mi pasion.

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Hinata hyuga era una hermosa chica con pelo azulino y unos muy peculiares ojos perla, ella era buena, cortes y muy bien educada pero había un terrible detalle ella estaba completamente sola... Si se preguntaran ¿ cómo alguien como ella esta sola?

Pues bien la historia es algo triste pero corta; la mamá de hinata murió cuando ella apenas era niña, su padre quedo a su cargo de ella y su hermana menor hanabi; Él al ser una persona muy importante en el mundo empresarial quería enseñarle todo a sus hijas quienes heredarían todo lo suyo pero había un detalle hinata no era lo que esperaba.

Ella no era un tigre hambriento de cerrar negocios que le beneficiarían como su padre; su actitud la hacia ser una presa fácil dentro de ese mundo. Hiashi decepcionado decide acercarse a su hija menor quien demostró todas las aptitudes necesarias para vivir en ese mundo dejando desplazada a hinata, ella no negaría que se sentía sola pero ¿que podía hacer? No encajaba en ese mundo. Pero ella no perdió las esperanzas siempre hay un mundo donde encajamos. Hinata encontró refugio en la biblioteca lo mejor que podía hacer era leer, pero no fue su único placer.

En la misma biblioteca donde ella solía leer lo conoció, su aspecto era algo lúgubre y malhumorado pero sabia que lo que hacia lo llenaba por completo y en su rostro se notaba la satisfacción. Madara un hombre sombrío de aspecto tenebroso que al principio logro intimidar a la chica pero conforme él la trataba se daba cuenta que quizás algo de compañía no era mala. Hinata estaba sorprendida por la habilidad de aquel hombre pues toca el violín con una pasión y precisión impresionantes; alcanzaba notas que solo el podía la rapidez de sus manos era sorprendente al igual que su aspecto pero no importaba.

Hinata llego a pedirle a su padre que le comprara un violín él aceptó con tal de deshacerse de la molestia de su hija como el la llamaba; ella después de muchos ruegos logró convencer al viejo Uchiha para que le enseñará todo lo que sabía quien al principio se negó pero al final acepto.

Madara estaba sorprendido en como esa chiquilla le seguía el paso en cuanto a notas ya que el era considerado el mas rápido y habilidoso genio musical, hinata trataba de seguir al pie de la letra las indicaciones de su maestro pensó en rendirse que eso quizás no era para ella y debería volver a los libros pero ella no se rindió y siguió hasta que sus cuerdas se rompieron mas de una vez, cuando sus brazos dolían al igual que su cuello o cuando sus dedos sangraban debido a la fricción de las cuerdas nada de eso le importaba ya que lo estaba logrando había aprendido.

Madara estaba sumamente orgulloso de ella pues se convirtió en la hija que nunca tuvo, era muy buena, hinata demostraba mucha pasión al tocar. Madara era un hombre ya viejo que su único deseo era que ella lograra interpretar el capricho no.13 de niccolo paganini ya que una vez que ella lo hubiera completado correctamente su alma descansaría y se podría marchar en paz, ya que cumplió su promesa. Hinata no lo entendía y práctico y práctico pero aun así no lo lograba sus manos aun eran algo pequeñas y torpes.

Era el gran día; Hinata había organizado una gran fiesta donde había invitado a todos los socios de su padre  y sus familias; su padre se había negado pero hanabi intervino para que se llevara a cavó; madara también estaba invitado y había elegido un repertorio casi imposible de tocar pero no era un gran problema para Hinata ya que ella había dominado todas las canciones a excepción de una y decidieron omitirla

Hinata portaba un magnífico vestido negro que resaltaba su belleza, respiraba agitadamente tratando de calmar sus nervios.

Madara la ayudaba y al final las luces iluminaron el  escenario hinata sostuvo su violín con fuerza y tocó. Tocó con fuerza todos se sorprendían de la agilidad de sus manos interpretaba con pasión cada una de sus notas.

La gente le aplaudía efusivamente, pero ella no se sentía satisfecha sabia que podía hacer algo mas quizás sus dedos ahora estaba morados al igual que su cuello pero no importaba interpretaría esa última canción.

Capricho no. 13 (la risa del diablo) Hinata tocaba de una forma bellísima madara la miraba boquiabierto al fin lo consiguió, hiashi estaba atónito nunca creyó que su "inútil" hija lograra interpretar tales notas.

El sudor bañaba su frente, el líquido carmesí bañaba sus cuerdas, el dolor punzante en su cuello aumentaba su rostro palideció pero ella siguió tocando hasta que logro terminar la bien elaborada pieza musical.

Hinata recibió muchas felicitaciones pero eso no le importaba lo único que le importo fue  el "lo hiciste bien" de su padre; quizás no era mucho pero si suficiente para ella.

El tiempo paso y logro ser conocida en el ámbito musical; se separo de su familia y terminó en konoha una ciudad algo grande, ella laboraba de maestra en una escuela particular pero ahí no tenía a nadie por eso es ella se consideraba sola.

Al los pocos días de su presentación se entero de la trágica muerte de Madara Uchiha su maestro, una gran tristeza la invadió y con ella una fuerte depresión donde simplemente se volvió a encerrar en sus libros, dejando de lado su gran pasión.

Quizás ahora su vida se había vuelto oficialmente monocroma, aunque hace unos pocos días recibió un ¿agradable? Regalo lo cierto es que no sabia como definirlo, quizás era una señal, un hombre de cabello negro con una extraña marca en medio rostro le dio el violín de su maestro diciendo que ella debería tenerlo, era un regalo de su maestro, ella estaba sorprendida y no tenia idea de como tomar la noticia, él hombre le dijo que no abandonara la música que pocos pueden hacer lo que ella.

Mi Lugar SoleadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora