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1, 2, 3.

Terminó de guardar los cargadores en el cinturón que llevaba puesto.

4, 5, 6.

Escondió la navaja en su bota, solo para más seguridad personal.

7, 8, 9.

Se puso los guantes de cuero, ajustándolos a su mano para mayor comodidad.

10.

Se miró al espejo, y no se reconoció de inmediato.

¿En qué se había convertido?

Dejó de prestarle atención a sus sentimientos cuando Hoseok se apoyó en el marco de la puerta, observándolo. Lo miró de vuelta, y con el movimiento de cabeza que hizo Hoseok supo que era hora de partir, que debía moverse de la habitación.

Y así lo hizo, salió de la habitación con la cabeza en alto, seguido de Hoseok. Las piernas le temblaron mientras bajaba la escalera, pero no le dio importancia, estaba demasiado preocupado en recordar cada cosa que le hizo Hyeon, para tener más ira acumulada contra él.

Al salir de casa, ambos subieron al automóvil negro, que era conducido por Namjoon, teniendo a Seulgi de copiloto. Chaeyoung ya se encontraba dentro, con sus manos entrelazadas y con los ojos cerrados.

Cerró la puerta después de subir, y Namjoon comenzó a conducir hacia la cárcel, de la manera más calmada posible. Incluso, e un intento de quitar la incomodidad del aire, encendió la radio y sintonizó algún número que ofreciera música de su agrado.

El teléfono de Seulgi sonó, y ella se asustó, ya que se encontraba demasiado ensimismada en mirar por la ventana y pensar en cualquier cosa, menos en lo que iba a suceder.

-¿Sí?

-Las cámaras ya están hackeadas, toda la grabación del día de hoy desaparecerá por completo, los uniformes y las llaves se encuentran escondidas en el lugar que acordamos, y los bidones están posicionados. Los guardias que vigilan las cámaras ya fueron eliminados y reemplazados por gente de mi total confianza. ¿Algo más que te deba decir?

-El apoyo extra.

-También están aquí, están todos como guardias del patio de recreo. Tienen la zona cubierta por completo.

-Gracias, de verdad te lo agradezco.

-No es nada, Seulgi, sabes que cuentas con mi apoyo para lo que necesites- El chico tras la línea dio una pequeña risa -Avisa cuando entres.

-Está bien.

Cortó la llamada y avisó al resto de acompañantes de la situación actual que se le había informado, y otra vez más, repasaron paso a paso qué era lo que debían hacer una vez que llegaran allá.

Y Taehyung suspiró, por milésima vez en el día.

***

Los lentes de sol eran un buen accesorio en ese momento.

Apoyada contra la motocicleta, con los brazos cruzados, se encontraba esperando pacientemente a que comenzara su participación.

Los dos chicos que la acompañaban se encontraban a unos metros de ella, jugando a las cartas para pasar el tiempo.

Suran los observaba de reojo en algunos momentos, y reía junto a ellos, pero se mantenía siempre alerta.

Cuando vio, a lo lejos, un automóvil negro estacionándose entre los árboles, y vio descender de este a Namjoon, supo que era hora de entrar en acción.

-Llegaron- Anunció, y cuando las palabras terminaron de salir de su boca, ella ya se encontraba posicionada en la motocicleta.

Yoongi llegó y se subió tras de ella, agarrándose de la cintura de la chica. Seokjin, por otro lado, corrió a la calle pavimentada que llevaba a la cárcel, dejó el skate en el suelo, lo impulsó y subió en el, comenzando a impulsarse cada vez más.

De esta manera, los tres avanzaron hasta el primer punto donde comenzaba el plan.

***

Miraba el reloj impacientemente, contando los segundos pasar.

Su compañero, a su lado, se encontraba con la mirada clavaba en la pared frente a él, ni siquiera parpadeaba.

-¿El viejo sabe qué debe hacer?- Preguntó el menor, con un toque de enojo en su voz.

-Sí, ya encontró su escondite- Respondió Jimin, en voz baja -Una vez se acabe todo, iré por él rápidamente y después huiré por algún otro lugar.

-No es necesario- Jungkook se giró a mirarlo -Traje un arma más, y un par de cargadores más, así que no es necesario que se mantenga escondido. En cuando esto empiece nosotros saldremos con Hyeon, y él irá al mismo lugar que nosotros.

-Pero yo no le he contado nada de esto, ¿Cómo va a saber donde encontrarnos?

-Porque ya hablé con él- Respondió Jungkook -Ya le entregué el arma y le di las instrucciones necesarias para su supervivencia mientras se encuentre sin nosotros.

Jimin sonrió, y abrazó con fuerza a Jungkook, feliz de recibir ayuda de él. El menor lo abrazó de vuelta, acariciando su espalda.

Se separaron cuando sintieron una fuerte explosión, que movió todo el lugar. Ambos se miraron, y posteriormente recuperaron su posición. Después de unos segundos, los gritos de pánico y de dolor comenzaron a hacerse cada vez más fuerte.

La explosión había sido unos pisos debajo de ellos.

El plan había empezado.

Un guardia de mayor rango llegó al pasillo de ellos, con unos guardias más, y gritó un par de órdenes a todo el personal.

Debían evacuar a los reos.

Rápidamente, Jungkook comenzó a abrir la celda de Hyeon, y Jimin lo sujetó fuertemente, sacándolo de ahí y colocándole las esposas.

-Lo siento por las esposas, pero es para hacerlo más creíble- Se disculpó, y Hyeon solo asintió mientras sonreía.

Entre ambos lo afirmaron de los hombros, obligándolo a avanzar, al igual que como hacían el resto de gendarmes con los otros reos. Dado al caos de la situación, las escaleras se encontraban abarrotadas de gente, dificultando el paso para todos.

Habían gritos de miedo, de dolor, de terror, de arrepentimiento. Se escuchaban todo tipo de palabras gritadas, contra todo tipo de persona.

Después de todo, nadie que estuviera ahí quería morir.

Una vez llegaron al primer piso, comenzaron a salir hacia uno de los patios que tenía la cárcel, ocupando el lugar para dejar a los reos lejos de las llamas en lo que llegaba la ayuda de bomberos.

Aprovechando también el humo y el caos que había en el patio, con tantos reos en un solo lugar, se les hizo mucho más fácil escabullirse entre ellos y correr junto a Hyeon hacia el lugar que habían acordado juntarse.

Entre tanto movimiento, distinguieron una figura que corría hacia la misma dirección que ellos, mirando hacia todos lados.

Jimin se sintió un poco más tranquilo al ver que su amigo se encontraba bien, pero en este momento debía mantenerse firme para pelear contra Hyeon.

Debía ser sincero, daba pasos con aparente firmeza pero sus piernas temblaban, pareciendo gelatina. 

Y por fin, llegaron a donde habían acordado.




ʻOHANA ||HOPEV||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora