Capítulo 8// Abusada

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Mi cuerpo pesa y no puedo moverme, aunque trato de mover los brazos no sirve en nada porque ni siquiera puedo sentirlos, aparte de sumarle que no sé dónde estoy y que no soy capaz de abrir los ojos, es como si mis párpados estuviesen pegados con pegamento o silicón. Y dentro de mi desespero puedo percibir movimiento en conjunto de ruido a mi alrededor.

#¿Dónde estoy?#

Por un breve instante olvido qué es lo que se supone que pasa con mi vida, hasta que recapacito reticente a mis alucinaciones.

#¿Alucinaciones? ¡La droga!, el efecto se acaba.#

Cierto, rayos. Pero eso no quita que mis extremidades sigan tan dormidas como yo hace unos segundos, espera... ¿Segundos, o ya habrá pasado lo suficiente como para horrorizarme por ese hecho? Por lo menos tengo en claro que el efecto esta disminuyendo y que puedo escuchar con mayor claridad lo que ocurre en torno a mí.

—Ahora bajen.— escucho ordenar a alguien, pero no logro distinguir de qué lado llega su orden y tampoco comprendo de dónde se supone que deban bajar. ¿Acaso estamos arriba? ¿De qué?

Escucho pisadas contra el piso del sitio y después la misma voz vuelve a hablar:
—Levantenla y bajenla.

¿Bajar? ¿Por qué?

Sin embargo no puedo hacer nada para dar a entender que no se me acerquen, y sin poder impedirlo siento como soy cargada. Y como ya es costumbre mía intento moverme para hacerme notar y que tengan claro que no soy una idiota, abrir los ojos y caminar por mi cuenta, esto porque quiero saber en dónde demonios me encuentro, pero parece que las órdenes que emite mi cerebro no llegan a concluirse.

Me acomodan sentada en algún tipo de asiento lo que provoca que mi cabeza caiga lánguida hacia el frente, también me hace sentir inútil e indefensa con creces, aparte de una tirria por ese maldito calmante que indudablemente es demasiado fuerte.
Me lleva... no puedo hacer nada en absoluto.

Por algunos momentos todo parece entrar en calma, no obstante, cuando colocan algo contra mi pecho que me ayuda a quedar erguida en una posición resiento con bastante mas presión de la que debería el suceso, lo cual no sólo se debe a esto, sino que es por la presión emocional y psicológica de los últimos días de mi vida, espero unos instantes para apreciar si cesa la leve presión, sin embargo no lo hace y creo que quizás no es nada importante, por lo que aún dentro de mi estado estupefaciente decido distraerme, cosa que me es sencilla, ya que cerca escucho la puerta de un vehículo siendo azotada; no estoy segura de qué tan lejos fue, quizás el portazo vino desde el mismo lugar donde estoy, ciertamente desvarío en estos momentos.

—Hay que irnos de aquí.— oigo comentar a alguien cerca mío y justo después el movimiento de inercia se hace presente en mi cuerpo, aquí confirmo que el portazo sí fue de donde me encuentro y que por ende estoy en alguna clase de vehículo, lo cual en de vez de contestar mis cuestiones sólo me llena de más.

#¿Por qué otro vehículo? ¿Qué tan lejos es dónde me llevarán? ¿Por qué me escogieron a ?
Tienes que intentar moverte.#

De a poco y como esfuerzo monumental comienzo a movilizar los dedos de mis manos que siento hormiguear en forma de dolorosos calambres junto con los brazos y las piernas que justo en estos momentos las figuro como pedazos de masa sin huesos intentando conseguir de algún modo esqueletizarse. Mis párpados tiemblan cada vez que intento abrir los ojos y lo mejor es que estoy cerca de lograrlo, un poco más y lo conseguiré. Finalmente entreabro los ojos y mi escaso campo visual de a poco comienza a dejar de ser borroso permitiéndome ver mi propio regazo, donde mis manos siguen atadas. Lo único nuevo que noto es el cinturón de seguridad mal puesto por encima de mi brazo, impidiendo que haga correctamente su trabajo de protección y contestando directamente de la presión que no había dejado de sentir.

En Mi Oscuro Lugar- Parte 1//Camuflaje Entre SombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora