Me levanto corriendo y temblando a abrazarlo con fuerza. Estoy en pleno ataque de ansiedad.
- ¡(Tn, por Dios! Estás temblando, ¿qué ha ocurrido?
- Odio la oscuridad, no sé por qué tuve que cerrar la maldita puerta con llave.
- Te tiembla hasta la voz, ratona. Ven, vamos a mi habitación hasta que los chicos solucionen el tema de la luz.
En ese instante suena un ruido y la luz vuelve de golpe. Todos los electrodomésticos comienzan a funcionar con normalidad y la luz del infernal baño se enciende de nuevo.
- ¿Lo ves? No había nada dentro del baño.
- No soy una niña pequeña, Eloy. Ya sé que no había nada dentro del baño. Es sólo que... No lo entenderías.
- Intenta explicármelo.
- ¡(Tn)! ¿Estás bien? Shawn me contó que te había escuchado gritar como loca - me pregunta Denis, que se acerca rápidamente junto con las demás chicas.
- ¡Denis! -corro a abrazarla- Ha sido horrible. Entré al baño para ducharme y cerré con llave por dentro. No sé por qué mierda lo hice. Todo estaba oscuro y no paraba de escuchar... Ya sabes -digo esto último en un susurro, vergonzosa.
- Ya, mi niña, lo sé. Menos mal que estaba ahí tu héroe para abrirte -dice, acariciándome la cabeza e intentando hacerme sonreír.
- ¿Se puede saber qué ha pasado? - aparecen entonces Shawn y Mike.
- Nada que no se haya solucionado ya. Vamos a ver qué tenéis para beber en la nevera. Supongo que algún refresco habrá sobrevivido a la masacre de anoche -propone Dai, entre risas.
Tras besar mi frente, Denis disuelve nuestro abrazo y se va junto con los demás recorriendo el pasillo hasta la cocina. Yo me quedo parada. Quiero explicarle a Eloy lo que acaba de suceder, pero me dolería mucho si se riera de mí o algo por el estilo.
Y entre mis pensamientos, ahí lo veo. Con los brazos cruzados por delante de su pecho, analizándome. Agacho la cabeza, vergonzosa, y comienzo a jugar con mis dedos.
- ¿Estás mejor? - me pregunta, con una mezcla entre curiosidad y preocupación.
- Creo que sí. Gracias por abrirme la puerta.
- ¿Pensabas que te iba a dejar ahí dentro mientras escuchaba cómo llorabas?
- No he dicho eso.
- Ya lo sé, tonta. Anda, ven - dice mientras se acerca a mí, cogiéndome por los hombros y pegando mi cuerpo al suyo para formar un abrazo- Si no me quieres contar lo que te ha pasado, lo entiendo. Es muy pronto para tener confianza. Cuando sientas que puedes confiar en mí al cien por cien, aquí estaré para ayudarte.
- No es eso, Eloy... Para mí es algo muy delicado. No me gustaría que te lo tomaras a risa o algo así.
- Si ese problema ha conseguido que tengas un ataque de ansiedad, no es algo para bromear, ¿no crees?
Entonces, lo miro a los ojos y comprendo que no tengo que desconfiar de él. Al menos no en este aspecto. Apoyo mi cabeza en su pecho y aumento la intensidad de nuestro abrazo. Me separo un poco y, cogiéndolo de la mano, lo guío hasta su habitación. Cierro la puerta y los dos nos sentamos en el borde de la cama.
- No sé por dónde empezar... Aunque, bueno. Ya conoces la historia. ¿Recuerdas que te conté que mi padre maltrataba a mi madre?
- Como para olvidarlo... -dice, agachando la cabeza.
- Bien, pues... La razón por la que mi madre decidió huir conmigo para salvarme de mi padre, no fue exactamente la que te dije -levanta su cabeza para observarme atentamente, yo respiro profundamente- Una noche, escuché desde mi habitación cómo peleaban mis padres. Ya era normal en mi casa. Yo tendría diez años u once, aproximadamente. Pero entre los gritos, escuché una amenaza que nunca había salido de la boca de mi padre. Dijo algo así como que si mi madre decía algo a la policía sobre lo que estaba ocurriendo en casa, conseguiría que yo dejara de ser una niña -los ojos de Eloy se abren por completo, llevando sus manos a la boca a modo de asombro- Yo en ese momento no lo comprendí, pero mi madre decidió que ese día sacaría valor para defenderme. Escuché un gran estruendo y acto seguido el llanto desconsolado de mi madre. Desde mi cama se podían escuchar las fuertes pisadas de mi padre atravesando el pasillo hasta mi habitación. Abrió la puerta de una patada. El olor a alcohol se podía distinguir a leguas. Se acercó rápidamente a mí y... -para ese momento, ya no puedo controlar mi llanto. Eloy me abraza con fuerza, dejando un beso sobre mi cabello.
- Tranquila, (tn). Si no puedes continuar, lo comprendo.
- No, no consiguió hacerme nada. Tiró bruscamente de mis sábanas y se colocó encima de mí. Antes de que pudiera hacer nada, cayó desplomado sobre mi cuerpo tembloroso. Mi madre había conseguido dejarlo inconsciente al golpearlo con la lámpara de mi mesita de noche. Con su ayuda conseguí liberarme del peso de mi padre y salimos corriendo, camino a casa de mi abuela.
- Jamás imaginé que habrías pasado por algo así. Lo siento muchísimo, ratona.
- Le tengo pánico a la oscuridad. Cada vez que me quedo sola siendo de noche algo dentro de mí hace que mis alarmas se activen. Siempre duermo con una luz encendida. Cuando se fue la luz no paraban de venir recuerdos a mi mente de esa noche. Lo siento si te parece ridículo, pero realmente llego a escuchar las voces de aquella noche. Es algo que no puedo controlar.
- No sé qué decir. Es terrible que siendo tan pequeña hayas pasado por todo eso.
- Lo peor de todo fue volver a ver a mis padres juntos. Desde ahí algo dentro de mí cambió. Quiero mucho a mi madre, pero no puedo evitar pensar cosas horribles de ella. No logro comprender cómo una madre puede hacer algo así.
- Es realmente increíble. Yo no soy nada tuyo y si llego a ver algo así, aunque sea una tercera parte de lo que pasó... No sé cómo podría llegar a reaccionar. No entiendo como una madre puede tener tan poquísimo amor propio.
- Por lo que sé de ti, tienes una personalidad muy distinta de la de mi madre -digo, sonriendo sin ganas - Y eso me gusta. Me siento muy segura teniéndote a mi lado.
- Puedes estar tranquila. No te volverá a pasar nada malo si yo puedo evitarlo.
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El beso
Teen FictionDe repente, noto una mano en mi trasero y, evidentemente, me giro de forma brusca. - ¿Se puede saber que coño haces, imbécil? Como era de esperar, le planto un tortazo en la cara. Si antes lo pienso, antes lo hago -me río mentalmente. Sus amigos, qu...