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Estaba en silencio, sentado en su cama, abrazando sus piernas.

El contrario estaba sentado en la esquina de la cama, apoyando con sus manos su cabeza.

-Otra vez.

El menor se encogió más sobre si mismo, escondiendo su rostro.

-Lo siento.

-¿Crees que un 'Lo siento' soluciona todo?- Preguntó el mayor, sin mirarlo -Prometiste que comerías.

-Se me olvidó.

-Ya. Voy a fingir que te creo- Hoseok lo observó -Debes comer, Tae. Últimamente no comes casi nada.

-No me da hambre- Levantó su cabeza para mirar a su pareja -Estoy bien, Hobi, de verdad. No me pasa nada. Solo que últimamente no tengo hambre.

Hoseok se levantó de la cama, caminando hacia la salida de la habitación.

-¿Donde vas?

-Le dije a Jin que lo acompañaría a comprar algunas cosas que necesitaba. No sé a qué hora llegaré, pero si ocurre algo puedes llamarme, o ir donde Chaeng.

Y salió de la habitación, dejando a Taehyung sólo entre las cuatro paredes de soledad que le rodeaban.

Bajó las escaleras, y caminó hasta el menor, que se encontraba jugando en la sala.

-Saldré un rato, tu hermano está en la habitación por si necesitas cualquier cosa.

Minsu asintió, y siguió jugando, distrayendo su mente de la realidad.

La verdad, es que esa salida no estaba planeada, pero Hoseok odiaba llorar en casa.

A penas puso un pie en la calle, las lágrimas se acumularon en sus ojos de manera rápida, casi como un rayo.

Se sentía ahogado, como si le hubieran puesto cemento en los pies y lo hubieran arrojado al océano, sin piedad alguna.

Sabía que Taehyung no estaba bien, y que a cada segundo su salud mental y física se deterioraba, pero no sabía como ayudarlo. Había hablado con el muchísimas veces, pero el menor negaba todo e insistía en que se encontraba bien, cuando claramente no lo estaba.

Y eso era algo que preocupaba en demasía a Hoseok.

Taehyung estaba cayendo a un pozo oscuro sin fondo, y Hoseok no sabía como rescatarlo de ahí.

Todos sus intentos eran en vano, por más que parecía avanzar un paso retrocedía tres más.

Y lo que más le dolía era que la sonrisa de Taehyung seguía en su rostro, aunque se sintiera triste o con ganas de morir.

Entonces, se le ocurrió un lugar al cual podía ir.

Comenzó a caminar hasta la parada de autobús, deseando poder llegar lo antes posible.

Sentía que con cada paso que daba su corazón ardía más y más, como si el dolor se le acumulara en la garganta y no lo dejaba respirar de manera correcta.

Al llegar a la parada, sacó su teléfono del bolsillo, comenzando a marcar un número.

-Vamos...vamos, contesta- Susurró, cerrando los ojos mientras se comenzaba a desesperar.

El tono sonaba y sonaba, y nadie contestaba.

Y cuando todo parecía perdido, la voz habló al otro lado de la línea.

-Hoseok, hola. ¿Ocurre algo?

-¿Puedo ir a verlos? Necesito hablar urgente con alguien.

-Ahora estoy yo en casa, pero claro, ven. Te espero aquí.

-Muchas gracias, de verdad.

Cortó, y esperó unos minutos hasta que el autobús llegó, y subía rápidamente, deseando que el tiempo pasara más rápido.

Comenzó a jugar con sus manos mientras los minutos pasaban. Se sentía más frustrado cuando el autobús recogía más gente y se demoraba más y más en llegar a su destino.

Miraba el paisaje, intentando despejar su mente y no pensar en que no sabía que hacer.

Una lágrima se deslizó por su mejilla, y la secó rápidamente, intentando controlar la respiración.

Quizás un poco de música le ayudaría.

Buscó en sus bolsillos y encontró sus audífonos, los desenredo y los conectó a su teléfono, los puso en sus oídos y buscó alguna canción que le ayudara a calmar la ansiedad que sentía en ese momento.

Aunque Taehyung no salía de su mente por ninguna razón.

Y más asustado se sentía.

Cuando llegó a la parada, se bajó con rapidez y detuvo la canción, se quitó los audífonos y comenzó a caminar con rapidez hasta el edificio al cuál necesitaba ir.

Entró y subió por la escalera, ya que no se sentía en condiciones de esperar por el elevador.

Al llegar al cuarto piso, buscó el departamento de sus amigos, y tocó la puerta.

Unas pisadas en dirección a la puerta lo tranquilizaron, y esta misma fue abierta, revelando al pequeño rubio con mirada de preocupación.

-Ven, pasa- Dejó a Hoseok pasar, cerrando la puerta detrás del mayor -¿Qué te ocurre?, ¿Por qué estás tan preocupado?- Preguntó, con angustia ante el malestar notable de su amigo.

-Taehyung está peor que antes, no sé que hacer- Miró a Jimin, y comenzó a llorar otra vez, sin poder aguantar más su dolor -Tengo miedo, Jimin, mucho miedo. No quiero que vuelva a ocurrir aquello.

El rubio, sin dudarlo un segundo, abrazó a su amigo con fuerza, dándole la fortaleza que necesitaba en ese preciso momento.

Y temió, porque sabía lo mal que Taehyung lo había pasado hace un tiempo, y no quería que eso se volviera a repetir.

La puerta del departamento fue abierta nuevamente, y Jungkook se dejó ver, con una bolsa de papel en sus brazos.

Observó con confusión a los chicos abrazados, pero cuando escuchó el llanto de Hoseok entendió que era grave, dejó la bolsa sobre el suelo y se acercó, abrazando a Hoseok también.

-¿Qué tan mal está?

-Bajó diez kilos en una semana y dos días- Respondió, secando sus lágrimas -Cada vez pierde más fuerza y sufre más ataques de ansiedad. Cuando salimos de fiesta sufrió uno, pero fue con Chaeng y ella lo cuidó, porque yo no estaba por ir a una maldita fiesta.

-¿Chaeng?- Preguntó Jungkook -¿Son Chaeyoung?

-Si, ella misma- Limpió otra lágrima -Es un ángel, de verdad. Le tengo mucho aprecio porque siempre está para mi y para Taehyung cuando la necesitamos.

Jimin volvió a abrazar con más fuerza a Hoseok, sintiendo sus ojos llenarse de lágrimas.

-No dejarás morir a Tae, ¿Verdad?- Preguntó, con mucho miedo -¿No lo harás?

-Claro que no, pero solo no puedo- Se separó para mirar a ambos chicos -Necesito su ayuda, por favor.

La pareja se miró, y asintió con seguridad, dispuesto a ayudar de todas maneras a su amigo.


ʻOHANA ||HOPEV||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora