ଘ(੭*ˊᵕˋ)੭* ੈ♡‧₊˚

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Los días siguientes a ese suceso, Taeyong estuvo evitando a Jaehyun. El contrario no se lo tomaba a mal porque, cada vez que se encontraban en casa, él se sonrojaba ferozmente e iba a encerrarse en su habitación. Luego de eso, un minuto después, Taeyong le enviaba un mensaje disculpándose. El primer día estuvieron hablando a través de KakaoTalk, el segundo Jaehyun logró comunicarse a través de la puerta, ambos sentados contra esta, justo antes de irse a dormir. Y, el tercer día, no sabía cómo iban a seguir comunicándose, porque conocía demasiado bien a Jaehyun como para saber que él no era muy paciente con esas cosas.

Así que, Taeyong ya encerrado en su cuarto jugando con la Switch antes de ir a cenar, cuando escuchó la puerta del piso abrirse se tensó.

—Taeyong, ¿puedo verte y hablar contigo? —dijo justo después de que unos nudillos tocaran la puerta.

Apagó la consola y notó sus mejillas arder nuevamente. Lo echaba de menos, extrañaba su cercanía y pasar momentos junto a él, a pesar de que solamente pasaron dos días en que había ausencia de estos.

—Sí... —respondió con un hilo de voz, antes de esconderse bajo las mantas.

Lo primero que escuchó fue una risa de adoración, cosa que hizo que se hiciera más bolita. ¿Cómo podía mirarle a la cara si recordaba todo lo que había ocurrido hacía apenas tres días?

—¿De nuevo te escondes bajo las mantas? —lo sintió sentarse en la cama, de nuevo, con su mano acariciándole su espalda—. ¿Nos contamos secretos?

—Cállate... —lloriqueó infantilmente, dejándose caer en su dirección. Su cabeza topó contra el pecho ajeno, sintió sus brazos rodear su cuerpo y ronroneó levemente—. ¿No ibas a salir hoy?

—No iré.

—¿Por qué? —se le hizo extraño que no saliera con sus mejores amigos, porque siempre se lo pasaba en grande.

—Porque me apetece más estar contigo.

Taeyong se sintió derretirse y terminó deslizándose hasta su regazo, tirando de la manta que terminó haciendo descubrir sus pies y parte de su cuerpo, ya que estaba arrodillado en la cama.

—No tienes por qué abstenerte a salir por mí... —murmuró deseando en ese momento golpearlo, abrazarlo... besarlo.

—No digas tonterías... no siempre tengo que salir cuando ellos lo hagan —el mayor notó como sus manos tomaban el extremo de las mantas y las apartaban de su cuerpo—. Tengo más ganas de estar contigo que salir.

En el momento que la manta ya dejó de cubrir su cabeza, la alzó, cohibido. Se posicionó en su mismo nivel, aún arrodillado. En el fondo, Taeyong deseaba que se quedara con él. Pero... cuando lo tenía cerca sentía tal arrullo de emociones dentro de su cuerpo que se le hacía difícil actuar con normalidad. Quería decirle tantas cosas, preguntarle de otras, que no sabía por dónde empezar. Su rostro volvió a sentirse caliente y miró sus manos, cabizbajo.

—Si quieres que me vaya, dímelo. Pero estaré en mi habitación.

—No quiero que te vayas... —su mano, fue directa a tomar la ajena y la acunó entre las propias—. Quiero que estés aquí.

Ambos se quedaron en silencio. Taeyong quería hablar. Quería, quería, quería. Pero no podía. Le costaba demasiado hablar de cosas que lo mataban de vergüenza.

Pero algo se le pasó por la cabeza. Quizás no era la mejor manera de hablarlo con él, pero estaba seguro de que lograría hacerlo.

Se levantó sin decir nada, notando la mirada de Jaehyun posada en él. Tomó el móvil de su mesa y se mordisqueó el labio inferior al ver que le había enviado mensajes.

Blau ❜ ┊ jaeyongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora