Traicion; parte 2

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La única vista que se apreciaba era la oscuridad absoluta, desconocido en su paradero, hasta que esas palabras resonaron.

-Seguirás negandolo, pero el destino siempre nos alcanza- le dijo antes de que volviera en si.

Víctor al abrir nuevamente los ojos, se percató que aún seguía en la mazmorra del Chichén Itzá. El cuerpo de Itzia se desvanecía a su lado mientras que éste le tomaba la mano.

-No te pude proteger como lo prometí- Levantó el cuerpo de la joven con delicadeza, observando su fino y delicado rostro, el cual había llegado a ser profanado

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-No te pude proteger como lo prometí- Levantó el cuerpo de la joven con delicadeza, observando su fino y delicado rostro, el cual había llegado a ser profanado. Victor sentía un ardor en su corazón al no haber cumplido la unica promesa que le hizo -Te falle- le dijo entre lagrimas -No pude estar contigo cuando más me necesitaste y yo...- no soportaba vivir en un mundo donde ella no esté con él.

Con su magia alteró la tierra que había cerca, para poder crear un agujero en donde enterrarla. En el cual Víctor coloco el cuerpo, junto sus palmas para poder crear una pequeña flor de girasol, terminando con este detalle una tumba de la manera más humana posible.

-Es lo menos que puedo hacer por ti- besó el collar y se lo puso -Mi última promesa hacia ti es...- apretó sus puños y las lágrimas que se formaron en sus ojos dejaron de caer al fruncir el seño, manteniéndose en sus ojos -Te vengaré, juro que le arrancaré el corazón a mi hermano-

Tanta presión y furia que sentía en ese momento, comenzó a liberar niveles altos de magia, haciendo que su cuerpo cambie sin que él lo notará. Finalmente, su magia no se descontroló en su metamorfosis, modificando únicamente el color de un solo ojo.  Cambiando el rojo por el dorado, la pupila seguía afilada como de costumbre, sin embargo el brillo que está poseía era diferente al tener un ojo casi idéntico al de su madre. Al parpadear, dicho ojo libero una última lágrima, siendo está la demostración de un verdadero dolor.

Unas voces provenian del pasillo, de estas era la de Buluc explicando ciertos detalles al respecto de que hacer realmente con el cadáver de su hija

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Unas voces provenian del pasillo, de estas era la de Buluc explicando ciertos detalles al respecto de que hacer realmente con el cadáver de su hija.

-Las órdenes ya se tomaron Buluc, nuestro maestro nos pidió mandarles el cadáver a los Aztecas- el guardián de Kukulkán le dijo molesto por tanta insistencia.

El Hijo de Quetzalcóatl; Una Leyenda Nace © II FINALIZADA IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora