Capitulo: 24 Celos y descontrol.

57 8 0
                                    

- ¿Aún sigues aquí? - Digo cuando los codos de Cristian tocan la barra y me aparto asqueada - Lárgate - Pedi y me asegure de evitar su mirada penetrante pero no lo conseguí.

- No - Dijo y negó con la cabeza.- Dejamos una partida inconclusa nena - Explico el.

- Como quieras - Musite ante su primer comentario - Ya no quiero jugar. Es impresiónante como me quitas el ánimo de muchas cosas... - Explique mientras tomé el trago de Natalie en mis manos y le dabs un largo sorbo. El sabor cálido y amargo en mi garganta me dabs asco, no era del tipo que bebia ni me gustaba el gusto de la cerveza a lo mucho tomaba gaseosa mescalada con ella o gancia para darle algo de sabor pero estaba tan envuelta de calor que continúe bebiendo. Mi plan era ponerme lo más ebria posible para ver si al menos aquello me levantaba el ánimo esa noche.

- ¿Qué estás haciendo? - Me pregunto Cristian a lo que no me molesté en contestar.

Podía sentir su mirada sobre mi en cada movimiento que hacía y la odiaba, me hacía sentir incomoda.

- Créeme... No soy muy bueno cuidando jovencitas ebrias. En especial cuando lucen tan bien. - Me dijo el.

¿Que? ¿Eso era un halago de su parte?. Lo miré de reojo, le lanze una risa falsa y volví a la misma cara de molestia que tenía antes.

- ¡Genial! me tranquiliza saber que además de golpeador tal vez puedas abusar de mi en mi estado de ebriedad - Le dije hiriente y no se porque el se aguantaba mi mal genio.

- Auch - Dijo el. - Nunca antes me tildaron de violador. ¿Qué sigue? - Preguntó y aprobechando mi descuido cuando quise responder el me quitó el trago de las manos mientras con su otra mano volteaba mi asiento. Ahora lo tenía a mi misma altura por primera vez. - Me vas a enseñar la lengua también - Dijo sonriendo divertido y por alguna razón pense en otra loca forma de enseñarle mi lengua. Tragué duro ante aquel pensamiento y bufé por lo bajo intentando no verlo a la cara ya que ahora no tenía escusa porque estamos frente a frente.

- Ya quisieras - Le dije pero en realidad la que quería eso creo que era yo. Lo mire fijo y luego a su mano e intento arrebatarle mi trago pero el es más rápido y se lo bebe por mi

- No nena. ¿Que fue lo que te dije? - Dijo el regañándome.

- Que no serás bueno si tomo - Expliqué con una falsa voz de inocencia - Tienes muchas cosas malas Cristian ¿Alguna buena? - Pregunte provocadoramente recordando su anterior comentario.

- ¿En que crees que soy bueno? - Preguntó con voz a mi parecer sexi y viéndome de la misma forma como devorándome con su mirada. - Pruebame - Pidió con una sonrisa.

Hoy en verdad se le había dado por regalarme muchas sonrisas y en verdad las amaba. De repente, sentí que no podía mirarlo a los ojos porque, si lo hacía, me sonrojaría.

- En recibir los números de rubias, flacas y escuálidas - Dije recordando lo anterior y en realidad no creyendo que aquella rubia fuera una escuálida ya que ella tenía más delantera que yo en toda mi triste vida.

- Esos son celos - Me dijo el sonriendo aún más que antes y con los ojos brillantes por la emoción.

Pero, ¿lo eran?. Yo me había puesto celosa por aquel acto. Aunque así fuera no lo iba a admitir.

- Porque no vas a decirles que soy tu hermanita así puedes acostarte con ellas luego de que me valla a casa - le dije y torpemente confirme el porqué estaba tan molesta.

SILENCIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora