Capítulo 3// Lo que quedó+ Yo.

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Entramos por las puertas hacia las aulas mientras me guían por uno de los pasillos que recorro prácticamente todos los días desde que entre aquí.

Los hombres sitúan unas masas de quién sabe qué, envueltas en plástico, tienen unos cables que sobresalen de ellas y las ubican en cada rincón que encuentran con demasiado cuidado.

#Explosivos.#

Van a explotar todo el área.

Por donde contemple hay cuerpos sin vida, sangre y destrozos del mobiliario de las aulas y los útiles escolares.

Un tipo se me acerca y está a punto de meter mi cabeza en una bolsa de tela negra, por lo que comienzo a moverme porque obviamente no quiero nada tapando mi visión, pero él insiste y contradiciendo mis emociones temerosas mi cuerpo sigue luchando aunque no se lo pida, es sólo durante unos cuantos estira y afloja cuando el tipo nota que no me detendré y sin aviso alguno me arranca la cinta de la boca de un tirón.

—¿Qué mierda quieres?— espeta con una voz muy gruesa, lo que casí me hace encoger en mi lugar, me imagino que como instinto primitivo de desear poder desaparecer.

#¿Que qué quiero?, pues que me desaten y me dejen libre, sin embargo, eso no pasará, así que, ¿qué quiero?#

—Quiero... mi mochila, no me dejaré poner esa puta cosa si no me dan mi mochila.— el tipo se queda callado un momento y a causa del pasamontañas que cubre su rostro no puedo observan su reaccion, pero justo después suelta una carcajada, denotando que no le importa en absoluto mis palabras y a sus risas se le suman las del que me sostiene.

—¿Qué es lo que les causa tanta gracia?— pregunta Peter llegando a nuestro lado con cara seria e indistinta.

—Dice que quiere su mochila, sino no dejará que le cubramos la cabeza.— responde el de voz gruesa mostrando la tela negra.

Peter me mira y después otra vez al sujeto:
—Entonces traela y dásela. No te cuesta nada.— proclama dejándome sorprendida. Vuelve a mirarme y dice:— Dile dónde esta y hazlo rápido porque toda esta mierda va a explotar en unos minutos.

Abro los ojos más de lo normal.

#¿Acaso dijo explotar y, en minutos?#

Peter se retira y estoy que me muero del miedo, se me revuelve el estómago y creo que voy a vomitar, pero ahora que lo recuerdo un batido de manzana es lo único que desayuné y no puedo tirar lo único que tengo en el estómago.

Respiro profundo y miro al hombre encapuchado de voz gruesa:
—Esta en la última aula, al final del corredor y después del pasillo, es multicolor de tela gruesa y muchos parches y costuras.— describo mi mochila sin muchas palabras intentando no cohibirme aún más con la anterior noticia.
Asiente, le entrega la tela al otro sujeto y se va a buscarla.

El otro tipo me cubre con la capucha y me obliga a caminar.
Durante un rato camino sin rumbo fijo en mi mente, hasta que advierto un clima más cálido y sin olor a sudor, con esto en mente sé que ya hemos salido, y lo compruebo al escuchar a lo lejos los automóviles que surcan la carretera en la distancia. Nos detenemos y un instante después me levanta del suelo, lo cual me altera en demasía.

—No me toques, infeliz.— me pone encima de algo que se mueve ante nuestro peso y después me suelta.

Creo estar en algún tipo de vehículo, talvez la parte trasera de alguna camioneta sin asientos. Lo creo a juzgar por el tapizado que siento, tal como los tapetes que usan mis padres en sus respectivos autos.

Me acomodo con las piernas cruzadas en pose de indio, lo cual me fue tremendamente difícil por las ataduras de mis brazos, aparte de que estoy algo desubicada por la tela de mi cabeza.

Sé que el tipo sigue aquí, advierto su presencia cerca y escucho su respiración.

—Aquí está.— comenta alguien de pronto provocando un sobresalto por mi parte y reconozco la voz como la del sujeto de voz gruesa, obviamente por su voz.

#Bien inteligente. #

—¿Cómo estás tan seguro de que es la mía?— mi voz se amortigua por la tela, pero me escucho con claridad.

—Porque es la única maldita mochila con parches de tutifruti, además de unos dibujos de ojos que no mencionaste que tenía.— replica con tono enfadado.

Hum...

Cierto, mi mochila tiene dibujos de ojos de distintos tamaños, colores y diseños, yo misma los hice y se me olvido mencionarlo.
Me mantengo callada porque, ¿qué más podría opinar?

Exacto, nada.

—¡Bien, todo está listo, suban a las furgonetas y larguémonos de aquí!— grita alguien a lo lejos.
Muchos vitorean emocionados. Escucho algunos portazos e indicaciones de quién conducirá cada vehículo, lo cual significa que hay muchos de ellos.

—Ahora baja, yo me quedaré con ella.— ordena el de voz gruesa al sujeto que está conmigo. Seguido la furgoneta se mueve por el cambio de peso y unos instantes después se cierran las puertas del vehículo y no puedo hacer otra cosa más que escuchar todos los movimientos a mi alrededor: dentro y fuera mi sitio.

El hombre golpea el techo un par de veces y el vehículo empieza a moverse.

#Ay no, mierda en serio está pasando.#

Sé que me mantenía "calmada" por el hecho de no pensar mucho en la situación en la que me encuentro, pero ahora, estando aquí con un hombre sola en una cabina de furgoneta, amarrada y sin poder ver nada, me siento tan asustada y perdida. Quiero que la tierra me trague y me regurgite en mi casa.

#Carajo, mis padres... No lo soportarán, y mis hermanos, van a estar asustadísimos.#

No llevamos ni tres minutos andando cuando a lo lejos escucho un fuerte estruendo, como de algo colisionando o explotando. Me lleno de terror sin saber bien qué es, hasta que el entendimiento me golpea fuertemente.

Lo han hecho.

Hicieron explotar el lugar donde hasta hace unas horas estaba lleno de estudiantes y docentes haciendo sus cosas, viviendo sus vidas, pasando inadvertidos por la sociedad unos de otros. Donde hace unas horas lo más importante en mi vida era entregar mi tarea y sacar buenas notas.
Ese lugar ya no existe más, de él sólo quedarán los rastros de los cimientos de lo que alguna vez fue nombrado plantel estudiantil.

Bueno, quedarán los cimientos y..., yo.

En Mi Oscuro Lugar- Parte 1//Camuflaje Entre SombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora