Come little children

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Palabras: 3812 (ah perro, es el más largo)

Genero: Sobrenatural

Pareja: ChanHun

Es la segunda parte "I put a spell on you"

Esto fue escrito con ayuda de mi masita de amor Freestylemon

Ustedes saben que apesto con el lemon, pero gracias a ella, esto fue posible, aplausos para ella.

Estaba felizmente jugando con un peluche en el medio de un campo cubierto de flores, su pequeño hurón jugueteaba con las mariposas, la tranquilidad fue brevemente interrumpida por un joven con vestimentas antiguas, como las de un príncipe, no podía ver su rostro, su capa poseía una capucha que le impedía apreciar sus rasgos, aquel desconocido elevó su mano en su dirección, pidiendo en silencio que la tomara y le siguiera. A pesar de que su madre le había dicho que no hablara con extraños, algo en la pálida mano frente a él, le decían que estaría bien si lo hacía.

—¿Adónde vamos? — preguntó al tomar su mano, pero el extrañó no respondió.

Miró hacia atrás mientras avanzaban por el campo, su hurón le miraba desde lejos, se sentía como si estuviese mirándolo con decepción por haber confiado en un extraño, regresó la vista al frente, notando como la luz, la naturaleza y la paz comenzaban a difuminarse, ahí fue cuando escuchó la voz del hombre, quien comenzó a cantar con una voz que se le hacía familiar.

—Vengan pequeños, y los llevaré, a una tierra de magia, vengan pequeños, es hora de jugar— sonaba dulce, pero algo le decía que las cosas no estaban bien—En mi jardín de las sombras— tragó duro ante aquella frase, viendo así como el cuerpo ajeno comenzaba a desaparecer en la obscuridad y su brazo también, sabiendo que la obscuridad pronto lo absorbería también.

Abrió los ojos de golpe, viendo así el techo de madera del lugar donde permanecía cautivo, sentía el sudor frío bajar por su espalda, era extraño haberse soñado como un niño, no lo era más de como estaba ahora, pero le añadía más terror a su estadía. Sintió la necesidad de girar su cabeza y en ese momento brincó con susto. Su captor estaba mirándole fijamente, arrodillado en el piso y con las manos puestas en el colchón, así podía recargar su mentón. Sus ojos negros, carentes de emoción, parecían absorberle el alma.

—Despertaste— dijo—Podía hacerlo mientras dormías, pero me da placer ver tu cara. —Una de sus manos se dirigió lentamente a mi brazo, apretando un poco la zona. — Y ahora que estás despierto, lo quiero.

Estaba confundido, en esa situación, había muchas cosas que podía hacerle, entre ellas descuartizarlo y meterlo en distintas bolsas de basura. Pero lo único que quería en ese momento era contemplar el contrario, o más bien contemplar su cuerpo, pero que este estuviese tan despierto para poder sentir todo aquel calor corporal que estaría a punto de aparecer entre ambos o eso planeaba su mente. Deseoso ante aquello relamió sus labios viendo de nuevo la camisa rasgada.

Llevó muy apenas su diestra a su cuello para acariciarlo levemente, tocó su manzana y luego su barbilla hasta llegar a sus finos labios los cuales soltaron un suspiro. Su pulgar se movía de forma circular en su labio inferior, seguía mirando aquel hombre capturado por su mano mientras le tocaba de esa forma. El cuerpo de Chanyeol sentía escalofrío, pero no por miedo, sino por placer.

Ver al hombre preso de sus propias ataduras y acciones le provocaba tanto calor y tantas sensaciones, corrientes de placer que viajaban por todo su cuerpo. Su corazón latía tanto calentando demás su sangre enviándola por todos los rincones de su cuerpo. Imaginaba demasiadas cosas, quería hacer demasiadas cosas con el contrario, no haría ninguna acción desmesurada o desproporcionada que pudiese terminar con la vida de aquel que yacía atado. Al menos no por el momento, pocas eran las veces que podía tener a alguien sólo para él, durante mucho tiempo.

Hunnie's PlaceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora