Camino unos metros por delante de los chicos de regreso al cuarto tarareando una canción que recuerdo mientras doy pasos despreocupados entre los cuerpos que aún no han sido retirados de las calles; hombres de ambos bandos con disparos en sus cuerpos, algunos otros con puñaladas y otros más con quemaduras consecuencia de las bombas lanzadas hace no más de un par de horas.
No puedo evitarlo y me sorprendo un poco al ver miembros totalmente destrozados y fuera de sus dueños, pero después recuerdo lo que acabo de hacer y me obligo a no pensar en lo terrible de la situación, no sólo la mía, sino de todos estos malvivientes.
#Si hablamos de hechos... No somos una blanca palomita.#
Pongo los ojos en blanco distrayéndome con el pasear de los trabajadores de Cipriano de lado a lado recogiendo y reconstruyendo lo dañado, pero con ello también me percato como sus miradas se dirigen hacia mí sin ningún tipo de respeto o discreción mínima, eso hace por sobre todo hacerme sentir juzgada, lo cual no entiendo, es decir, ellos son mucho peores que yo, no tendría porqué siquiera sentirme apenada, pero aún con eso así es como me siento, sin embargo, con todo el valor que puedo adquirir en un par de suspiros pesados que suelto, me enderezo sobre mi eje y sonrío mostrando todos mis dientes, y ésto del modo más malditamente arrogante que puedo imprimir en mi rostro.
Soy mejor que ellos, soy más importante que ellos, y por encima de todo, no sólo tengo un valor como peón, yo tengo quienes me esperan en casa. ¿Acaso ellos tienen familias? No lo creo, de otra forma no destruyeran todo lo que tocan.
Estoy totalmente convencida de que la manera en la que me veo sobrepasa lo desquiciado, sin embargo, y para mal o bien de mi aspecto, no puedo hacer nada para cambiarlo hasta que me pueda dar un baño, y demonios, espero que sea uno largo y gratificante.
—¿Qué rayos?— susurra un tipo cuando cruza por un lado viéndome de arriba a abajo.
¿No ha visto ha alguien con mi aspecto? Ja, difícil de creer, creía haber terminado con esta mierda, no es como que él se viera mejor que yo, con su pobre barba que seguro intenta dejar crecer y esa manera tan idiota que tiene de andar.
Esto antes jamás me hubiese importado, en realidad no soy alguien que es superficial, empero esto a veces logra sobrepasarme, justo como ahora, me desespera.—¿Qué, acaso quieres una probada?— le sonrío y me pasó la mano por la camiseta impregnada en sangre. Uff, necesitaré una barra de jabón entera para poder quitarme todo esto de encima. Él deja de mirarme inmediatamente y sigue su camino sin más reparos reanimando su caminata con pasos más largos—. Para eso me gustabas... marica.— suelto una risilla y le cedo el paso a Charlie quien se adelanta para abrir la puerta del cuarto.
#¿Marica? Estás faltando a tus propias convicciones, inútil.#
Entro de último y lo primero que hago al pisar la habitación es andar hasta el sillón que me sirve de cama y tirarme sobre él cerrando los párpados e inmediatamente realizando en lo realmente agotada que estoy, bastante como para pronunciarlo en llanas palabras.
Para cuando vuelvo a abrir los ojos veo a Cristián mirando una de las paredes con los brazos cruzados sobre el pecho y a Charlie con el ceño totalmente fruncido observando el suelo.#¿Qué diablos les pasa a estos sujetos? ¿Les ha comido la lengua el ratón?#
Eso parece ser, o quizás sólo sean idiotas.
Sus actitudes me causan gracia, están así porque vieron lo que hice, pero no debería de importarles en realidad, ya que ellos hacen cosas peores, como los demás.
¿Por qué no simplemente se guardan sus patéticas reacciones y convivimos como siempre?, sería lo mismo a cuando ellos hacen algo horrible y yo sólo lo dejo pasar.
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En Mi Oscuro Lugar- Parte 1//Camuflaje Entre Sombras
Teen FictionUn día normal: aburrido y sin ningún tipo de emoción como siempre, bueno, al menos eso es lo que pensaba que sería, sin embargo, de normal no tuvo nada. Todo inicio de un modo realmente rápido, sin darme apenas cuenta ya tenía un arma apuntando a mi...