Llegando justo a la puerta donde me tenían encerrada para golpearme hace no más de unas cuantas semanas Cipriano se detiene para encararme con su típica sonrisa torcida y mirada egocéntrica antes de acercarse a mi con entusiasmo:
—Me emociona mucho esta prueba, querida Cachorro. Hoy tendrás el derecho de hacer lo que tanto te gusta.#¿Qué es lo que tanto nos gusta?#
—Bien, abran.— ordena a los chicos y ellos lo hacen sin rechistar.
Cristián cojea un poco, pero parece que el calmante de Melanie sirve bien.
La puerta es abierta y al entrar todo está oscuro, lo único que logro notar es que el ambiente es tenso, lo cual me hace entrar en un estado de alerta inminente provocando que stoy apunto de entrar en pánico cuando unas luces en el techo son encendidas y me da de lleno la imagen de lo que parece ser una escena gore de algún anime que nunca ví.
En el centro del lugar amordazados y atados con fuerza se encuentran nueve hombres, todos heridos, llenos de su propia sangre, con la cara más hinchada que un globo, pero yo en especial me fijo en el del centro, que tiene un tatuaje en la frente con la palabra "Changuillos", también porque es el único con la boca descubierta y con un cuchillo traspasando su rodilla, no sé, quizás sea el impacto que me ocasiona ver algo de esta magnitud, o mi sentido de la cordura bailando en ese hilo tan delgado que queda, así que intento no inmutarme hacia esta escena, pero sé que me veo algo afectada, me hace recordar a cuando llegaron a la escuela y los mataron a todos..., a nosotros también nos tenían así.
—Mira Cachorro, esto es perfecto para dar una lección. Ellos son parte del cartel de "Los Changuillos", al parecer no terminaron con todos ellos— para esto mira a Cristián y le da una mirada algo desaprobatoria, pero sigue con su sonrisa—, y los que quedaron se levantaron en armas contra nosotros. Ahora estarás a cargo de hacerlos pagar, serán tan inútiles que querrán estar muertos, ¿y qué es lo mejor? que no podrán suicidarse o hacer algo para acabar con su sufrimiento.
—¿Qué es lo que hicieron?— cuestiono con el ceño fruncido viendo al sujeto del tatuaje.
—Mi socio decidió traicionarme.
—¿Con qué?
—No más preguntas Cachorro.
—Si tengo que dejarlos como usted me pide, necesito saber porqué lo haré.
—Esta bien, pequeña. Mira, el bastardo de ese hijo de puta que decía ser mi socio me robó durante un año entero todas las ganancias de mi producto.
—¿Qué producto?— curoseo acunclillándome para ver más de cerca a los sujetos.
—Sustancias, mujeres, armas.— la manera enigmática en la que lo hace casi me hace reír, pero me trago la carcajada con duras penas. Okay, ahora sabemos que entre sus antecedentes estarían la trata de blancas, prostitución, el tráfico de drogas y de armas.
#Super, estamos con un emperador dictador narcotraficante y demente. Mi vida es simplemente genial.#
Me irgo y lo miro a la cara:
—¿Qué tengo que hacer?— pregunto sintiendo de repente una responsabilidad contra la vida misma, un poder impesable e imposibilatorio.Les haré daño a personas que lo merecen, no tengo porqué sentirme mal, ellos se lo buscaron. Hace que mi tarea sea muy sencilla.
—Me alegra que no te opongas querida.— pone una mano en mi hombro y sonríe complacido y cómo respuesta única obtiene un pequeño movimiento de mi cabeza dándole paso a que me diga lo que haré.
—Delta, dame un arma.— ordena y Charlie saca su arma del cinturón para dársela a él—. Toma.— cuando pone el arma en mi palma me siento con una enorme presión en el pecho, por un momento se me cruza por la mente el dispararle a él e intentar escapar, sin embargo, cuando noto como me observa comprobando mi reacción la idea se desecha casi al instante.
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En Mi Oscuro Lugar- Parte 1//Camuflaje Entre Sombras
Teen FictionUn día normal: aburrido y sin ningún tipo de emoción como siempre, bueno, al menos eso es lo que pensaba que sería, sin embargo, de normal no tuvo nada. Todo inicio de un modo realmente rápido, sin darme apenas cuenta ya tenía un arma apuntando a mi...