Capitulo 31

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Me despierto en la sala, ayer me debí de quedar dormida viendo la televisión. Aún dormida subo la escalera para ir al baño a asearme.

Ya fresca entro en mi habitación. Cojo mi móvil en el cajón y lo enciendo. Pongo la clave y lo dejo en la mesilla. Mientras se actualiza aprovecho para llevar la ropa sucia y los zapatos de mi habitación. Al entrar de nuevo, abro la ventana. Mi móvil comienza a sonar sin cesar, lo cojo rápido no quiero despertar a mis padres. Esto es lo que pasa al dejar el móvil tres días abandonado en un cajón, pienso. Comienzo a abrir los mensajes.

1. Ana: Se que estás liadísima con lo de la boda, pero te quería avisar de que mañana salgo hacia Londres. Al final mis padres han conseguido lo que querían.

2. Alan: Lo siento me he comportado como un idiota, perdóname. Te echo de menos.

3. Ana: Ya estoy en Londres, veo que sigues con el móvil apagado. Eres la de siempre... Estoy bien, llámame si lees esto antes de que llegue a casa.

4. Oliver: María, no sé si te lo han dicho, pero han invitado a Alan a la boda y creo que deberías saberlo. Por cierto me has de decir para que tienes el móvil si lo tienes apagado.

5. Alan: María me han invitado a la boda, has apagado el móvil y no sé si quieres que vaya, dime algo cuando lo leas por favor.

6. Ana: María en serio me tienes preocupada mándame un mensaje o algo, he llamado a casa pero no me coge nadie el teléfono, luego me he dado cuenta de que hoy es la boda. ¡Llámame!

Miro al móvil no imaginé que en tres días me fuesen a mandar ningún mensaje, ya que por regla general no suelo recibir ninguno nunca.

Rápidamente le mando un mensaje a Ana diciéndole que lo sentía mucho pero que había dejado el móvil en la mesilla, que me alegraba mucho de que ya se haya ido otra vez de vacaciones y que hayan llegado bien, y que no se preocupe que todos estamos bien por aquí, que solo tiene una amiga con la cabeza en las nubes.

A Alan decido no contestarle a los mensajes, ni a Oliver. A Oliver porque ya no tiene sentido responderle y a Alan porque prefiero hablar con él cuando estemos juntos. Sé que da la sensación de que estoy dejando pasar las cosas, pero es así solo estoy buscando el momento apropiado para hablarlo.

Escucho el despertador de mis padres al fondo. Al poco rato la ducha se abre. Mientras el agua corre la puerta de su dormitorio se abre. Mi madre aparece a los pocos segundos en mi habitación.

- ¿Qué tal has dormido?- pregunta desde el marco de la puerta.

- Me he quedado dormida en el sofá y he dormido toda la noche abajo- le digo.

- Bueno lo importante es que no te duela la espalda. ¿Has desayunado ya?- dice poniéndose recta.

- No, iba a bajar ahora.

- Vale yo voy a ir preparando el desayuno, baja a ayudarme- dice mientras se va yendo.

Ya en la cocina mi madre prepara tostadas mientras yo pongo en marcha la cafetera. Mi madre se sirve una taza de café en cuanto está listo, le echa leche fría para poder tomarlo lo más pronto posible. Moja la tostada en la mezcla hasta terminarla y luego bebe el sobrante. Yo, sin embargo, me tomo mi tiempo para hacerle compañía a mi padre cuando baje a desayunar. Mis padres apuran porque mi padre tiene que ir a trabajar y mi madre a por su coche. Así que hoy iremos los tres juntos hasta el restaurante.

Cuando todos estamos listos subimos al coche, mi padre arranca el motor y una emisora de noticias comienza a sonar en los altavoces. Mis padres se ponen el cinturón y comienzan hablar sobre la boda. Critican el vestido de una, las malas formas del otro, hablan de la mala organización por parte del fotógrafo, etc.

Al llegar al restaurante mi madre se baja del coche, un chico la atiende rápido y le da una serie de indicaciones. Mi madre se asoma la ventanilla del coche.

- María, ¿vas con tu padre o conmigo? Yo me voy a hacer la compra y unos recados- pregunta.

- Yo voy a trabajar - dice mi padre.

- Me voy con papá hasta el centro. Luego te llamo y te digo que voy a hacer mamá.

Mi madre se despide y va hacia su coche. Papá y yo nos vamos rumbo al centro. Durante el camino apenas hablamos. Al llegar cerca del trabajo de mi padre le mando un mensaje a Alan: "Estoy en el centro, ¿te apetece quedar?" Al poco rato me responde: "Buenos días, claro que me apetece. ¿Dónde nos vemos?" No sabía donde podíamos quedar, esta no es la zona del centro por donde yo suelo andar, así que le pongo: "¿Me recoges y luego vemos?" Al poco me vibra el móvil, ha respondido: "Sí, ¿dónde te recojo?" Se que cerca del trabajo de mi padre hay un parque de perros así que le respondo: "Te espero en frente del parque de perros, en la parada del bus."

Mi padre se mete en el parking de la oficina, a mi me el vigilante me pone una tarjeta colgada del cuello en la que pone visita. Cuando mi padre aparca me pregunta:

- ¿A dónde vas?

- He quedado con Alan- le respondo.

- Ten cuidado con lo que haces María, hay cosas que no tienen solución- me dice antes de salir del coche.

Yo no respondo solo camino a su lado hacia el ascensor. Cuando estamos dentro mi padre comienza a hablar con uno de sus compañeros del trabajo. En el primer piso mi padre se despide de mí mientras salgo del ascensor. La situación era de lo más incomoda posible allí dentro. Al salir una guardia de seguridad me recoge la tarjeta de visita que me han hecho colgar del cuello. Miro el gran reloj que hay a la salida, marcan casi las diez. Salgo y camino hacia el parque de perros está muy cerca de aquí. En el camino me compro un chicle de menta, tengo miedo a que lavarme los dientes hoy no haya sido suficiente.

Llego a la parada del bus y él aun no está. Un montón de coches pasan por esta carretera a esta hora. No sé si Alan vendrá en coche o en moto, aunque no tengo problema por suerte he traído pantalón vaquero. Todavía no han pasado ni diez minutos cuando su coche para en la parada. Me subo corriendo, un autobús está a punto de llegar a la parada. Nos damos un beso, un beso muy rápido porque el conductor del autobús nos comienza a tocar el claxon. Alan arranca.

- ¿Qué tal estás?- me pregunta.

- Muy bien- respondo-, ¿y tú?

- Bien- dice viéndome con una sonrisa-. ¿A dónde quieres ir?

- No lo sé, llévame a algún sitio donde podamos estar tranquilos- digo en tono bajo.

Cada vez las calles me comienzan a sonar más, y sé el porqué, estamos cerca de su casa.

Besos para dormirteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora