Debo decir que los desayunos resultaban exquisitos, no podía quejarme de absolutamente nada, y mucho menos cuando estaba devorando uno de esos deliciosos panes que me traían exclusivamente del pueblo. Para mi mala suerte no podía comer demasiado ya que tenía que ir a mi cita con Deuls, el hombre solía darme a beber uno de sus muchos brebajes que solo conseguía provocarme vomito.
—Luce hermosa señorita—elogió la mujer de treinta y siete años que se encargaba de ayudarme con los vestido—debería vestir ropa más femenina con más frecuencia—asentí sin mucho interés y le dediqué una sonrisa a la amable mujer
—Gracias Griselda, puedes retirarte si gustas—la mujer hizo una reverencia pequeña antes de irse, dejándome sola. Una última mirada en el espejo y abandoné la habitación rumbo a la oficina personal del sanador
Deuls, el mejor sanador de todo Anorith, mantenía un muy estricto régimen en cuanto a mi salud se refería. Después de tanto tiempo, el hombre de melena castaña y espesa por fin había encontrado la manera de mantener bajo control aquellos ataques de ira que solía tener, aunque eso significase que debería de ingerir setenta y cinco mililitros de aquella sustancia púrpura que él creaba personalmente a base de ingredientes cuya procedencia prefería ignorar, y que no tenía un sabor agradable para mis papilas gustativas. La buena parte de todo eso es que llevaba casi cinco meses sin incidentes de ninguna clase, un par de mareos y sensación de patas en mis oídos, pero nada que no pudiera controlar.
"Eres como nosotros. Hermana"
Las palabras de aquel vehnthurá se habían quedado grabas en mi subconsciente y no dejaban de repetirse en sueños, como si tratara de torturarme emocionalmente. Tampoco olvidaba el estremecimiento que sentí en el pecho cuando liquide a esos seres. Debo decir que eso fue demasiado preocupante, tanto para mí como para Dabin, quien me había exigido mantener una buena actitud para evitar malos tragos y causar otro problema.
—Creí que ya no vendrías
El hombre de baja estatura y cuerpo esbelto se acomodó las gafas y miró con atención la cantidad de líquido azul que colocaba en un frasco con líquido naranja. Sonreí con amabilidad y caminé hasta la silla frente a él.
—Desperté un poco tarde, y mi desayuno fue bastante lento—me excusé sin dejar de mirar los frascos en la mesa—Antes de comenzar con la revisión tengo una pregunta—Deuls no me miró pero su silencio era su forma de aceptar que hablara—¿Sabías que mañana comienza el dichoso festival del Thaedal? Yo me enteré esta mañana de boca de Griselda ¡Es increíble que nadie me lo hubiera dicho antes!—solté un suspiro y hojeé el libro que se encontraba cerca de mi
—No creo que sepas que significa el Thaedal en primer lugar, es por eso que no te lo comente—me regañó con aquel tono sereno que lo caracterizaba—Alcánzame ese frasco, por favor
—Por eso lo mencioné, quiero que me digas de que se trata—dije acercándole el objeto solicitado. Deuls me miró de reojo y sonrió
—Empecemos con tu revisión, ¿quieres?—suspiré sin entusiasmo y me acomodé para que el pequeño hombre comenzara—¿Qué tal los mareos?
—Ninguno en esta semana—admití con orgullo
—¿Y el zumbido?
—Me molesta por las tardes, pero se calman después de un rato—el sanador asintió con paciencia y anotó mis palabras en su cuaderno—Debo decir que has hecho un estupendo trabajo con la medicina, eres un genio de verdad—Deuls rio como todo un profesional en la medicina haría y no pude evitar sonreír
—No será un éxito hasta que logré encontrar la forma de sacar aquella sustancia de tu cuerpo
No pude evitar sentirme mal al oírlo tan decepcionado de sí mismo. Deuls era el mejor sanador de la fortaleza, y todo el mundo afirma que era el mejor de todo Anorith, sin embargo el hombre seguía siendo tan modesto que no podía no mirarlo con respeto. Era un gran hombre, me recordaba al doctor Debayle con el que había trabajado durante un par de meses cuando recién habíamos salido de casa Jell y yo.
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Atrigeos II : Espectro
Fantasy● Libro Dos ● Un año a pasado desde que Erika cruzó un viejo atrigeo hacia Anorith, donde descubrió que su padre es el Rey y encontró amigos que nunca pensó tener. La esencia de aquel vehnthura aun permanece dentro de su cuerpo y sigue sin poder co...