Viernes.

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Se despertó de un salto. No entendía que había pasado. Estaba, como ya era costumbre, soñando que nadaba tranquilamente en una piscina o el mar, en un lugar muy azul y muy grande.

Y sin darse cuenta, el agua cada vez le cubría más y más. Al principio no le molestaba, solo dejó de tocar el suelo y tuvo que empezar a nadar pero a medida que pasaba el tiempo se iba cansando y notaba sus piernas dolidas del esfuerzo.

Ya no se sentía en aquella paz y tranquilidad que le transmitía el agua. Se estaba ahogando sin poder moverse ni salir del agua.

Los bordes estaban tan lejos que ni alcanzaba a verlos. No sabía a dónde ir para poder salir de allí. Estaba notando como su cuerpo ya no respondía más y se dejaba caer. Como se hundía en el agua.

Cuando tocó el suelo con la espalda fue cuando despertó. Asustado. Respiró agitado, como si llevase minutos aguantando la respiración. Casi le salían unas lágrimas sin poder gesticular ni una sola palabra.

-Ey, ey, ey, Sung, estás bien, qué pasa.

El mayor lo tenía entre sus brazos, rodeándolo, como siempre, con un cálido abrazo, hasta que lo notó moverse y empezó a oír lo rápido que respiraba y lo asustado que parecía.

-N-no... No, no. No.

Jisung se giró para quedarse de cara al castaño y se hundió en su pecho para abrazarlo muy fuerte mientras dejaba salir unas lágrimas que no podía controlar más.

-Sung... Qué ha pasado.

El mayor volvió a preguntar ya en un susurró y envolviéndolo también en el abrazo, para hacer de aquello algo recíproco.

-E-es que... M-me... Me ahogaba y... N-no podía salir p-porque... N-no...

El peliazul intentó contarlo sin mucho éxito. Sin separarse del contrario, seguía llorando, aún sintiéndose asfixiado y que todo se le caía encima sin poder evitarlo.

-Tranquilo, Sung. Ya está. Piensa que ya no estás allí ¿Sí? Ahora estás aquí. Conmigo. No va a pasar nada malo ¿Vale?

Minho habló, manteniendo un tono calmado y proporcionándole pequeñas caricias sobre el pelo, bajando por la nuca y deslizándose por la espalda.

Consiguió relajar al más pequeño después de mucho repetir aquello y decirle varias veces que todo estaba bien.

Sin esperarlo, un ruido los sobresaltó a los dos; la alarma del mayor ya sonaba, avisándoles de que debían despertar y espabilar para ir a clases.

El dueño del móvil se giró en seguida para silenciarla y regresó de inmediato a seguir consolando el cuerpo del menor

Jisung seguía hecho una bolita y se dejaba mimar por el mayor, sin moverse ni hablar, se intentaba concentrar en el otro y así creer que de verdad no pasaba nada malo y todo iba bien.

-Sung...

Volvió a hablar Minho después de unos silenciosos minutos en los que solo habían habido caricias para tranquilizar y hacer sentir mejor al peliazul.

-Hmm...

Murmuró el menor en tono de pregunta, aún sin despegar el rostro del pecho ajeno.

-Vamos a desayunar. Si comes algo quizás te sientas mejor.

Habló el castaño, intentado convencerlo con todas sus fuerzas.

Notó el cuerpo contrario moverse entre sus brazos y sintió como deshacía la bolita que era poco a poco, volviendo a estirar las piernas.

minsung // minho y jisung skzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora