo. Este no es el chico al que conocí aquel verano.

Todo ocurre muy rápido. De repente Sam esta en el suelo con abundante sangre saliendo de su nariz, mientras que los amigos de éste van a socorrerlo.

- ¡La próxima vez, piénsatelo dos veces antes de tocar a mi chica!

- ¿Eloy? ¡Pero qué haces! ¡Le has partido la nariz, animal!

- ¡Estaba tratando de besarte a la fuerza! ¿¡Crees que estoy ciego!?

- ¡Eres un bestia! - digo mientras me agacho para ver el estado de Samuel.

- ¡Aléjate de mí, zorra!

- ¿Perdona? - mi estado de shock en estos momentos es más que evidente.

- ¿Tienes novio y vienes a guarrear conmigo? ¡Qué clase de tipa eres!

- Samuel, te estás pasando.

- ¡Aléjate de mi, estúpida! Y en cuanto a ti... - se levanta y de golpe le planta cara a Eloy, el cual observa la escena cada vez más furioso - ¡Esto no se va a quedar así!

El besoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora