Corazón Dulce

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Título: Corazón dulce pt1

Palabras: 1179

Género: Fluff, cambia formas

Pareja: ChanHun

SeHun estiró su cuerpo, ronroneando en el proceso y levantando la cola con gusto, estaba en el balcón de su apartamento, disfrutando del precioso amanecer y el olor del desayuno que su dueña estaba preparando. Movió sus patitas y amasó un poco el almohadón en el que estaba acostado, cuando de pronto el gato feo y grosero del vecino del departamento treinta invadió su balcón, el mugroso gato –como a SeHun le gustaba llamarle– se erizó y comenzó una caminata amenazante hacia él. El gato gris siseo con enojo, con la intención de demostrarle al otro que él estaba al mando, se lanzó al ataque, mordiendo las orejitas blancas de SeHun, rasguñando su mejilla y enterrando las garras en su lomo, el chillido desgarrador del gato que estaba siendo agredido hizo que su dueña dejara de freír las salchichas y saliera con una jarra de agua, la lanzó al lomo del gato gris que saltó al momento y escapó a su departamento.

—Oh, mi pequeño SeHunnie— su dueña lo tomo en brazos y lo llevó a la bañera, la llenó de sales de baño con olor a fresa y jabón liquido espumoso del mismo olor—Voy a dejar tu pelusa blanquita otra vez— un maullido lastimero agregó más drama al asunto, fue lavado, secado, curado y cepillado, la pelusa blanca resplandecía, estaba suave y esponjoso, como debía ser, su nariz rosada estaba libre de manchas de sangre y sus patitas estaba libres de tierra. —Muy bien mi pedacito de algodón, voy a intercambiar una palabras con el dueño de ese gato bastardo— puso a SeHun sobre el sillón de la casa y salió dando un portazo.

Lo siguiente que SeHun escuchó fue el timbrar furioso del departamento vecino, gritos ahogados por la pared, golpes contra carne y finalmente un fuerte portazo que estaba seguro resonó por toda la cuadra, la puerta de su casa se abrió y su dueña tenía una suave sonrisa.

—Listo, ese gato peleonero se quedará en casa aprendiendo a portarse bien.

Maulló alegre para su dueña quien palmeo su cabeza y le hizo acompañarle a desayunar. 

SeHun era un gato feliz, su dueña lo amaba mucho y nunca lo cambiaría por otro macho, porque a su dueña le gustaban las hembras y eso le hacía muy feliz, eso significaba que sería el único macho en la vida de su dueña y la protegería como ella lo protegía a él.

—Tengo que ir a trabajar, pedacito de algodón— la mujer se marchó dejando suficiente comida y agua para su gato.

Pero el pequeño gato blanco deseaba más comer una de esas salchichas que su hembra –no como su pareja, porque a SeHun le gustaban los machos – había preparado. Por ello corrió hasta la habitación principal, sabía que todo estaba obscuro porque ella jamás abría las cortinas y todo era negro, y entonces cambió, ahora era un muchacho de piel blanca, cabellos rubios y ojos preciosamente negros, tomó uno de los croptops de su hembra, junto a unos pantalones negros que ella jamás usaba porque eran demasiado grandes para su pequeño cuerpo, por último se puso los bonitos calcetines con diseño de gatitos que recién habían sido añadidos a la colección de calcetines divertidos.

–Ahora sí puedo comer decentemente.

Se sentó en los bancos de la barra de la cocina y comió las salchichas fritas restantes, se sentó a ver televisión, hasta que faltaban quince minutos para que su hembra llegara, corrió a la habitación y se desvistió rápidamente, dejando todo como estaba, corrió desnudo hasta la entrada, ahí se trasformó y maulló contento cuando la puerta se abrió, la dulce mujer que cuidaba de él desde que era pequeño.

–Mi pequeño– la mujer lo tomó en brazos y lo llevó consigo hasta el sillón–Te daré amor en cuanto salga de ducharme.

Ella se marchó dejando a SeHun desesperado porque cepillaran su pelusa, un fuerte ruido de arrastre le hizo brincar, venía del otro lado, pero que él supiera el veintiocho estaba vacío, corrió al balcón y brincó al contrario, miró atento el interior, entonces vio a los hombres de una compañía de mudanzas acomodando muebles, tal parece que tendrían vecino nuevo, solo esperaba que no tuviera gatos peleoneros y mugroso, estaba por lamer su patita pero...

–¡WORF! – Un enorme pitbull negro apareció en las puertas corredizas del balcón.

Gritó fuerte y corrió tan rápido como pudo de regreso a su departamento, su pequeño pecho subía y bajaba con violencia, sintió que todas sus vidas gatunas habían escapado de su cuerpo.

–Mi pequeño pedazo de algodón, tengo tu cepillo listo– su hembra lo tomó entre su brazos y lo cepilló dulcemente en su regazo– Eres la cosa más preciosa del universo, voy a cuidarte para siempre mi amor.

Sus palabras lo tranquilizaron, ronroneó, sabía que mientras su hembra estuviera jamás estaría en peligro.

(...)

Los días pasaron con tranquilidad, tenía la misma rutina de siempre, hasta que llegó el fin de semana.

–Es nuestro sábado de películas Hunnie– estaban sentados en el sillón, tenían Netflix y palomitas para pasar un buen sábado.

Antes de elegir una película alguien llamó a su puerta, ambos soltaron un bufido, y se levantaron para la puerta, del otro lado estaba una mujer más baja que su hembra, era linda, y en su mano sostenía una cadena gruesa, los pelitos en su espalda se erizaron, sabía que esa cadena no significaba cosas buenas, brincó al respaldo del sillón y siseo a la entrada, ahí estaba el perro negro que lo asustó la vez pasada, estaba sentado en el suelo y movía su colita con emoción.

–Buenas tardes– la chica sonrió dulcemente– lamento la molestia, pero olvidé la llave de mi departamento en el interior, me preguntaba si podría pasar mientras llega el cerrajero.

–Po...Por su puesto– su hembra estaba nerviosa, le había parecido linda su nueva vecina y eso significaba peligro para su vida gatuna.

La chica entró con su enorme perro, que al verlo corrió hasta él, se levantó en sus dos patas y le miró contento.

SeHun se erizó un siseo con enojo y susto.

–Chanyeol, deja al gatito – la chica tiró suavemente de la cadena y el perro se sentó con suavidad–No es un mal perro, sólo es muy enérgico.

–Está bien, mi SeHunnie nunca ha convivido con perros, es normal. – su hembra acarició su cabecita–Tal vez pueda llevarse bien con Chanyeol.

Pero SeHun no pensaba eso, el pulgoso enorme lo miraba con alegría. 

La vecina soltó a su perro para vagar por el apartamento, mientras tomaban algo en la cocina, el enorme perro saltó sobre el sillón y abrazó el pequeño cuerpo gatuno, sin dar tiempo para repelar comenzó a dar lamidas en su cabecita.

"Mío, mi gatito"

Ah, genial, ahora tengo un hibrido canino sobre mí- pensó SeHun.

–¿Qué te parece? – su hembra apareció con un vaso de jugo en la mano– Te dije que se llevarían bien.

–¿Qué te parece? – su hembra apareció con un vaso de jugo en la mano– Te dije que se llevarían bien

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Para la segunda parte tendrán que esperar mucho xd

Porque tengo otras ideas para fics de SeHun.

¿Tienen alguna pareja que les gustaría leer?

Hunnie's PlaceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora