Capítulo 22

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El tremendo frío que entra por la ventana logra que me despierte. Se ha abierto a causa del viento y cientos de gotas se cuelan en la habitación. Día de tormenta, genial. Me levanto apresurada a cerrar la ventana y un trueno consigue asustarme. Doy un salto hacia atrás y me doy la vuelta con la esperanza de que Eloy no se haya despertado. La habitacion se torna blanca por un segundo a causa de un relámpago.

Entonces, me doy cuenta de que mi vejiga va a explotar. Mierda.

Salgo precipitada en busca del baño, no recuerdo muy bien dónde estaba. Para mi suerte, el apartamento no es enorme y logro encontrarlo con facilidad. ¡Qué asco! El tipo que vomitó interrumpiendonos a Eloy y a mí debió apuntar mal y lo echo casi todo fuera. ¿Dónde mierda voy a hacer mis necesidades?

Vuelvo a salir del baño sujetando mi vientre con las manos. Al final del pasillo veo una sombra. Puede que sólo sea una puerta o un mueble. Pero un nuevo relámpago hace que vea la silueta de una persona. Un grito sale de mi garganta como acto reflejo.

- ¡(Tn), no grites tanto! ¡Soy yo! - al aproximarse, rápidamente adivino que se trata de Jason.

- Oh, gracias a Dios. Necesito tu ayuda.

- ¿Qué ocurre?

- No aguanto más - Jason no parece comprenderme, pero en cuando baja la mirada a mis manos se da cuenta de mi problema.

- Tienes el baño a tu lado, a la derecha.

- Ya lo sé, tonto. Anoche alguien vomitó y está asqueroso.

- ¿Y cómo quieres que te ayude?

- No lo sé, pero si no averiguo pronto la manera en la que usar el baño voy a tener un accidente.

- ¿Se puede saber qué ocurre? - susurra Sophia al final del pasillo.

- Sophia, ven. Esto es cosa de chicas.

Jason se aleja de mí hasta su novia y le da un corto beso. Sophia avanza por el pasillo y cuando está en frente mía le cuento mi problema.

- Ven, te sujeto la mano para que no te apoyes en la taza del WC.

- ¡Pero me da asco!

- ¿Prefieres eso, o hacerlo fuera?

Con su ayuda ponemos papel higiénico sobre la taza y, entre maniobras, consigo vaciar mi vejiga sin ningún percance. Al salir encontramos a Dai y Denis mirándonos risueñas.

- Jason nos lo ha contado.

- No sé hacer pis sin sentarme, ¿vale?

Mis amigas se ríen y decidimos caminar hasta el salón, donde se encuentra Jason viendo la tele.

- Está casa está hecha un asco.

- No pensarás que limpie yo. No es mi casa.

- Dai, te han invitado a dormir. No seas tan cómoda. Si los chicos nos piden ayuda se la daremos.

- Opino como Denis. Por cierto, ¿qué hora es?

- ¡Ay, mi madre! Son casi las tres de la tarde.

- ¿Mike, Eloy y Shawn siguen durmiendo? - pregunta Jason sorprendido.

- Mi ventana se abrió de golpe, tuve que cerrarla, un trueno me asustó, salí corriendo de la habitación para hacer pis... Y después de todo eso Eloy no se ha movido de su sitio. Puede que haya entrado en coma.

- ¡No digas eso, (tn)! Qué tal si vais a despertarlos mientras Jason y yo preparamos algo para comer.

- ¿Preparar comida? Mi amor, ¿de verdad tienes fuerzas para eso? Porque yo no.

- También podemos pedir pizzas. Lo pagaremos entre nosotros cinco como agradecimiento por dejarnos pasar la noche.

- Bien pensado, Dai.

- Pero deberíamos despertarlos antes de pedirlas para saber cuál quieren ellos.

- Tengo una idea.

Sacamos a Jason al rellano del edificio para simular una inspección de Policía. En cuanto cerramos la puerta, empieza a timbrar con insistencia. Al ver que ninguno se levanta, vamos corriendo a la primera habitación: la de Shawn.

- ¡Shawn! ¡Shawn, despierta!

- Déjame un rato más. Espera, ¿quién está llamando a la puerta?

- Es lo que intentábamos decirte. ¡Es la Policía!

De un brinco ya está dando vueltas por la habitación, nervioso.

- ¿Y los demás? ¿Los habéis avisado?

- Aún no.

En ese momento Shawn sale escopetado de la habitación abriendo de golpe la puerta de Eloy.

- ¡Tío, despierta! ¡La poli!

- Pero que dices, capullo. Sal de mi puta habitación - dice tirándole un cojín a la cara a Shawn.

- ¡Que te despiertes, gilipollas! - vuelve a sonar el timbre - ¡La puta policía está tocando a la puerta!

Los ojos de Eloy se abren de golpe. Mis amigas y yo observamos la escena desde el marco de la puerta intentando por todos los medios aguantar la risa. Shawn va corriendo de nuevo a despertar a Mike, que sigue durmiendo. Cuando Eloy pasa por delante nuestra se nos queda mirando con cara de pocos amigos. ¿Nos ha pillado? Se acerca a mí señalándome con el dedo, entrecerrando los ojos.

- Como esto sea una bromita tuya, te vas a acordar de mí.

- Tranquilo, fiera. El que se va a acordar de este día eres tú con semejante multa que os van a poner por escándalo.

Cuando está a punto de contestarme, Mike sale corriendo de su habitación seguido por Shawn. La cara de terror que tienen en este momento es de película. Tras la insistencia del timbre, el nerviosismo aumenta entre ellos. Caminan lentamente hasta la puerta. Cuando Mike se dispone a abrir la puerta, Eloy pregunta.

- Oye, ¿y Jason?

- ¡Sorpresa! - gritamos los cinco ante la mirada confusa de los chicos.

- ¿Y la policía?

Las carcajadas no tardan en salir sin poder frenarlas. La cara de los tres es un poema. Mike y Shawn aún están confusos, pero Eloy no para de mirarme. Siento su mirada en mí.

- Te lo advertí. Te vas a acordar de mí.

- ¡Chicos, chicos! Ha sido por una buena causa, creedme.

- Espero que sea muy buena - refunfuña Mike.

- Estaba soñando con De... ¡Con una cosa muy buena! Y me habéis jodido el sueño - Shawn comienza a ponerse colorado. Te hemos pillado amigo.

- Hemos decidido invitaros a pizza. Por lo buenos anfitriones que sois.

- Qué bien, pizza para desayunar.

- Eloy, son las tres de la tarde.

- Tú cállate. Ya pensaré mi venganza - me amenaza.

- ¿A que te quedas sin pizza?

- Bueno, ¿de qué os gusta?

- ¡Barbacoa!

- ¡Carbonara!

- La boloñesa está muy buena, ¿verdad, (tn)?

- Podemos pedir cuatro familiares. Somos 8, creo que estará bien.

- ¿No crees que te has pasado, Dai?

- ¿Alguien tiene poca hambre? - nadie contesta. - Eso creía. Cuatro familiares entonces. Barbacoa, cuatro quesos, carbonara y boloñesa.

Mientras Dai pide por teléfono las pizzas, los demás recogemos un poco el desastre que se formó anoche en el apartamento. Vasos por el suelo, charcos de alcohol, restos de confeti. Yo, mientras, decido hacer las camas. Cuando termino en la habitación de Shawn, camino hasta la de Eloy. Una vez dentro, la puerta se cierra de golpe a mis espaldas.

Eloy.

El besoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora