Acostada en el sillón del cuarto de dos individuos demasiado extraños, me veo obligada a no poder quitar el ojo de ambos. Aunque sé que lo más probable sería que no me causen ningún daño, no puedo dejar de estar paranoica, bueno, ¿qué puedo decir?, hace apenas un día ellos estaban dispuestos a meterme una bala en la cabeza a manos de El Jefe, obvio, pero eso no le quita peso al asunto. Eso no me hace sentirme más segura o en confianza.
Toda esta situación es bastante agobiante, me deja exhausta de solo ponerme a pensar en todo lo que podría pasar ahora que todo es impredecible, y esto es así por la mentalidad de mis raptores, es algo más que nada subjetivo, como la decisión de Peter al darme como un obsequio para el Jefe, subjetivo.
Luego de la salida de la Dra. Melanie todos intentamos omitir la manera en la que lo hizo: Cristián y Charlie comenzaron a platicar y ciertamente no escuche mucho de lo que trato su plática, estaba más que nada absorta en mis desvaríos, pensé en lo grande que puede ser el mundo.
Hace dos semanas estaba totalmente segura de que mi vida sería aburrida y sin ningún chiste y aunque no quería que fuese así, lo más seguro es que eso es lo que sucedería de no ser porque ahora ya no estoy en ese presente y de que, de hecho ahora tengo un trato con un mafioso,(un gran mafioso a decir por toda la influencia que tiene, pero no la suficiente porque si mál no recuerdo los oficiales de las casetas no estaban enterados de nada, es más, Cristián me hizo meterme en ese pequeño espacio junto con él, un dato agregado a las cosas que puedo ocupar para cuando huya), estoy obligada a trabajar para él, siempre y cuando no tenga que ver con algo sexual, así es como lo cité cuando negociamos. Estuvo de acuerdo y eso me hace estar menos alerta en todo momento.
Cuando los chicos por fin decidieron finalizar con el día de hoy me invitaron a acostarme en sus camas, lo cual por obvias razones no hice.
Prefiero estar en este acolchado sillón, que aunque por increíble que parezca, es muy cálido y acogedor. Me dieron unas cobijas y ahora estoy acurrucada y calientita.
Ellos están dormidos, cada quien en su respectiva cama, las luces de la recámara que durante todo el día están encendidas y moduladasññ dependiendo la hora desde que nos recostamos fueron apagadas y no veo nada. Estar en un lugar subterráneo es extraño. La oscuridad me asusta cuando es tan aplastante, pero intento no prestarle mucha atención ya que aún me queda la luz de los corredores que sobresale por debajo de la puerta y el halo luminoso que sale del cuarto de baño.
Este fue un largo y muy tedioso día, que empezó con un trato con el diablo y termina conmigo tendida en este sillón.
Parpadeo un par de veces intentando deshacerme del sueño que me embarga inminentemente, sin embargo, el cansancio es mayor y quedó dormida sin darme cuenta.
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—¿Por qué nos haces esto?— pregunta una voz que me resulta demasiado conocida.
Veo a mis lados pero no hay nadie, estoy solo yo pisando el césped del lugar, siento la brisa pegando con fuerza sobre mi rostro y como mi cabello se mueve ferozmente golpeando con fuerza contra mi piel lastimándome, sin embargo el lugar parece vacío.
Estoy a punto de preguntar por la persona, sin embargo, está se me adelanta.
—¿Donde estás? No podemos encontrarte, ¿por qué no luchaste más? ¿Por qué eres tan débil?— ahora es cuando logro reconocer esa voz y un nudo se instala en mi garganta en ese instante.—¿Ma... Ma-má?— pregunto con la voz entrecortada, no comprendo lo que está sucediendo y estoy entrando en un estado de confusión total, las primeras lágrimas empiezan a derramarse mojandome por completo, de hecho estoy empapada de ellas tanto que la ropa que tengo puesta se pega a mi piel haciéndome imposible moverme de mi lugar. Cómo si de cemento líquido se tratará.
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En Mi Oscuro Lugar- Parte 1//Camuflaje Entre Sombras
Teen FictionUn día normal: aburrido y sin ningún tipo de emoción como siempre, bueno, al menos eso es lo que pensaba que sería, sin embargo, de normal no tuvo nada. Todo inicio de un modo realmente rápido, sin darme apenas cuenta ya tenía un arma apuntando a mi...