|Epílogo|

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Hoseok entró a la habitación, cerrando la puerta tras de sí.

Minsu dejó de prestar atención a su libro, y observó con curiosidad al mayor, quién parecía perdido en su mundo.

-¿Qué ocurre?- Preguntó, sabiendo que la respuesta no le gustaría en absoluto.

El mayor, sacó su mano derecha de su vientre, mostrando cómo su camiseta estaba manchada de un rojo carmesí. Observó su ropa antes de observar al menor.

-No pude evitarlo...

Minsu se levantó de golpe, acercándose a Hoseok y ayudándole a llegar hasta la habitación, lo dejó recostarse, sintiendo cómo sus manos temblaban levemente por los nervios que le producía toda la situación.

-Llama a Jimin, dile que se apresure.

-Mejor llamo a una ambulancia, prefiero el hospital.

-Estoy bien, solo necesito que Jimin venga y arregle esto.

-Hobi, estoy hablando en serio. Puede ser grave.

-No seas como tu hermano, hazme caso, ¿Sí?

-Si estás vivo aún es porque Taehyung nunca te hace caso. De verdad déjame llamar a-

-Minsu.

Y aquel seco tono de voz le dejó en claro que la ambulancia estaba lejos de ocurrir.

Buscó el teléfono en los bolsillos de Hoseok, hasta encontrarlo, buscó el contacto de Jimin y llamó, esperando que este contestara luego.

Los segundos corrían, pero ninguna voz aparecía desde el otro lado de la línea.

-No hay respuesta.

-Vuelve a insistir.

Volvió a llamar, pero el resultado fue el mismo obtenido antes.

Sin señales de vida.

-Nada aún.

El mayor se quejó, presionando con más fuerza la zona de la herida.

La sangre de Hoseok estaba manchando las sábanas, demasiado, y aquello era peligroso.

Minsu volvió a insistir, buscando por toda la habitación algún botiquín o algo que pudiera ayudarle en el momento, pero solo encontró las maletas suyas, además de polvo.

-No hay botiquín aquí.

Se giró a observar a Hoseok, con miedo.

-¿Y por qué no hay un botiquín aquí?

-No pensé que fuera a necesitarlo.

Y eso hizo a Minsu colapsar.

-Hobi, no estamos aquí de vacaciones, ¿Y no se te ocurre traer un maldito botiquín?- Preguntó, molesto -¿Es que no te das cuenta que no eres inmortal?

El hecho de que ambos estaban en la cabaña pequeña de la madre de Hoseok, en medio del bosque, no lo tranquilizaba en absoluto. No había nada cerca habitado donde pudiera pedir ayuda, la ciudad estaba lejos y Taehyung había salido con el automóvil.

Estaban jodidos.

Las quejas de Hoseok eran cada vez más fuertes, y sus manos estaban a cada segundo más rojas.

De pronto, un recuerdo llegó a la mente de Minsu, y eso le dio un poco de esperanza. Corrió hasta su maleta, abriéndola y sacando del interior una camiseta cualquiera, la dejó sobre la cama y salió de la habitación rápidamente.

Corrió hasta llegar a la cocina, y comenzó a buscar en los cajones, hasta encontrar en uno de ellos una cinta adhesiva gris. Sonrió, y volvió sobre sus pasos, entrando en la habitación.

Levantó la camiseta de Hoseok, y puso la suya sobre la herida, cortó un pedazo de cinta y comenzó a pegar la camiseta a la piel de Hoseok, de manera en que ejerciera presión y la herida no quedara expuesta.

Le entregó el teléfono de vuelta, mientras el número de Jimin se marcaba otra vez.

El mayor se puso el teléfono contra el oído, rogándole a los Dioses que contestara de una vez, pero aquello no ocurría.

Jimin estaba lejos de contestar el teléfono.

-¿Taehyung aún no ha vuelto?

-No, pensé que volvería contigo. No sé donde está ahora.

-Mierda, estamos jodidos.

-Sigo diciendo que podemos llamar una ambulancia- Volvió a sugerir -No puedes mantenerte más tiempo con una herida así sin los cuidados apropiados.

-No me voy a morir por una pequeña herida.

Hoseok intentaba demostrar seguridad en sus palabras, pero solo conseguía un tono de voz que dejaba claro el miedo que estaba sintiendo en ese momento.

-Creo que mi corazón explotará- Llevó su mano a su pecho, sintiendo cómo este subía y bajaba con rapidez.

Minsu solamente le observaba, sin saber bien qué era lo que debía hacer.

Su mente estaba dando vueltas, y no tenía ninguna idea clara en ese momento.

De pronto el miedo comenzó a consumirlo, llenándolo de dudas y haciendo que su respiración se acelerara.

Su mente era un caos mientras él se mantenía observando a Hoseok, y cómo este respiraba cada segundo más rápido.

Algo malo iba a ocurrir, lo presentía.

Algo malo, muy malo.

Algo qu-

-¡Minsu!

El grito lo hizo volver a la realidad. Debido al susto, cayó del sofá donde se encontraba al suelo, levantando la cabeza rápidamente.

Se sorprendió al ver a Taehyung mirándole con una ceja alzada, y detrás de él se encontraba Hoseok, sosteniendo unas bolsas blancas en ambas manos.

-¿Qué pasó?- Preguntó una vez que su mente de adaptó más al lugar donde se encontraba.

-Te quedaste dormido otra vez en el sofá- Obtuvo como respuesta -¿Estás durmiendo bien por las noches?

Taehyung se acercó a su pequeño hermano, ayudándole a levantarse del suelo. Minsu sacudió su ropa mientras asentía.

-Sí, si he dormido bien.

-Lo que pasa es que se queda hasta tarde jugado videojuegos, y no duerme lo suficiente- Añadió Hoseok desde la cocina, dejando las bolsas que traía en sus manos.

Taehyung regañó a Minsu, mientras le explicaba que necesitaba dormir sus horas necesarias. Como castigo, lo envió en busca de las últimas bolsas con mercadería que seguían en el automóvil.

Salió de la cabaña, caminando hasta el automóvil y sacando las seis bolsas restante. Las tomó todas de una vez para evitar más viajes, cerró la puerta y caminó de vuelta hacia el hogar.

Al entrar, se giró, mirando a través de la puerta el frondoso bosque que había frente a ellos, asegurándose de que no hubiera nada extraño.

Pero no provenía ninguna luz del bosque, ni se escuchaban hojas o ramas ser pisadas, así que suspiró y cerró la puerta.

Deseando que aquél sueño no ocurriera nunca.

ʻOHANA ||HOPEV||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora