12 horas.

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Título: 12 horas.

Palabras: 534

Género: Drogas, Fluff.

Pareja: KrisHun

Podía sentir el menudo cuerpo de su chico entre sus brazos, tan cálido, tan perfecto.

—Fan Fan— el menor giró en sus brazos— Te amo Fan Fan.

Amaba la manera en la que esas palabras salían de sus labios, tan dulces, tan suaves como la seda más fina.

—También te amo, mi dulce niño. — besó su frente con cariño.

—Ya no soy un niño— le pellizcó el brazo, su voz sonaba molesta. —Sólo eres unos años más grande, cinco años no son nada.

—También soy más alto.

—Sólo por cuatro centímetros—le golpeó el brazo con el puño cerrado.

—Tienes que subirte a un escalón para alcanzarme— le mostró la lengua, la cual SeHun tomó en sus dedos y la apretó con fuerza.

—Bien que te gusta— soltó la lengua y quiso alejarse, pero los brazos de YiFan lo mantuvieron contra su pecho.

—Nunca dije que no— besó su cuello— Amo todo lo que mi niño tenga para mí. — Frotó su nariz con suaves movimientos— ¿Tocarías algo para mí?

Sus brazos lo liberaron con parsimonia, disfrutando de la sensación de la nívea piel en las yemas de sus dedos. Lo vio levantarse mortecino de la cama, la sábana negra resbaló con erótica lentitud, acariciando las preciosas curvas lechosas de su niño hermoso, caminó desnudo por la habitación, balanceando intencionalmente su respingón trasero.

—Deja de hacer eso— dijo con la voz ronca.

Le sonrió de manera coqueta, terminó la tortura de YiFan cuando llegó al piano de la habitación, el cual fue colocado allí especialmente para su pequeño SeHun.

—Voy a comenzar. —le guiñó mientras se sentaba en el mullido banco negro.

Sus manos viajaron por las teclas, acariciándolas con pasión, creando melodiosa música que encantaba los oídos de YiFan, no mentía cuando decía que amaba todo lo que su niño hermoso hacía. Se levantó con prisas, queriendo tenerle entre sus brazos.

—Mi niño hermoso, te amo tanto— le abrazó por la espalda—Te amo tanto que no sabría qué hacer si un día me dejas.

—No te dejaría nunca. — puso sus manos sobre las contrarias, apretándolas.

—Vamos a dormir mi niño, que necesito que llegue un nuevo mañana juntos.

Con las manos entrelazadas regresaron a la cama, entrelazando sus cuerpos y susurrando palabras de amor.

La calidez contraria le otorgaba una paz increíble.

El sol mañanero le golpeo el rostro en seco, no quería abrir los ojos, buscó a tientas el cuerpo de su niño, pero no había nada, la sábana estaba fría y no quedaba rastro de su olor a fresas frescas. Abrió los ojos, miró la ventana, las persianas caídas y sucias le recordaban su situación.

—Dios— ilógico, desde la partida de su niño hermoso dejó de creer en esa deidad.

No se dio cuenta cuando las lágrimas bañaron su rostro, su corazón se oprimió, su niño no iba a regresar.

Se levantó, sostuvo su cabeza entre sus manos, sus ojos vagaron por su sucio cuarto hasta que pararon en la bolsa de pastillas de su mesa de noche.

—Doce horas más— dijo.

Tomó la bolsa de pastillas, metió una en su boca, tragándola con prisa y cerrando sus ojos.

Unos minutos fueron suficientes, sonrió con alegría y abrió sus ojos.

—Hunnie.

La idea nació gracias a mi amiga Vanessa

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La idea nació gracias a mi amiga Vanessa.

Kris estaba usando Drogas LCD, los efectos duran 12 horas y pues es alucinógeno.

Hunnie's PlaceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora