CHAPTER 24

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Maratón (1/3)  

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El aroma a café inundaba las fosas nasales del señor Jung al momento en que este le daba un pequeño sorbo a su taza y miraba despreocupado por aquella gran ventana ubicada a espaldas de su escritorio de trabajo.

La vista que esta reflejaba le llenaba de tranquilidad, podía apreciar la parte más bella de la ciudad, llena de enormes edificios que se veían pequeños a comparación del suyo.

Sentía como su cuerpo se llenaba de poder al ver como diferentes personas, que a su vista se veían diminutas, transitaban por las calles que los llevarían a sus diferentes trabajos.

Todos se veían tan pequeños e indefensos... Débiles.

La taza volvió a tomar posición en sus labios, lleno su boca con aquel liquido amargoso y sonrió satisfecho. Pensaba como aquellas personas caminaban cabizbajos hacia sus miserables trabajos; Como sentían que su vida se marchitaba con cada día y como esa energía se la entregaban él.

Haciéndolo más poderoso, más vivo.

Sus pensamientos fueron interrumpidos abruptamente por los gritos de la secretaría los cuales lograban penetrar aquella lujosa y gran oficina en la que se encontraba uno de los empresarios más reconocido en todo corea.

Se podía escuchar como la chica forcejeaba con alguien más y como el esfuerzo por retener a aquella otra persona le hacía entrecortar su chillante voz en pequeños quejidos.

Un golpe seco hizo que la hermosa puerta de roble se abriese en un instante, dejando pasar a un impaciente castaño claro junto con una alterada y despeinada secretaria.

-S-señor Jung...- el mayor no parecía haberse percatado de la presencia de ambos, su vista seguía pegada a la ventana, y su tranquilidad intacta. - Le juro que yo le advertí que usted aun no podía recibirlo y él solo...

-Déjenos solos.- la sentencia del mayor cayó como un balde de agua fría. Su voz sonaba grave y segura, parecía con el poder de hacer que cualquier persona se doblegara con solo una palabra.

-Como ordene, señor Jung.

La secretaría miro despectivamente al castaño claro, quien no tardo en regresarle una mirada de asco.

-Y señorita JiSoo; Contáctese con su remplazo y asegúrese de que este aquí en 3 min, recoja sus cosas y salga de la empresa. Esta despedida.

La pelinegra comenzó a balbucear confundida, sus ojos se llenaron de lagrimas y sus manos comenzaban a temblar de una manera que el señor Jung considero patética.

-Puede recoger su indemnización con la secretaria Kim en la entrada principal.

-S-señor Jung... p-por favor, necesito el empleo. - Ambos vieron como JiSoo caía al suelo al igual que sus lagrimas- M-mi madre está muy enferma. - El hipo de su llanto provocaba pequeños espasmos en su cuerpo, mismos que le dificultaban hablar.- Su medicina es muy costosa, necesito este empleo... Por favor señor...

-Tiene dos minutos para desocupar su escritorio señorita JiSoo, antes de que llame a seguridad y tenga también que pagar para dejar de estar detenida.

La pelinegra se levanto como pudo y salió tambaleante por la puerta principal a una velocidad increíble. El castaño parpadeo un par de veces incrédulo ante lo que acababa de presenciar, "¿cómo es posible tanta poca empatía hacia la chica?", su ceño se frunció en un reflejo por su confusión, pero antes de que pudiese reclamar algo sus pensamientos fueron interrumpidos por la poderosa voz del mayor.

A Plan/ A Deal (YoonSeok)Where stories live. Discover now