16. Confrontación

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Esa noche, Adrien no pudo visitar a Marinette, ya que tuvo una sesión de fotos nocturna bastante agotadora.

Al día siguiente, durante la escuela, el akuma volvió a atacar, y esta vez Ladybug sí apareció en escena. Ella y Chat Noir vencieron rápidamente al enemigo, y ella purificó el akuma. Empuñó la mano para chocarla con la de su compañero, pero el chico la abrazó.

—Creí que te había pasado algo malo —le dijo al soltarla—. Estuve muy preocupado.

—No te preocupes, Chat. Solo me sentí mal, pero ahora estoy bien —contestó la moteada con una pequeña sonrisa.

—Me alegro, mi Lady —sonrió Chat Noir.

—Bueno, ya debo irme. ¡Nos vemos!

Mientras Ladybug se alejaba, Chat Noir suspiró. Definitivamente, sus sentimientos hacia la chica no habían menguado ni un poco.

(~🐞~)

Marinette se encontraba acostada en su cama, viendo las redes sociales sin mucho interés hasta que unos golpes en la ventana llamaron su atención. Dirigió su mirada hacia allí, encontrándose con un par de grandes ojos verdes.

Marinette sonrió y fue a abrir.

—Buenas tardes, princesa —saludó Chat Noir entrando ágilmente.

—Casi es de noche Chat. ¿No has pensado que alguna vez podrías pillarme cambiándome de ropa? —dijo Marinette, haciendo que el chico se ruborizara.

—No pensé en eso... —contestó el chico alarmado— si te incomoda que venga, solo dime, ya sabes, y puedo no volver más.

—No, Chat. Me gusta tu compañía. Solo lo decía porque siempre miras antes de entrar —sonrió Marinette— solo espero que no me estés espiando.

—¡Claro que no! Quizás para la próxima solo golpee la ventana y esperaré a que abras, para no encontrarme con alguna sorpresa —rió Chat Noir.

—Eres un caso, gatito —dijo Marinette riendo.

—Extrañaba mucho oírte reír —comentó Chat Noir.

—¿De veras? Pero si casi siempre me haces reír... Quizás debas venir más a menudo —contestó la chica.

—S... sí —Maldición, si digo cosas como esa, haré que sospeche de mí. Menos mal es distraída.

Ven, sentémonos —dijo Marinette yendo hacia su sillón, seguida por el chico. Ambos se sentaron y Marinette lo miró a los ojos— ¿Qué te trae hoy por aquí?

—Quería contarte que... ¿recuerdas la chica con la que estaba saliendo? Bueno, decidimos dejar de vernos. Al final no pude quererla como se debe... ni pude olvidar a mi lady...

A Marinette le dio un salto el corazón.

¿Sigue enamorado de mí? Pero casi no nos vemos ahora. Ay, pobre Chat.

Guau... me sorprende... pero, ¿estás bien así?

—Sí. Quiero decir, me siento más tranquilo sin tener que fingir todo el tiempo. Y en cuanto a Ladybug, bueno... tendré que ver otra forma de olvidarla —dijo en voz baja encogiéndose de hombros, y luego puso un tono de voz más serio— pero en realidad venía aquí para algo diferente. Es sobre tu... novio.

Marinette se sorprendió y abrió mucho los ojos.

—Sí, ¿Qué pasa con Matt?

—Mira, no quiero que me lo tomes a mal, pero... no creo que sea un buen chico para ti — dijo Chat Noir con firmeza.

—Ni siquiera lo conoces —se defendió Marinette— ¿Qué te hace pensar eso?

—Bueno, yo sé algunas cosas que...

En ese momento golpearon la puerta, y Chat, dando un salto, se escondió rápidamente tras la puerta del balcón.

—Marinette, ¿con quién estabas hablando? —dijo Matt subiendo por la trampilla.

Hablando del diablo...

Con nadie —respondió la chica poniéndose de pie de un salto.

—Te escuché, Marinette. Pásame tu celular —exigió el pelinegro tomándola del brazo.

—No Matt, en serio —forcejeó ella intentando soltarse de su agarre.

—Si no me estás escondiendo nada entones pásamelo —insistió, zarandeándola más fuerte.

—Oye, ya suéltala —exclamó Chat Noir saliendo de su escondite, sorprendiendo tanto a Matt como a Marinette.

El pelinegro miró al chico y luego a su novia, y frunció el ceño con furia.

—¿Así que te estabas viendo con este remedo de héroe? —le gritó a Marinette apretándole el brazo mucho más fuerte.

—No, Matt, no es lo que crees.

—Primero el Agreste y ahora esto. Eres una perra...

Chat Noir no aguantó que Matt tratara así a su amiga y se acercó de un salto, tomando a Matt por el cuello de la camisa.

—Te dije que la soltaras —susurró.

Matt lo miró con furia y lanzó a Marinette hacia la pared, haciendo que la chica se golpeara la boca y comenzara a sangrar. Chat Noir se distrajo un segundo al ver el estado de su amiga, tiempo que Matt aprovechó para darle un puñetazo en la cara.

—Golpeas como un bebé —se burló Chat Noir devolviéndole el golpe. Cegado por la rabia, se tiró sobre él para partirle la cara.

—¡Chat, no! —gritó Marinette abalanzándose sobre él para evitar que le pegara nuevamente a su novio.

—¡Pero Marinette, mira lo que te hizo!

—Eso no te incumbe —respondió ella con tono frío— ahora suelta a mi novio y vete.

—Pero...

—¡Vete! Y no regreses más.

Chat Noir fulminó a Matt con la mirada y lo soltó con brusquedad. Se dirigió hacia el balcón y dio un último vistazo a la pareja.

—Marinette es demasiado buena para ti —masculló el chico, y agregó con tristeza— solo espero que no se dé cuenta demasiado tarde.

Y dicho eso, Chat Noir dio un salto y se alejó.

Marinette ayudó a Matt a ponerse de pie, y luego de limpiarse las heridas y ella pedirle perdón por haber estado con Chat y jurándole que era la primera vez que venía y solo para ver algo puntual, Matt se tranquilizó.

Y, para que la perdonara, Marinette violvió a dejar que tuviera sexo con ella, a pesar del dolor y las lágrimas posteriores.

Aunque tú no quierasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora