Un verdadero Dios

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Unos momentos antes...

Víctor despierta en el suelo de las profundidades, desorientado y con un horrible dolor de cabeza, todo le daba vueltas respecto a su repentino sueño. Se puso de pie para poder salir de ahí, pero apenas dar el primer paso, el chico vómito. Podía ser por todo el estrés que tuvo que sentir en su ilusión o simplemente como reacción a la droga de los Mayas.

-Voy a matarlos cuando los encuentre...- dijo Victor limpiándose la barbilla.

Retomo su camino en la oscuridad se la pirámide, buscando una salida o a los demás, lo que pasará primero le parecía bien para poder estar a salvo y fuera de este lugar. Al avanzar y entrar en una habitación, descubrió que este tenia una especie de laguna, al momento de ver un agua tan limpia y cristaliza, no lo pensó dos veces y metió su cabeza a esta, para así poder refrescarse e hidratarse.

-Dulce delicia de la vida- dijo al tomar más agua.

Al terminar de tomar agua se tomo un momento para observar muy atento su reflejo, cual era idéntico a él, pero tenia un rasgo diferente y era el color de ojos, estos eran de color morado.

-¿Sigues con ilusiones?- pregunto una voz desde las sombras.

Víctor se levanto de inmediato y miro a sus alrededores -¿Quien esta ahí?-

La voz comenzó a reírse de él -Vamos ¿acaso no puedes usar tu magia para encontrarme?- pregunto.

Víctor se froto los ojos por el cansancio que sentía recientemente, su respiración era un poco agitada. Entonces esa voz misteriosa se manifestó detrás de él.

-Realmente eres patético- le dijo con los brazos cruzados, le hablaba el de ojos morados.

Al observarlo delante de él, sentía como sus pulsaciones aumentaban, nuevamente estaba cara a cara con el asesino de su padre, pero eso no era lo que Víctor tenia en mente al verlo -¿Kukulkán?- dijo al mirarlo a los ojos.

Este demostró una expresión de sorpresa, al escuchar a Víctor -¿Que... Que fue lo que dijiste?- le pregunto.

-Tu sabes lo que dije, nuestro padre me dijo la verdad hace tiempo, así que porque no te quitas esas estúpidas vendas del rostro y me muestras de una vez el rostro de mi hermano- en los ojos de Víctor no se manifestaba ningún rastro de odio o remordimiento hacia él.

-¡No soy tu hermano, no me consideres igual a ti!- exclamo apenas Víctor había terminado de hablar -Somos diferentes...- su voz se escuchaba quebrada, con un nudo en la garganta.

Él lo vio con empatía -Eso no es verdad, tu y yo somo iguales, somos hijos de Quetzalcóatl y de Héctor, ambos...-

-Ellos no son mis padres- interrumpió al chico -Ellos no son los que me tuvieron hace miles de años, mis padres murieron en la guerra del Tercer Sol a manos de los Aztecas... por eso tengo que vengarlos- Esa empatía comenzaba a desaparecer con cada palabra que Kukulkán decía -Eres demasiado estúpido al haberle creído a tu padre todas esas mierdas que te dijo-

-¡Y tu eres un completo idiota al no saber reconocer a tu familia!- le grito -Kukulkán, si vienes conmigo al Según Sol, nuestra madre se alegrara más de lo que esta ahora por su embarazo-

Su hermano alzo la mirada al escuchar eso, levantando una ceja -¿Tendrá otro bebé?- pregunto.

Víctor comenzó a abrir sus ojos lentamente al darse cuenta de la estupidez que había hecho, le dijo sobre el embarazo de Quetzalcóatl, algo que podría ponerla en riesgo. Sin decirle nada su hermano se dio la vuelta y lo dejo atrás.

-Espera- dijo Víctor al correr detrás de él y tomarlo del brazo -Sea lo que sea que estés pensando, no lo hagas, no puedes hacerle esto a la familia-

El Hijo de Quetzalcóatl; Una Leyenda Nace © II FINALIZADA IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora