—¡Marinette! ¡Marinette, despierta!
Chat Noir estaba arrodillado, sosteniendo a la chica entre sus brazos. Gracias al mensaje con la ubicación, logró llegar al callejón y vio cómo Matt la tenía por el cuello. Con un rápido movimiento lo apartó de ella, dándole al pelinegro un par de golpes en el rostro y otro en el estómago para que no pudiera moverse. Luego se sacó el cinturón y amarró las manos del chico a un poste para que no se escapara. Después de todo eso, pudo acercarse a Marinette, que había caído como muñeca de trapo. El rubio llamó a la ambulancia y la policía.
—Princesa, por favor despierta—con un nudo en la garganta acercó su oído al pecho de la chica y escuchó sus latidos y su débil respiración.
La ambulancia llegó a los pocos minutos. Los paramédicos revisaron a Marinette y tranquilizaron a Chat Noir, diciéndole que solo estaba inconsciente, pero se pondría bien. A penas se la llevaron, llegó un auto patrulla, con dos policías dentro.
—¿Qué pasó, Chat Noir? Nunca nos habías llamado —dijo uno de los uniformados viendo a Matt atado de manos.
—Este... —pedazo de imbécil— chico casi mata a una joven. Lo vi mientras la ahorcaba. A ella se la acaban de llevar al hospital.
—Esa es una acusación muy grave —dijo el otro policía— vamos a llevarnos a este joven y tendremos que esperar la declaración de la chica y que constate lesiones.
Dicho esto, esposó a Matt y lo metió dentro de la patrulla.
—Voy a ser sincero contigo, Chat Noir —dijo el policía que quedaba— muchas veces las víctimas de sujetos como estos deciden no presentar cargos. Y nosotros no podemos hacer nada en ese caso. Si conoces a la chica, convéncela de presentar alguna orden de alejamiento, o este tipo puede hacerse mucho más peligroso para ella.
El rubio lo miró con sorpresa y luego asintió. El uniformado subió a la patrulla y se fueron.
(~🐞~)
Marinette abrió lentamente los ojos. Estaba en una sala blanca, recostada sobre una cama del mismo color. Sentía dolor en el cuello y le costaba tragar.
—Princesa.
Adrien apareció frente a ella, con rostro preocupado.
—¿Adrien?, ¿Qué pasó? —preguntó la chica con voz ronca.
El rubio la abrazó con cuidado, dejando escapar toda la angustia que había sentido esa tarde y sintiéndose más tranquilo al estar en contacto con ella.
—Ese tipo casi te... no pude llegar antes. Ya estabas desmayada, lo siento...
—Gracias —susurró Marinette— me salvaste.
Adrien se separó de la chica y sonrió, pero al instante su semblante cambió a uno mucho más serio.
—¿Qué vas a hacer ahora con Matt? No puedes dejar que esto quede así nada más.
—No lo sé... supongo que no salir sola de mi casa...
—Marinette. El que debería estar en reclusión es él, no tú.
—¿A qué te refieres?
—A que deberías presentar cargos en su contra. Él es peligroso y a menos que hagas algo para alejarlo de verdad, podría volver a atacarte...
Marinette se quedó pensando unos segundos.
¿De verdad es tan peligroso?
—Y... qué debo hacer.
(~🐾~)
Era mucho papeleo, muchas preguntas, muchas entrevistas. Marinette debía probar con pelos y señales que Matt era un tipo violento. Por suerte para ella, un testigo clave era Chat Noir, y nadie iba a dudar de la palabra del superhéroe.
—Tengo suerte de que fueras tú, Chat, quien fuera mi testigo... otras mujeres no tienen cómo probar que son maltratadas y sus casos quedan en el aire y vuelven a ser golpeadas una y otra vez.
Finalmente, Matt recibió una orden de alejamiento, por lo que tuvo que ser retirado antes de tiempo de la escuela para no toparse con Marinette. Y, como medida extra, la madre del chico decidió mudarse con él a otra ciudad. También debía cumplir con sesiones psicológicas para intentar eliminar la violencia con la que enfrentaba los problemas.
—Han sido unos días muy ajetreados —suspiró Adrien, que estaba sentado junto a Marinette en una banca de la plazoleta a la que solían ir luego de la escuela.
—Y que lo digas. Entre el juzgado, la policía, el médico y salvar a Paris de los akumas, ha sido una semana de locos —contestó la chica y luego agregó, apoyándoselas en el hombro del rubio— pero al menos terminamos todo esto.
—¿Te sientes más tranquila ahora?
—Sí. Y contigo a mi lado, aún más, gatito.
Adrien se ruborizó y sonrió.
—¿Tienes planes para Navidad? —inquirió el chico.
—Sí, vendrá mi abuela y la pasaremos en mi casa, ¿y tú? —pero a penas preguntó de vuelta, Marinette se arrepintió.
—Pues, ya sabes. Probablemente una magnífica cena que mi padre se perderá.
—Lo siento, Adrien.
—No te preocupes.
—Pero... para Año Nuevo no tengo planes. Podríamos hacer algo.
—¿Lo dices en serio? —exclamó Adrien incorporándose para mirarla a los ojos.
—¡Por supuesto! Podríamos juntarnos a ver los fuegos artificiales y quizás invitar a Alya, Nino y los demás —agregó la peliazul.
—Sería genial. Una celebración así con amigos y con mi lady —dijo el chico con voz ensoñadora.
Marinette sonrió. Después de haber desestimado tantos años ese apodo, ahora le encantaba que el chico la llamara así.
—Entonces es una cita —dijo ella guiñándole un ojo.
—Una cita —afirmó el chico sonriéndole.
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Aunque tú no quieras
FanfictionMarinette era una chica alegre, pero durante el último año escolar empezó a encerrarse cada vez más en sí misma sin dar ninguna explicación. Siendo Ladybug, podía liberarse por unas horas, pero aún así, su vida personal comenzó a afectar su trabajo...