【 Prólogo 】

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Mis ojos deberían de estarme mintiendo. Aquello era la cosa más horrible que había visto en mi vida. Coloqué los pies sobre la tierra húmeda y miré con horror lo que habían hecho de mi hogar. Mi corazón se tambaleaba de un lado a otro mientras intentaba mantenerme firme ante tal traición.

Ellos parecían muy a gusto haciendo lo que hacían, o tal vez ignoraban la gravedad del asunto. No, no lo hacia, ellos sabían lo que habían hecho y solo ignoraban que yo los estaba viendo destruir todo lo que con esfuerzo y dedicación creé durante todo este tiempo, todo lo que yo les entregué creyendo que sabrían apreciarlo como yo lo hacia. Mis ojos se llenaron de lagrimas de tristeza, decepción, rabia e impotencia, y mis pies buscaron solos la forma de llegar hasta donde ellos.

El primero en verme fue Yureim, sus ojos llenos de temor fueron los que me dijeron que él solo los había escuchado y no se había negado a nada, y eso era lo que más me lastimó. Naktha y Orishas dejaron lo que hacían y me miraron retadores, sabiendo que se habían equivocado, pero no lamentándose por ello. No había verguenza en sus rostros, sino más bien orgullo. Mi corazón se sacudió y poco a poco lo sentí saliendo a la superficie. Miré nuevamente mi hogar hecho añicos y supe que había sido demasiado suave con ellos.

Si no actúas con fuerza, ellos se aprovecharan de tu bondad y olvidaran las promesas hechas por el nuevo poder que descubrieran

Atrigeos II : EspectroWhere stories live. Discover now