Capítulo: 23 Atracción.

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La luz del amanecer se filtraba por la ventanilla del auto inundándonos de un cálido calor otoñal.

Escucho el suave sonido de la carretera quedando atrás lo cual me relaja y me provoca aún más sueño del que tengo. Lanzó un largo bostezo empañando el cristal frente a mí y mis ojos se llenan de gotitas de medianas lágrimas. Me refriego y secó los ojos con la manga de mi busco intentando una vez más permanecer despierta.

- ¿Alguien puede decirme que estamos haciendo aquí? - Preguntó Scott por tercera vez consecutiva en el asiento trasero del auto.

- Te dije que deseaba tomar un buen desayuno. - Informo Cristian con ánimo desde el volante mientras intentaba estacionar el auto.

- Podíamos hacerlo en mi casa - Se quejo Scott aún molesto. Llevaba todo el camino refunfuñando como un niño malcriado y no lo culpaba. Cualquiera lo estaría tras ser levantado por Cristian a las 5:00 de la mañana con los ánimos de punta y deseando que tomemos el desayuno todos juntos antes de llevarme a clases un día: ¡Sábado!. Enorme excusa tuvo el muy genio.

- Esa era mi idea, pero no es mi culpa que Jessica tenga amigos tan especiales que no tengan más que una taza en su alacena o al menos leche en su refrigerador. - Respondío Cristian.

- ¿Revisaste mi casa? - Pregunto Scott sorprendido y sabía exactamente porque yo no lo estaba. Algo me decía que no era lo único que Cristian habría revisado de Scott.

- Si lo hice - Confesó Cristian sin problema.

- ¿Jessica lo escuchaste? - Preguntó Scott quejándose una vez más y esperando que yo regaré a Cristian por eso. Cosa que no aria porque Cristian, bueno, era Cristian y aun me asustaba.

- Chicos, son casi las 6:00 de la mañana y es ¡Sábado! - Exclamé llevándome las manos a la cabeza con jaqueca.

- Reviso mis cosas - Se quejó nuevamente. - Odio esto - Agregó.

- Lo sabemos - dijo Cristian sonriendome y giñandome un ojo.

- ¿Lo sabemos? - Preguntó - Jessica - Chilló mí nombre provocándome un dolor en la cien.

Estaba a punto de insultar a Scott pero Cristian junto a la puerta tomo de mi mano invitándome a bajar de su auto ya estacionado.

- Tu tambien abajo. - Dijo luego Cristian a Scott quien lo miraba con notable desprecio.

- Jessica - Chillo una vez más Scott.

Me llevé la mano a la cabeza rodando los ojos: «Hoy iba a ser otro día demasiado largo»: Pensé.

~♥~

Media hora después nos encontramos sentados dentro de una cafetería. Scott y Cristian acababan de insultarse el uno al otro y de fanfarronear sobre lo habilidosos que eran. Si tan solo ellos supieran lo mucho que ambos se parecían en sus ideales, creo que no se molestarían tanto el uno al otro.

Tomaba del café en mis manos y ya no provocaba ni el más mínimo el efecto de arrancarme el sueño. Esa mañana sin opción alguna tuve que contarles a mi manera el uno a el otro como los había conocido y en ambas historias mentí un poquito. «Nada nuevo»

Luego camino a casa me tomé un momento para llamar a mamá y decirle que me encontraba bien, contarle lo del incendio en la universidad y que yo había salido casi ilesa, una media mentíra también.

Después de desayunar con Scott y Cristian regrese a casa en la que Scott arreglo la puerta y tal como él lo dijo, no habían más rastros de lo sucedido la noche anterior. Nada de sangre en dónde creí haber visto, ni siquiera las herramientas estaban desacomodadas. Era como si todo hubiera Sido un loco sueño o producto de mi imaginación. pero yo sabía bien lo que había visto y ya ni negaría mis actos como a Peter.

SILENCIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora