✾Capítulo 30: Los que amé.

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Yo no podía hablar, estaba anonadada. Todo este tiempo había estado en una estúpida y putrefacta burbuja, alejada de la realidad, con una felicidad de mentira... Jacobo era el culpable de ello, pero aún así... Cuánto lo amaba, cuanto más daría por el, cuánto más tenía que pasar para que dejara de importarme de este modo.

—Llévenselos—Ordena Alejandro a cinco hombres que estaban tras de él.

Ellos de inmediato reaccionaron, tomaron a Jacobo entre dos pero aún así no pudieron, él solo gritaba mi nombre mientras uno de ellos tomaba fuertemente mis brazos y los juntaba en la parte de atrás de mi columna vertebral.

—¡Anastasia! ¡No, a ella no Alejandro!,¡No tiene nada que ver en esto!—Gritaba varías veces pero no obtenía respuesta. Ni siquiera de mi.

—Suéltala, yo la llevaré—Inmuta Corban tomándome del brazo.

Siento que algo hala fuertemente mi otro brazo.

Jacobo...

Se ha podido soltar de esos hombres, y no tiene cara de dejar que se lo lleven.

—¡A ella no la tocas animal!—Grita desenfrenado.

Corban ríe.

—¿Ahora yo soy el animal?—Habla sarcástico.—Deberías decirle de una buena vez lo que hiciste, o se lo diré yo y sabes que es peor—Advierte.

Miro a Jacobo, su semblante serio cambia por primera vez, es la primer vez que lo noto nervioso, que lo noto asustado y esto debe ser grave.

Al voltear mi vista hacia el lado derecho noto que Alejandro está un poco estresado, él tiene que saber sobre su hija, no sobre "tríos amorosos" pero aún así no interviene en lo absoluto.

—¿De qué hablas Corban?—Por fin pronuncié algo.

Ellos dos se miraron mutuamente, ninguno de los dos quería responder y me di cuenta de ello.

Si era algo malo, era obvio, Jacobo no respondería por miedo a perderme.

Pero Corban ¿El que tenía que perder? ¿A su amigo y primo? ¿Su trabajo? ¿A mí de igual forma?.

Tantas dudas, tantas preguntas pero en realidad sólo ellos dos tenían las respuestas, y el más sincero que encontré fue... Corban. 

—Corban, dime, dime, ¿Qué es lo que pasa?, no puedes seguir dejando que viva en ignorancia, porque créeme, eso no es vivir, tienes que ser sincero conmigo—Susurro.

Él vuelve a mirar a Jacob con furia a lo que Jacob responde con una mirada espeluznante.

Si Corban habla ahora mismo y no de cuida la espalda, terminará igual que Cynara, y no quiero que eso le pase. Él me ha ayudado, le debo ese favor.

Me estoy volviendo loca.

Loca con este silencio.

Loca con lo que pasa.

Y loca por la verdad.

—¡Ya basta de juegos tontos y de su amor loco, lleven a estos dos al sótano, y tú Corban ven conmigo, tienes mucho que investigar todavía!—Grita Alejandro.

Era obvio, Alejandro no enviaría al sótano a Corban porque lo necesitaba, pero luego de eso se iba a deshacer de él, así que le advertí.

—¡Corban!—Le llamé a lo que el de inmediato se acercó—Tienes que cuidarte, cuando dejes de ser útil para Alejandro te hará lo mismo que a nosotros—Susurré un poco para que nadie me escuchara.

Al no ver reacción por un momento sentí que él no me había escuchado, pero luego de un segundo el asintió.

Los hombres que llevaban a Jacobo lo sacaron de casa e igualmente a mí, estando afuera Corban gritó

—¡Anastasia, no puedes vivir engañada toda la vida, Jacobo asesinó a tu madre, él lo hizo, él te mintió y te ha destrozado sin que te des cuenta!—Gritó tan fuerte que un pitido se originó en mi oído.

¿Él hizo que?

¿Había escuchado bien?

¿Me había vuelto loca?

¿Jacobo lo hizo?

¿Eso era lo que tenían que contarme?

No. No. No.

Jacob no.

—¡IDIOTA!—Jacob salta sobre Corban haciendo que caiga en su espalda, le da tantos golpes que fluida sangre empieza a salir.

Siento que están hablando, pero no logro saber quién, sigo encerrada en mi mundo y en shock.

Jacobo lo asesinará, por mi culpa.

Logro soltarme por el descuido de mi verdugo y me abalanzo sobre Jacobo golpeándolo, a lo que el para se voltea me mira y me toma de los brazos.

—¡No Ana, escucha, escúchame!—Me habla.

Yo mientras tanto observo esos ojos... Esos ojos hipnotizantes, los que me enloquecen, los que amo y los que me enamoraron.

O los que amé....

—Quiero que te desaparezcas de mi vida, jamás te quiero volver a ver, ¡Nunca!—Grité y me levanté del suelo donde estaba.

—¡ANASTASIA!—Gritaba Jacob pero mi mente había cambiado por completo en ese momento...

Yo....

Anastasia Scott....

Anastasia ya no sería la misma.

—Tengo un nuevo plan—Habla Alejandro tranquilamente—Deja a estos dos aquí y que se asesinen uno a otro, solo la llevaremos a ella—Ordena y soy bruscamente subida a la camioneta.

Ya no me importa nada, ni yo misma.



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AnyiLi 🌻

Obsesionado por ti ©️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora