Austin Gillespie

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De nuevo estoy aquí, recostado, pensando. Mí tía ha estado intentando animarme, pero es realmente imposible; cuando intento ponerme en pié, cuando decido que ya fue suficiente sufrimiento para mí, el cuerpo me pesa; los párpados se cierran; el alma me duele; me mareo por no comer durante días, y vuelvo a caer en la cama. Esto se ha convertido en mí rutina diaria; pensar; llorar; estar deprimido; escuchar música que me deprime aún más; mirar fotos de mamá; oír sus discos favoritos; observar al cielo y hablar como si ella pudiera escucharme. Ojalá pueda, si no soy un simple idiota hablándole al techo.

El cambio de escuela, ciudad, vida, tal vez fue una de las cosas más difíciles que he tenido que hacer; aunque nada supera el hecho de haber tenido que enterrar a mamá. Me encerré en mí habitación y le pedí a mí tía que no entrara, tan solo necesitaba un momento para centrar mí cabeza; deshacerme de todo el dolor y angustia que estaban atormentando mis pensamientos.
No voy a mentir, la vida no ha sido fácil, aún intento comprender porqué me sucedieron estas cosas, por si acaso he hecho algo mal. Pero siempre regreso al mismo lugar, depresión, soledad y ningún tipo de respuesta. He llegado a pasar por momentos en los que ni siquiera quiero vivir; cuando decido que mí estancia en ésta tierra llegó a su fin, es entonces cuando la veo. Puede que no sea la chica más feliz del mundo, pero es tan real y única que he dudado en si será producto de mí imaginación. A veces coincidimos en clases; otras veces la veo en su casa, cuando voy a ver a Jake, su hermano y mí mejor amigo. Realmente podría estar horas solamente viéndola, sin parpadear, y aún así no cansarme.
Me aseguré de no haber desperdiciado ni un minuto; siempre que tuve oportunidad de hablarle lo hice; cuando necesito a alguien, estuve ahí. Dios, Jeany, si supieras... Me duermo pensando en ti; me levanto pensando en que te veré en la escuela; en clase cuento los segundos para cruzarte en los pasillos.
Pero a pesar de lo que siento, sé que no te merezco. No merezco amor, tal vez por eso no lo recibo; puede que sea la razón de porqué nunca soy correspondido. No veo porqué sería diferente contigo.
¿Sabes qué? He soñado con tener un momento para decirte todo lo que me sucede, quién soy en realidad y que tú admitas sentir lo mismo por mí. Hacerme entender que me he equivocado, que en realidad sí merezco ese amor. Que el destino solo estaba esperando a la persona correcta, y que seas tú. Pero sé que eso no sucederá; deberé limitarme a observar de lejos e imaginar que te tengo tan, pero tan cerca, que tu respiración me hace cosquillas.

Tal vez no tenga mí futuro marcado; tal vez nunca llegue a confesarte mis sentimientos, Jeany, o estar contigo siquiera. Pero de algo estoy seguro, si mamá habría estado con vida, le hubieras encantado.

CuarentenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora