Blau ❜ ┊ jaeyong

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Todo el piso se encontraba a oscuras. Pocos coches pasaban ya por la calle al ser casi las tres de la madrugada. El único ser vivo habitaba en su habitación era Taeyong. Escondido bajo una manta, cambiada de KakaoTalk a Twitter de vez en cuando, intercalando la historia que estaba leyendo con la conversación tan sin sentido que mantenía con un borracho Jaehyun.

—Jaehyunie, deja el móvil y vuelve con tus amigos. No has dejado de hablarme desde que entraste, y vas a quedarte sin batería —grabó un audio ahora que sabía que había salido fuera, o al menos eso entendió entre todo el desorden de letras que había en cada palabra que Jaehyun le enviaba.

"No quiero..." respondió con otro audio, escuchándose música de fondo y muchísimas voces alrededor de él. Como hablaba de forma lenta y alargando algunas vocales, Taeyong pudo atrapar con facilidad lo que pronunciaba. "Quiero hablar contigo...", siguió, con el tono algo apagado.

Taeyong no tardó en escribirle, preguntándole si estaba bien.

"Yo... soy alguien horrible, Taeyong. Horrible... No soy capaz de hacerla feliz, sé que no la hago feliz. No merece a un idiota como yo. Yo... lo he estropeado todo, ¿sabes? Y... no sé cómo decirle que ya no estoy enamorada de ella. No merezco nada, nada... No sé por qué tengo amigos, Yongie. Soy lamentable". Había empezado a llorar, en medio del audio. El corazón de Taeyong dolía, y deseaba estar ahí con él para abrazarlo, decirle que nada de eso era verdad.

Jaehyun empezó a grabar otro audio, y Taeyong se carcomió las uñas mientras esperaba que lo enviara.

"¿Sabes qué...?", inspiró por la nariz, porque estaba mocoso. "Voy a casa. Quiero estar contigo. No quiero estar aquí, Yongie... Les diré a mis amigos que voy a volver. No, qué más da. Casi no he hablado con ellos. Espérame".

—¿Está loco? —susurró para sí mismo, tecleando ansiosamente el teclado de su móvil para intentar convencerle que no viniera, al menos, no solo.

Pero ya no respondió más. La ansiedad del chico empezó a crecer y, a pesar de que mantener conversaciones telefónicas le causaba ansiedad, lo llamó, muchas veces. Pero no respondía.

¿Y si le pasaba algo? Estaba seguro de que su estado no era el idóneo para moverse tan tarde por las calles de Seúl y, tanto su tono de voz y las faltas tanto ortográficas como de sintaxis, denotaban que muy probablemente su equilibrio y coordinación estaban igual de alteradas por los efectos del alcohol.

No sabía qué demonios hacer. Sí sabía en cuál discoteca había ido, pero no sabía qué línea de metro había tomado para acercarse, o si había ido con uno de sus amigos. Y... si no fuera porque estaba luchando internamente contra su ansiedad social, ahora mismo ya estaría preparándose para ir a buscarlo. Pero... se estaban juntando todos sus miedos. Ir muy tarde por las calles, pasar por zonas transitadas por muchas personas; sobre todo de su edad, de mundos que eran completamente diferentes al de él.

Personas que lo miraban por encima del hombro, que vestían diferentes que él, que juzgaban a personas parecidas a Taeyong. Y eso no lo soportaba, era lo que más le dolía vivir, y más mal le hacía sentir.

Pero... quería hacerlo por Jaehyun. Necesitaba saber que estaba bien.

Volvió a marcar su número y se levantó del único lugar del cual estaba cómodo y nunca solía querer salir; su cama. Abandonando su burbuja de confort, maldijo en voz baja cuando volvió a saltar el contestador y decidió vestirse antes de perder más tiempo. Se abrochó el abrigo, cogió las llaves y volvió a llamarlo.

La ansiedad le golpeó todo el pecho cuando cerró la puerta del piso.

Todo irá bien, Jaehyun estará bien. Solamente has de no mirar a nadie, no hagas contacto visual y no te van a mirar, se intentaba autoconvencer, con el móvil pegado en su oreja.