♡ꜜ . . ⃕ 🍑

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Ya había pasado justo un mes. El tiempo suficiente para que ambos terminaran de acomodarse en el piso, y también entre ellos. Jaehyun resultó ser alguien realmente afable, amigable, cariñoso y muy responsable a pesar de la imagen que todos tenían de él de un simple "popular" con cara bonita. Jaehyun valía mucho más que esa nefasta etiqueta.

Fue el tiempo suficiente, también, para que Taeyong aceptara que sí, sentía cosas por un chico heterosexual que tenía novia. ¿Había algo de lógica en ese suceso?

Para su corazón sí lo era. Cada vez que Jaehyun le contaba cosas más íntimas de su personalidad, de su vida, o cuando le mostraba la pureza de sus sonrisas, y lo atento que se mostraba todas las noches y mediodías después de que Taeyong llegara (por las mañanas no se solían ver por culpa del horario de sueño del mayor), sólo causaba que su corazón latiera con más rapidez cada vez que compartían momentos juntos.

Últimamente no había recibido tantas sonrisas, más bien, las que recibía no se veían tan alegres como las que vio al conocerlo. Y Taeyong estaba preocupado. No le gustaba entrometerse en la vida de los demás, pero tampoco quería quedarse con los brazos cruzados. No había tenido oportunidad de mostrarle apoyo a Jaehyun por culpa de la vergüenza que sentía aún al hablar de ciertos temas, así que decidió decírselo ese mismo día después de que Jaehyun llegara.

Taeyong ya había preparado la comida para él. Le gustaba cocinar para los dos, y muchas veces ambos peleaban porque Jaehyun le insistía de querer hacer la comida cuando él llegara de la universidad. Los días que creía que Jaehyun estaría cansado no le hacía caso y él preparaba la comida nada más despertar, pero cuando no mostraba signos de negatividad en cualquier esfera que constituía su ser, dejaba que él lo hiciera. Sorprendentemente, era tan buen cocinero como él.

En ese momento se encontraba mirando la televisión, más bien los nuevos mv de su grupo favorito: WayV. Estaba realmente emocionado de su debut y nunca se cansaba de verlos. Justo cuando Xiao Jun estaba cantando, escuchó las llaves sonar en el cerrojo de la puerta y su estómago se encogió.

Tú puedes Taeyong, es solo decirle que, si necesita hablar, estarás para él, o si necesita algo, también... ¡no es tan difícil!

Apretó sus mejillas, sin sentirse preparado. Y la puerta se abrió. No sería capaz de decirle ni una palabra, lo veía.

Se mantuvo mirando la pantalla mientras mordía la uña de su pulgar derecho, esperando que los pasos de Jaehyun se acercaran hacía ahí, pero estaba tardando demasiado en el pasillo. ¿Quizás había entrado en su habitación?

—¿Jaehyun? —alzó la voz después de haber puesto pausa al vídeo.

Después de unos largos treinta segundos, el chico apareció por la puerta, pero no lo miró.

—Hola Taeyong. Si no te importa iré a comer a mi habitación y me iré a dormir, estoy algo cansado.

Las ojeras que intentaba esconder el menor evitando el contacto visual lo mostraban.

—Claro, no hay problema —murmuró cabizbajo, no queriendo agobiarlo, porque notaba que quería pasar desapercibido.

Idiota, idiota. Dile algo. No te quedes aquí callado. ¡Di algo!

—A-antes de que te vayas —dijo apresuradamente el pelinegro, observándole ya con el plato entre sus manos, en la puerta de la entrada que daba al pasillo.

Este se detuvo, y lo miró directamente a los ojos. Taeyong apretó la tela de la funda del sofá individual con la mano que tenía posada justo al lado de su muslo, intentando rescatar la poca valentía que tenía resguardada dentro de su cuerpo.

Blau ❜ ┊ jaeyongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora