La calma después de la tormenta

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Título: La calma después de la tormenta.

Palabras: 1001

Género: Fluff.

Pareja: KaiHun.

Segunda parte de "Mejor tarde que nunca"

¿Alguna vez han visto como los perros callejeros se encojen sobre sí mismos? Lo hacen porque les han pegado, porque se toparon con seres despreciables que les hicieron daño, el corazón de JongIn siempre palpita con un ritmo doloroso cuando ve eso, no sólo con los animales.

SeHun suele encogerse cuando acerca su mano para tocarlo suavemente, en el restaurante era muy cuidadoso de no ser siquiera rozado por nadie, por ello al mayor le dolía, era como si en todo el tiempo que en el que han estado conviviendo, no hubiera ningún avance.

Cuando el restaurante estaba a punto de cerrar SeHun se dirigió a la sala de empleados para quitarse el uniforme y poder retirarse con JongIn.

—¿Estás listo? — JongIn entró a la sala cuando SeHun estaba atando sus tenis, intentó acariciar su cabello pero el menor se encogió cerrando sus ojos con fuerza, retiró su mano con dolor en el pecho—Te espero en el auto.

SeHun frunció su entrecejo, se recriminaba el cómo pudo hacer eso, cuando evidentemente JongIn no desea hacerle daño. Aunque era inevitable, ya que había vivido muchos años bajo la mano maltratadora de Chanyeol, era una reacción natural el contraerse, su cuerpo lo hacía por sí solo. En el auto el viaje fue silencioso, nadie sabía que decir y los dos estaban adoloridos a su manera.

—Iré a dormir, descansa— JongIn no quería verlo, porque cada día se le hacía más difícil mantener su manos lejos y su corazón quieto.

SeHun se quedó parado en el pasillo que dividía su habitación de la de JongIn, sabía que el mayor estaba herido, también sabía que el amor que le profesaba era real, pero sentía que él no era suficiente para el corazón puro de aquel que le miraba como si fuera lo más precioso del mundo. Se acercó a la puerta de la habitación, no se escuchaba ruido, por lo que supuso que ya se había acostado, abrió un poco la puerta y se asomó, todo estaba obscuro.

—¿Ya estás dormido? — preguntó.

—Sí.

—Tonto.

—Así me tienes.

Se quedaron callados durante un momento hasta que JongIn lanzó un suspiro profundo.

—¿Puedo pasar?

—Claro— JongIn encendió la lámpara de su buró—¿Pasa algo?

No le respondió, se dejó caer sobre su cuerpo y le abrazó con fuera. JongIn no entendía lo que pasaba, pero con una mano rodeó la cintura de SeHun, nunca habían tenido un acercamiento así.

—No te tengo miedo— la confesión sorprendió un poco a JongIn—Es sólo que mi cuerpo ya reacciona así, parece que una parte de mi cerebro sigue temiendo que me golpeen y por eso cuando alguien me acerca la mano, me encojo. — explicó sin mirarle, mantenía su cabeza recargada en su pecho—Tú también me gustas, pero siento que no soy suficiente.

—No digas eso, eres increíble, siempre lo he creído— palmeó su cabeza con la otra mano— Ha paso año y medio desde lo que sucedió, el tiempo seguirá quitando el miedo— SeHun alzó su cabeza y recargó su mentón en su pecho para verle mejor—Deberíamos intentarlo, si no te gusta, lo dejamos y seguimos siendo amigos, nadie pierde aquí.

—Me gustaría intentarlo, eres un osito esponjoso, no creo que me hagas daño.

Ante la comparación sus mejillas se sonrojaron, tiró de SeHun para acomodarlo a su lado y escondió su cara en su cuello. Realmente se cohibía cuando alguien le hacía comentarios como esos.

(...)

SeHun necesitaba comprarse un suéter, lo había visto en una revista de modas y a pesar de que la mitad de su sueldo se irá en eso, sabe que debe tenerlo. JongIn lo acompañaba gustoso, le agradaba salir con el menor porque se tomaban de mano y se daban besitos pequeños.

—Mira, está en esa tienda— señaló el lugar, le jaló con emoción por toda la plaza hasta que llegaron al lugar.

Fue agradable verlo tan feliz mientras veía el suéter y buscaba su talla. Antes de llegar a la caja logró ver una camiseta que le había gustado mucho, pero no podía permitirse gastar mucho dinero, por lo que sólo la apreció, cuando pagaron y salían, JongIn se quedó parado de repente.

—Se me cayó el teléfono, iré a buscarlo, espérame en las bancas de afuera.

Hizo caso, seguro que lo encontraba pronto, observó sus pies mientras tanto, no era interesante, pero no había otra cosa que hacer.

—Te encontré— alguien le tomó la mano con fuerza y tiró de él, cuando alzó la mirada pudo ver que era Chanyeol—Cuando salí de la cárcel decidí que iba a buscarte para traerte de nuevo conmigo

—No voy a ir a ningún lado— sintió como su cuerpo comenzaba a temblar.

—Eres mío, tienes que arrepentirte de dejarme y acusarme de hacerte daño— la presión que ejercía en su mano era abrumante—Todo lo que yo hice era porque lo merecías— dobló la muñeca para hacerle daño—Sólo sabes hacerme enojar, no sabes ser novio.

—Pues por eso ya no soy tu novio, lo que tú querías era un esclavo—trató de zafarse, pero no podía, él siempre fue más fuerte—Estás enfermo, deberías tratarte o algo así.

Chanyeol levantó su puño para poder golpearlo, pero fue detenido por JongIn.

—Tienes una orden de alejamiento, debes estar a cuarenta metros de SeHun— le mostró su teléfono, donde ya estaba por marcar al número de emergencias.

—Ni que valieras tanto— le soltó la mano y se marchó con prisa.

—¿Estás bien? — preguntó mirando la mano de SeHun.

—Sí, estoy muy bien.

JongIn vio en los ojos de SeHun la confianza y la fortaleza. Le mostró una bolsa de comprar y la puso en sus piernas. Cuando la abrió pudo ver la camiseta que le había gustado.

—Muchas gracias— le dio un beso en los labios—Eres el mejor novio del mundo, hasta me recuerdas cosas que me salvan la vida.

Era honesto, JongIn era la calma después de la tormenta y eso era lo mejor que pudo pasarle en la vida.


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