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- ¿Te parece bien ahí? – Yo tenía la bolsa con la comida china que habíamos comprado mientras bajamos por un camino hacia el mirador, de casualidad en el camino dimos con una banca que miraba hacia el mar.

- Claro, siéntate antes de que alguien más la tome – Ten acelero el paso sobrepasándome, yo lo mire con ternura y negué.

- Toma – Una vez ubicados en nuestro lugar le intercambie su bolsa por mi bebida. Puse el vaso en el suelo mientras el abría su comida.

- Se ve bien – La olfateo contento – Bien – Separo los palillos con entusiasmo. – Para empezar debería preguntar ¿Por qué te interesa? – dijo para después llenar su boca de comida.

- Es solo... - La verdad no había una buena razón, debía intentar ser lo mejor posible con mis palabras. – Hay algo que en verdad no concuerda del todo para mí. Mira, si te soy sincero el tú que veo aquí es como el gemelo bueno de la imagen sombría que Doyoung trato de meterme toda la semana.

- No es de extrañar – Jugo con la comida en su plato. - ¿Solo es interés personal?

- Siento que sea así – Mire alrededor por un momento – Sé que es tu vida personal...

- Mi vida se ha vuelto de dominio público en los últimos dos años... - Negó bajando la cabeza. Creo que debí haberme graduado con la duda. - ¿Debería sacarte información a cambio? – Volvió a enderezarse, yo ladee la cabeza sin entender. – Olvídalo, sería hacer lo mismo que me hicieron. Entiende una cosa. Como te debes imaginar, yo corte mi vida social de raíz. ¿En quién puedo confiar? Incluso tiempo después de las notas hubo gente que como tú se acercó con simpatía y me ofreció su amistad, pero... ¿Cómo se quién es genuino y quién no?

Comprendía a la perfección, tus amigos cercanos te dan la espalda de la peor manera posible ¿Cómo confías en cualquier persona después de eso? Puse mi mano sobre su hombro, y le sonreí.

- Desearía saber cómo hacerte creer en mí, pero creo que lo único que podemos hacer es conocernos. No pienso forzarte a recordar todo esos sucesos difíciles en una sola sentada, tampoco. Si crees en mí, sé que me los contaras cuando el tiempo sea el correcto.- Asentí y el repitió mi acción – Bien ¡comamos!

En la tarde llegue a casa con el anochecer pisándome los talones. Entre limpiando los zapatos en el tapete para quitármelos e ir a mi habitación.

- ¿Por qué llegas tan tarde? – Sentí a mi madre pararse tras de mi mientras me sacaba el zapato.

- Salí con un amigo después de clases – Dije relajado para después voltearme y ver no uno, sino dos rostros confundidos mirándome.

- ¿Un amigo? – Yang Yang entrecerró los ojos.

- Mamá, ya vuelvo – Bese la mejilla de mi madre y jale a mi novio escalera arriba.

- Siéntate – Lo senté en una silla de la terraza – Conocí a Ten

- ¿Qué? – Su rostro no cambiaba esa expresión perdida - ¿El del B?

- Si, ese – Me senté a su lado – En verdad, creo que es una buena persona. Mira sé que esto no está haciendo ningún sentido para ti ahora... Bueno, tal vez tampoco lo haga cuando te lo explique pero, ese chico es una buena persona, solo necesita un amigo.

- ¿Y cómo porque tienes que ser tú, el buen samaritano que lo haga? - Cada vez se veía más perdido que la anterior, resople.

- Es solo una persona como cualquier otra ¿No quieres que haga amigos? – El rodo los ojos

- No, está bien. No seré prejuicioso y me convenceré de que esto es totalmente normal – Sus ojos se fijaron en la nada mientras decía esto, para voltear a verme con una sonrisa.

- Solo... que esto quede aquí, tú ya conoces el pasado que tiene con ya sabes. – Asintió

- Por mi está perfecto. Ahora... ¿Puedes saludarme? –Reí y le plante un beso en los labios, sostuve su carita entre mis manos.

- Perdóname la vida – Bese su nariz, mientras el reía.

- Esta bien – Se recostó en mi hombro – Mañana es el día ¿No?

- Por fin – Bufe – Y luego, tendremos un verano por delante, antes de pensar como decoraremos el nuevo departamento.

- ¿De qué hablas? – Se levantó para mirarme, yo aún tenía mi vista fija en el paisaje.

- Digamos, que al fin conseguí uno cerca de la facultad. No es ostentoso pero... - Se tiro encima mío eufórico poniendo sus piernas a mis costados, lo estreche con fuerza.

Eran las ocho de la mañana y mi casa se encontraba en completo frenesí. Mis hermanas corrían de cuarto en cuarto con los zapatos en la mano y el vestido con el cierre abajo. Mire mi teléfono una vez más para masajear mi sien.

- ¡¿Pueden apurarse?! ¡Llevo más de once años esperando este día! – Comencé a bajar la escalera, mi teléfono comenzó a vibrar en mi mano, Yangx2.

- Yuta lo hizo – Dijo el pequeño al otro lado de la línea. – Imprimió la foto, está por todas partes – Pase una mano por mi cabello junto a un sonoro suspiro.

- Mira, yo... Llegare algo tarde. – Tome las llaves del auto y corrí afuera de la casa – Quiero que le reportes esto a alguien, que lo desaparezcan antes de la ceremonia. Su familia va estar ahí, Por favor. – Lo oí suspirar.

- Hare lo que pueda – Después de esto colgó, mire el teléfono por un segundo y me subí al auto.

Afortunadamente era temprano y el tráfico estaba a mi favor. Lo único que no beneficiaba para nada era el no saber si Ten y su familia ya iban en camino a la escuela. No se cómo lo haría pero ese chico no podía llegar YA a la escuela.

- Vamos, vamos – Ya en frente de su casa, me decidí a llamarlo – Contesta, Ten por favor. Es por tu bien. – Hable para mis adentros con gran ansiedad. De la nada su voz se hace presente al otro lado de la línea.

- ¿Hendery?  

De Boca en Boca | TENDERY |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora