18. Fiesta de bienvenida

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-¡Sorpresa!

Luka miró sorprendido cuando abrió la puerta de su casa-barco y vio a sus amigos reunidos. Posó sus ojos turquesa en cada uno de los asistentes y esbozó una gran sonrisa.

—Chicos... no sé qué decir —dijo Luka pasando su mano por su cabello celeste.

—¡Te mereces esto y más, hermano! —contestó Juleka abrazándolo.

Iván puso la música y la fiesta empezó. Cada uno se acercó a abrazar a Luka y entre todos comenzaron a preguntarle cómo le había ido, las novedades, si seguía tocando la guitarra. Mientras todos estaban riendo y conversando, Adrien apartó un poco a Alya.

—¿Al final Marinette no vendrá? —preguntó el rubio.

—No —respondió la chica con tristeza— ni siquiera me dijo por qué.

—Bueno, me imagino que "alguien" no la dejó venir —comentó Adrien con desdén.

—Oye, ¿y Kagami? —inquirió Alya.

—Pues... ya no nos vemos más. Nos dimos cuenta que no estábamos hechos para estar juntos —comentó el ojiverde levantando los hombros.

—Oh, bueno. Creo que ahora podrás concentrarte totalmente en Marinette —dijo Alya guiñándole un ojo, haciendo que Adrien se ruborizara.

—Ey, chicos, que la fiesta es aquí —dijo Alix llegando con un par de vasos para Adrien y Alya. Ambos chicos le agradecieron y se unieron al grupo.

La fiesta duró varias horas, con todos riendo, conversando y bailando de tanto en tanto. Ya casi al final, Luka se acercó a Adrien y se sentó junto a él, aprovechando que los demás estaban jugando en la mesa a las cartas.

—Ha sido una fiesta genial —dijo Luka sentándose junto a Adrien en el sillón.

—Sí, aunque en realidad Juleka y Rosita lo prepararon todo. Nosotros solo llegamos —rió Adrien.

—Ya veo. Son una gran dupla. Me encanta verlas juntas, me hacen creer en el amor —respondió Luka estirándose en el sofá— ¿Y Marinette? Tenía ganas de verla también. ¿Sabes por qué no vino?

Adrien suspiró y se mordió el labio antes de responder.

—Seguramente su novio no la dejó venir —comentó con un deje de desprecio.

—Vaya, veo que alguien por aquí está celoso.

—Yo, n...no es, digo, en realidad, pues...

—Ey, no te preocupes. Pero creo que llegaste tarde —se lamentó Luka— hace tanto tiempo que Marinette está enamorada de ti, y tú te fijas en ella cuando ya está con otro.

—¡¿Qué?! —exclamó Adrien, sorprendido— ¿Yo le gustaba a Marinette? ¿Me estás bromeando?

—Dios, Adrien, siempre pensé que eras más avispado —respondió Luka desordenándole el cabello al rubio— hasta un ciego se habría dado cuenta.

—No puede ser... —susurró Adrien tapándose la cara con las manos.

Si me hubiera dado cuenta... podríamos estar juntos, podría estar haciéndola feliz en este mismo momento. Adrien y Marinette, Ladybug y Chat Noir. Pero no, está atrapada con ese imbécil porque yo fui un idiota.

Ey, Adrien. Así es la vida...

—Es que es peor, Luka —dijo el chico destapándose el rostro y mirando a su amigo a los ojos— el novio de Marinette es lo peor que le pudo haber pasado, y no lo digo porque esté celoso, te lo prometo.

—¿A qué te refieres?

—Ese... idiota... es muy violento con Marinette. Le agarra los brazos muy fuerte, le hace moretones, le grita, he visto como la empuja y la hiere, sin importarle cómo queda ella. Y al otro día, siguen igual de juntos en la escuela. Además no la deja juntarse con nosotros, ni siquiera con Alya. Y hace tanto tiempo que no la veo reír...

—Rayos. De verdad no entiendo cómo Marinette se deja hacer todo eso y lo pasa por alto, si ella es inteligente —dijo Luka con tristeza.

—Y no sé cómo ayudarla. Cada vez que le insinuaba algo, ella se ponía a defender a ese troglodita. Y ahora ya ni siquiera me habla.

Luka se rascó la cabeza, suspirando. Entonces, Alya llegó y se sentó en la mesa de centro frente a ellos.

—¿Están hablando de lo que creo? —preguntó mirando a Adrien significativamente, a lo que el chico asintió con la cabeza— Yo también estoy muy preocupada por Marinette. Siempre que la llamo está Matt con ella y escucha lo que le digo. Casi no me contesta por WhatsApp y en el colegio pasa todos los recreos con él. Necesito decirle que cuenta conmigo, que ese tipo no es para ella. Pero no sé cómo...

—Lo tengo —interrumpió Luka— supongo que al baño va sola, ¿no? Ahí puedes hablar con ella, Alya, sin que el otro se entere.

—Claro... cómo no lo había pensado —dijo la morena negando con la cabeza.

—Probablemente Marinette te va a negar que el chico la maltrata —continuó Luka— pero debes poner la idea en su cabeza y, por supuesto, decirle que todos estamos con ella y la queremos.

—Recuérdale que es talentosa e inteligente —agregó Adrien— Estuve leyendo que antes del maltrato físico, los tipos suelen mellar la autoconfianza de sus parejas y así ellas se sientan culpables de todo lo que les pasa.

—Claro, recordarle que es una chica maravillosa y amada. Ay, tengo unas ganas de simplemente romperle la nariz al idiota de Max y que se aleje de muestra Marinette —rezongó Alya.

—Lo mismo digo —dijeron Luka y Adrien al tiempo.

Los tres siguieron planeando qué debía decirle Alya a la peliazul, mientras Adrien pensaba reforzar esas ideas a Ladybug.

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