Satan loves angels.

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Título: Satan loves angels

Palabras: 1938

Género: Religión, intento de smut (fracasando como siempre en mi perra vida)

Pareja: SeHo.

Sorry, esta vez SeHun es activo UwU.

Dedicado a mi chiquistrikis. Porque GarSoul es más real que el color de mi cabello UuU

SeHun era padre de la parroquia de su pueblo, era un hombre dedicado y entregado a la vida del camino de Dios, comenzó su preparación desde los quince años, amando cada momento y disfrutando de brindar su apoyo y luz a los feligreses. Pudo haberse ido, el cardenal le había dado la opción de dejar su pueblo, pero no quería hacerlo, confiaba en que él podría llevar la parroquia con efectividad, hace años que en su pueblo no había padres, pues las leyendas decían que el diablo reinaba allí, aunque SeHun no lo creía, él ya llevaba tres años ofreciendo misa, catecismos y otras celebraciones religiosas sin ningún problema. Al final el cardenal se alegró y dejó de insistir para que se cambiara de parroquia. Estaba limpiando el ambón cuando un muchacho entró a la iglesia, vestía de negro y cruzaba sus brazos tras su espalda.

—Buenas tardes, padre— sonrió mostrando sus brillantes dientes frontales.

—Buenas tardes, hijo.

El muchacho se sentó en la primer banca frontal, bajó la cabeza y miró a SeHun a través de sus pestañas, por su parte el mayor sintió un escalofrío recorrer su espalda, no estaba seguro de la razón por la cual la presencia de ese chico. Decidió ignorarlo y siguió limpiando.

Cuando ya estaba limpiando el altar de madera -donde suele estar para oficiar la misa- el joven se acercó y se inclinó sobre la base de madera.

—¿Está madera es resistente? —preguntó mientras pasaba las yemas de su dedo por la superficie.

—No lo sé, supongo que sí— el nerviosismo se hizo evidente en el temblor de su voz.

El muchacho soltó una suave risa que causó cosquillas en el vientre de SeHun, se levantó y caminó lentamente hasta la salida, miró sobre su hombro y con un tono como seda dijo:

—Lo veo pronto, padre.

SeHun giró su rostro para mirar la figura de Cristo, que imponente adornaba la pared, la figura parecía advertirle algo con los ojos.

Se apresuró a terminar la limpieza, pues tendría misa nocturna, se le había hecho costumbre hacer una misa a las nueve de la noche para los hombres que regresaban de trabajas y querían agradecer un día más de vida y pan en la mesa a Dios.

Al acercarse la hora fue tras el sagrario, donde se encontraba lo que usaba, se puso el alba de algodón y ató suavemente los cordones del cuello, ocultando el nudo dentro del cuello, tomó el cíngulo y lo puso alrededor de su cintura.

—Praecinge me Domine, cingulo puritatis, et exstingue in lumbis meis humorem libidinis, ut maneat in me virtus continentiae et castitatis— dijo mientras ataba el cíngulo.

Pasó las palmas por el alba para quitar cualquier imperfección, sacó la estola de un pequeño armario donde colgaba de un gancho y la pasó por su cuello, procuró alinear las puntas que colgaban por sus hombros y al final se colocó la casulla blanca, tenía bordadas dos cruces a los lados en hilo dorado, peinó su cabello y salió para pararse tras el altar, esperando a los feligreses.

Los matrimonios y algunos hombres y mujeres solteros comenzaron a llenar la iglesia, cuando la mayor parte de las bancas se llenó y dos voluntarios subieron para ayudarle con el cáliz, las hostias y las lecturas, dio comienzo a la celebración litúrgica. Pasado el tiempo se dio inicio a la segunda plegaria eucarística.

Hunnie's PlaceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora