Capítulo 19// El Hombre sin Nombre.

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Después de no sé cuánto tiempo de personas desfallecidas, muertas, sangre, huesos rotos y gritos de dolor, los chicos se levantan y me llevan a una zona por debajo de las gradas.

—¿A dónde vamos?— pregunto nerviosa, pero ninguno de los dos me contesta y eso me hace asustarme aún más—. Esta bien..., ya basta, ¡Suéltenme!— me suelto de un jalón alterada y camino un par de pasos para alejarme un poco de sus presencias.

Oigo como Charlie suspira y con voz pausada me habla:
—Mira Terra o Fátima, como sea que te llames. ¿Ves ese gran acceso de ahí?

No respondo y tomo mi cabeza con mis manos.

#Esto realmente está pasando.#

—Hey, hey, veme.— pide Cristián poniendo sus palmas en mis mejillas.

—¡No me toques!— esta más que claro que no funciono bien eso de controlarme.

—¡Tienes que hacer esto! ¿Sabes lo que te hará Cipriano si no lo haces? Realmente no haz visto nada.— habla Cristián igual de alterado que yo.

—¿Y a ti que te importa lo que me vaya a hacer? Ese es mi problema.— respondo apunto de volver a gritar.

Charlie se interpone entre ambos dándome cuenta que estábamos muy cerca el uno del otro.

—Debes quitarte la chaqueta.— indica y lo hago sin mucho entusiasmo temblando como la cobarde que soy.

#Que jodida mierda.#

—Deja te pongo los guantes.

Si pedir permiso toma mis manos y las mete en los guantes ajustando con firmeza en su sitio.

—Es hora, te toca.— comenta Cristián y me arrastran hasta la entrada por debajo de las gradas.

—No. Esperen, no pued...

—¡Y en esta esquina tenemos a alguien nuevo!— parlotea un sujeto con micrófono encima del ring.— ¡Reciban con un gran aplauso a..... CACHORRO!

#¿En serio? ¿Por qué Cachorro? Me lleva la ching...#

—Sólo camina hasta el ring.— me empuja Charlie y me tambaleo un poco antes de comenzar a caminar hacia fuera del acceso y voltear a ver las gradas; todos aplauden y silban, me vitorean como si fuera realmente sensacional, estoy segura que ellos saben que moriré ahí arriba.
Quedo al pie del ring y me ayudo con los guantes para subir.

Estoy aquí parada como una imbécil.
Levanto la mirada viendo a un sujeto muy alto y ancho con un cuerpo musculoso, tiene varias cicatrices repartidas en su pecho y sus brazos.

—El primero que se rinda gana.— habla el referí seco y noto como de los nervios mis ojos se llenan de lágrimas, no es algo que pueda controlar, ni siquiera tengo ganas de llorar, sólo estoy sumamente asustada.

Todos en sus lugares gritan y se ríen, como niños con un juguete nuevo.

Aquí no hay ningún tipo de reglamento antes de la pelea, ningún tipo de muestra de respeto, así que el referí hace una seña en medio de nosotros y la campana suena en señal de inicio. Mi respiración se traba a mitad de camino y como soy tan lenta no me doy cuenta del golpe que va dirigido hacia mi rostro, me tambaleo hacia atrás y acerco un brazo a la cara.

#¡Por Dios, me dió un puñetazo en la cara!#

Se me entume casi al instante y me trago el dolor producido.

—¡Cachorro que no te golpee en el rostro! ¡No te dejes! ¡Es una orden!— logro identificar el grito de Cipriano desde las gradas.

Levanto los brazos cubriendo mi rostro y pecho, y me acerco con pasos rápidos al tipo para lanzar un golpe que esquiva con agilidad, lanzo otro y este le da en la oreja, antes de que los nervios me vuelvan a ganar levanto la rodilla y le doy en las costillas con fuerza.
Mis oídos zumban y el corazón me va a mil por hora.

En Mi Oscuro Lugar- Parte 1//Camuflaje Entre SombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora