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Hacia un clima en verdad extraño, el sol era radiante pero no podía sentir su calor, gracias a la lluvia torrencial que había en este momento. Pensaba en llegar junto a Yang Yang hoy pero él ya se me había adelantado. Pedí las llaves del auto y me apresure a salir para mojarme lo menos posible.

Vivía bastante alejado de la escuela, mis padres preferían la tranquilidad de las áreas rurales, por ello me apresure en aprender a conducir. Tal vez, me hacía falta un poco más de práctica, ya que al llegar a un área urbana, tratando de esquivar a un gato que había salido de la nada, salpique a un peatón. Apresuradamente me orille para pedirle perdón, no era capaz de hacer simplemente un "Hit and run."

- ¡OYE! ¿Estas bien? - Me cubrí el sol con la mano tratando de enfocar el rostro de la persona, me puse la capucha como un débil intento de resguardarme del agua, el chico parecía pasmado en el mismo lugar, con su ropa empapada con el agua sucia de la calle. – Lo lamento tanto ¿Hay algo que pueda hacer por ti?

- No es tan grave, volveré a casa a cambiarme – Su rostro irritado formo una sonrisa forzada.

- ¡Vamos a la misma escuela! – Con entusiasmo hice un gesto señalando mi uniforme y luego el suyo. El me miro con cara de "¿Y eso que? Maldito imbécil desconocido que me empapo de toda la porquería de la calle" Si, definitivamente no hay un acrónimo para tal mirada que acabo de recibir. – Mira, te llevo a casa. Si quieres, también te espero y te llevo a la escuela.

Su rostro se relajó medianamente y aun con los brazos extendidos cual cristo, miro con desagrado su ropa y suspiro.

- Bien, trato. – Le señale el auto y con el caminando como un pingüino le abrí la puerta de atrás.

- ¿Para dónde? – Hable sonriente, cual conductor de Uber.

- Es a dos calles más abajo, volteando por la derecha – extendió su mano por en medio de los asientos para mostrarme, yo asentí y puse el auto en marcha.

- Soy Hendery, del 36C – Lo mire cortamente por el retrovisor, revisaba su teléfono.

- Chittaphon, 36B – Ese número resonó en mi cabeza, provocando una extraña sensación en mi memoria, repare su rostro por un momento más pero no estaba seguro de que fuera él. – Es aquí, la puerta azul. – Orille el auto. – Baja, ¿no pensaras que te dejare esperando aquí?

- Esta bien, tómate tu tiempo – El alzo sus hombros y salió del auto sin más. – Vaya, sí que es amable... Tal como Doyoung dijo – Me voltee para ver como corria hacia la casa, me sentía viendo el live action de un comic que mi propia imaginación había armado. Me volví a sentar derecho golpeando el volante con los índices. Mi mente maquinaba como loca comparaciones con el yo de sus relatos pero me seguía diciendo que no había suficiente de donde comparar siendo mi único recurso tres frases compartidas sobre un uniforme húmedo.

El teléfono empezó a vibrar en mi bolsillo. "Yangx2" apareció en la pantalla, me había olvidado por completo de el con todo este ajetreo.

- ¿Estas cerca? Ya estoy en el aula – Su voz sonaba impaciente, me sentí mal, lleva meses queriendo anunciar esto de forma formal a nuestros amigos y el día que por fin accedo esto pasa.

- Estaré ahí lo más rápido que pueda, tuve un contratiempo – Mire hacia la puerta de la casa y aún no había movimiento. – No voy a faltar no te preocupes

- Bien, te espero entonces – Después de un mhmm volví a meter el teléfono en mi pantalón, pero la puerta del copiloto abriéndose me sobre salto.

- Siento la demora, mi madre me ha echado un sermón sobre "No invitarte a pasar" – Rio acomodándose mejor en el asiento – Hace mucho no traigo a nadie, cree que le escondo mis amigos – Explico con grandes gestos con las manos para volver a mirar hacia el frente con un pequeño puchero en sus labios.

De Boca en Boca | TENDERY |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora