Capítulo 22// Sin descanso, sin respiración.

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Me detengo del lavabo con fuerza, respiro hondo por enésima vez para intentar calmar la manera trémula en la que mi cuerpo se contrae y miro mi reflejo en el espejo.
Tengo ojeras debajo de mis ojos, pero más que parecer cansada me veo molesta, como si estuviera lista para golpear a alguien justo en la mandíbula.

No he dejado de soñar con mi familia y está noche no fue la excepción, me están destruyendo con cada palabra imaginaria que sueño.

—No llores.— me reprimo provocando que el coraje surja desde mi interior.

#No, no llorarás.#

Sin darme apenas cuenta dejo de temblar y mi respiración es mucho más calmada. Me siento, por nombrarlo de algún modo, "mejor".
Abro la puerta del baño y salgo cerrando detrás mío caminando de puntillas hasta donde sé que se encuentra el sillón y cuando casi tropiezo al tocarlo me siento sobre él.

Hace 3 días que regresé al cuarto. Las primeras horas después de la electrocución fueron bastante largas y dolorosas, sin embargo, fui al gran consultorio (o al menos eso parecía) de la doctora, no recuerdo todo, pero sí como me cargaron y cuando me recostaron en la camilla, la luz que me miraba desde lo alto de la lámpara. Sí, esta todo bastante nublado, pero con los retrasos de mis recuerdos puedo formar una línea del tiempo estable.

Subo las piernas y las envuelvo con mis brazos. No pienso dormir más por hoy, no quiero soñar de nuevo.
Lo que Cipriano me hizo fue horrible, realmente me torturó y sé que lo hará cuantas veces lo desee, no está en mí la opción de rendirme, y pase lo que pase tendré que soportarlo, aunque no sé si pueda quedar en una sola pieza después.

Suspiro hondo y me concentro en los sonidos que salen de los chicos: ronquidos no tan silenciosos que hacen que mi perpetuo torturar cese un poco.

La alarma de Charlie se activa y se remueve para detener su estruendo:
—Fuck.— murmura modorro* por el abrupto despertar. Se remueve otro poco hasta quedar sentado y se talla los párpados de forma adormilada.— Cristián.— lo llama con la voz ronca.

—Parece que ha muerto.— comento desde mi posición sentada y con las piernas entumidas por haberlas dejado tanto tiempo en la misma posición.

—¡Mierda!— grita/susurra poniendo una mano sobre su pecho.— Me asustaste. You look like a ghost.— añade rascándose el pecho, pareciendo un tanto incómodo, lo cual me causa un poco de gracia, pero sólo un poco.

—Y tú como un delincuente desdichado..., ahh, espera. Sí lo eres.— respondo irónica y comienzo a reír sin poder evitarlo.

—Pense que no sabías hablar inglés.— analiza marcando más su acento extranjero.

—No sé, pero puedo entender cosas, como cualquier persona en el siglo XXI.— contesto encogiéndome de hombros.— Cristián murió.— vuelvo a decir seria mientras gesticulo preocupación sarcónica.

—Shut up. ¿Cómo crees?..., mira; levántate hombre.— le llama, pero no da señales de vida.— Es peor que un cerdo desvelado.

—Concuerdo.— afirmo levantándome y estirando un poco las piernas para comenzar a avanzar en dirección a Cristián.— En serio pensaría que murió de no ser por sus ronquidos.— digo poniendo mi rodilla a un costado del bulto que es ahora nuestro compañero de vivienda.

—Wait, ¿Qué haces?— interroga cuando me subo por completo en la cama de Cristián hundiéndola un poco por mi peso.

—Lo despertaré, obviamente.— pongo los ojos en blanco y me preparo para mí movimiento innecesario.

#¿Por qué haces esto?#

Sinceramente, no tengo ni la más mínima idea, pero justo ahora no me importa, quizás sea por el cansancio que tengo la necesidad de hacer alguna bobería, como antes, con mi antigua realidad.

En Mi Oscuro Lugar- Parte 1//Camuflaje Entre SombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora