Capitulo 26

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Al llegar a casa mi madre tenía la cena hecha, y yo no tenía hambre, pero me siento con ella para que no esté sola. Pese a que es tarde mi padre todavía no ha llegado a casa, tiene mucho trabajo. Mi madre no para de ver el reloj, parece estar intranquila y apenas come.

Cuando terminamos de cenar subo a mi habitación y cojo el móvil por primera vez en todo el día. Me tiro en cama, con la ropa puesta, y lo enciendo. Comienzan a llegarme mensajes sin parar y comienzo a abrirlos uno tras otro, y cada vez que leo uno lo contesto. Alan ha hecho que su día sea mío mandándome cada hora desde que se ha levantado un mensaje diciéndome lo que hace, yo le he respondido con lo que yo he hecho y terminando el mensaje con un "te quiero", tan bonito como el que él me ha mandado antes. Cuando leo el último me llega uno nuevo y comienzo a leerlo.

Estoy en la azotea de mi casa, viendo las estrellas, y ¿sabes? Creo que tú estás en todas ellas. Estoy leyendo un libro,...

- Cariño voy a salir un momento- mi madre entra en mi habitación y se sienta en mi cama-. ¿Vas a salir hoy?

- No creo mamá. ¿Quieres que le diga algo a papá?

- No cariño, gracias, ahora mismo voy a estar con él. ¿Quieres que le diga algo?

- Sí, dile que mañana voy a usar la tarjeta para hacer algunas compras.

- Está bien. Te quiero cariño- dice mientras sale por la puerta.

Intento volver a mi lectura y parece que lo consigo.

...es de poesía. Avísame cuando estés conectada quiero verte aunque sea por una pantalla. Te quiero. 00:07h.

Me levanto de la cama y enciendo el ordenador, me pongo el pijama y me pongo un poco de brillo en los labios. Cojo mi móvil y le llamo.

Pi... pi... pi...

- Te amo- me sorprendo cuando me dice esto nada más coger el teléfono-. ¿Qué tal?- me dice.

- ¿Siempre respondes así al teléfono?

- No, de hecho es la primera vez que lo hago. Por cierto estoy muy bien, y me alegro que tú también- dice riendo al no responder a su pregunta.

- Que sí, que estoy bien. ¿Quieres que me conecte entonces?

- Si puedes sí.

- Sí que puedo mis padres no están y no me importa que me hagas reír como una loca- digo mientras rizo mi pelo frente el espejo.

- Vale, hablamos en quince minutos. Tenlo todo preparado.

- Ya lo tengo, hasta dentro de quince minutos. Te quiero.

- Y yo a ti.

Mientras espero, bajo a la cocina a por un vaso de agua. Como solo queda del tiempo le pongo hielo y subo para mi habitación. En la pantalla no aparece nada, así que espero sentada en el escritorio mientras dibujo sobre un viejo cuaderno. Mis dibujos parecen hechos por un niño de primaria, nunca se me ha dado bien dibujar, pero esta vez he conseguido hacer un gnomo con su casa de seta al lado. Cuando solo me quedaba ponerle cara a aquel peculiar personaje, aparece una ventana en el ordenador. Me arreglo el pelo rápido, me pongo bien mi pijama y le doy a aceptar la video llamada. Tarda unos segundos en cargar la imagen y se me hacen eternos, no sé cómo ponerme delate de la cámara y me quedo quieta por si él ya me ve. De fondo el despacho de su casa, lleno de libros, pero en lugar de su silla hay un papel escrito a mano en el que pone: Déjame que te bese y te diga buenas noches.

Besos para dormirteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora