—Oye, Taeyong.
—Dime —se comió la torre negra del adverso con su caballo blanco, después de haber pensado atentamente cómo movilizar sus piezas.
—Quiero emborracharme.
Taeyong rio, sorprendido ante la confesión de su amigo Yuta. Movió sus pies en el aire, ya que los dos estaban echados boca abajo en el suelo, con el tablero entre ambos cuerpos.
—Sabes que beber mucho afecta el hígado —le dijo, mordiendo su uña porque no quería que Yuta le comiera el caballo.
—Bueno, no quiero llegar a ese extremo —aclaró, sin quitar los ojos del tablero y las figuras—, sino, quiero sentir cómo es estar ebrio. Todos los que veo que beben parecen muy felices, y tengo curiosidad.
Taeyong se quedó pensativo. Era verdad que él también tenía curiosidad por saber cómo se sentía uno con las facultades mentales y físicas alteradas y poder reír por todo. Pero, no se veía bebiendo. No le pegaba. Y tampoco lo haría solo, porque no tenía a nadie para hacerlo.
—Oye. ¿Cómo sería beber y jugar al ajedrez al mismo tiempo? —rio, imaginándose la situación.
—Sería divertido... —fijó su mirada en el armario del salón. Cuando Jaehyun salía, solía comprar alcohol porque dentro de la discoteca le explicó que era muy caro, y, la última vez, volvió con algunas botellas que habían sobrado—. Tenemos alcohol...
—¿En serio? ¿De cuál?
El pelinegro rio divertido, porque no tenía ni idea de los tipos que había ni nada.
—Yo qué sé —ambos rieron, y este se levantó para acercarse al armario y sacarlas—. Este dice que tiene sabor piruleta...
—¿De verdad? —abrió el tapón, y así era, olía a piruleta de las que te dejaban la lengua roja—. Taeyong, Taeyong, huele.
—Dios, no puedo creerme que huela igual. Este huele mucho más fuerte. Es ginebra, pone...
—¿Los probamos? —preguntó Yuta, leyendo el grado que tenían ambas bebidas.
—Sí... por qué no.
Por cada figurita que era comida, tenían que beber un buen trago. Al principio, ambos casi mueren cuando bebieron directamente la ginebra, hasta que se dieron cuenta que solía mezclarse con algún refresco. Pero, la piruleta, era mucho más suave y, sí, parecía que hubieran mezclado piruletas con un toque de alcohol.
—Ugh, está muy malo. Me quema todo el esófago —gruñó después de tomar el tercer trago, poniendo malas caras—. No sé cómo a la gente le gusta el alcohol.
—Lo mismo digo —respondió imitando la expresión de asco.
Aun así, siguieron bebiendo, sin notar ningún cambio en su fisiología o facultades mentales. Yuta llevaba bebidos tres tragos mientras que, Taeyong, ya llevaba seis. No estaba siendo su mejor partida.
—Demonios, voy a terminar borracho como una cuba, deja de comerme a mis piezas —gruñó al ver que se comía una de sus torres—. ¡No lo vi!
Y se bebió otro, mostrando mala cara por la horrible sensación que le causaba el alcohol pasando por su esófago. Estaba seguro de que, antes de emborracharse, terminaría vomitando.
Entonces, llamaron al móvil de Yuta, el cual no tardó en contestar. Era su hermano.
—¿Qué? ¿Tengo que ir ahora? —se mordió el labio inferior, mirando a su amigo después de haber escuchado un buen rato lo que le decía su hermano—. Ugh, está bien. Ahora vengo.
—¿Qué ocurre? —preguntó con una mirada de terror el pelinegro.
—Que necesita ayuda para un asunto de su empresa. Dios, suerte que sólo he bebido tres, espero que no me afecten, qué vergüenza —añadió, levantándose del suelo.
—¡¿Me vas a dejar solo?! ¡Jaehyun no volverá dentro de dos horas! —exclamó mirando el reloj de la pared—. Empiezo a sentirme raro. ¿Y si me muero? —sollozó, llevándose las manos a la cabeza.
—Avísame si terminas muy ebrio, pero seguro que no te pasará nada. No salgas de casa, y lo siento, de verdad. Cualquier cosa me llamas —abrazó a su amigo, el cual ya al moverse notaba su cabeza algo dispersa.
—Nunca dejaré de recordarte el día que Taeyong terminó borracho y fue abandonado por su amigo —bromeó, llevándolo hasta la puerta—. Es una sensación muy rara. Es como si estuviera mareado, pero no es desagradable.
—Ay, me das un poco de envidia. A la próxima prometo no abandonarte —le prometió, dándole un par de palmadas en su hombro—. Te iré hablando por KakaoTalk.
—Cuídate, Yuta.
Cerró la puerta y empezó a recoger las cosas del comedor cuando llegó a este. Ese estado de embriaguez iba en aumento, pero, al menos, era consciente de todo lo que hacía. Guardó de nuevo las botellas a su sitio original y llevó los vasos, llenos, a la cocina. Cuando iba a tirar el contenido en la pica de la encimera, algo se le cruzó en la mente.
Seguramente no era buena idea. Pero, alguna vocecilla le decía que lo hiciera, que podría ser divertido. Esa misma voz causó que Taeyong riera por sus ocurrencias, las cuales llevó a cabo en el momento que llevó el borde de uno de esos vasos hacia sus labios.
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Blau ❜ ┊ jaeyong
Fanfiction「 Cuando dos mundos diferentes pero dos corazones semblantes, chocan uniendo a TaeYong y JaeHyun en el mismo piso compartido. 」 ㅤㅤ› 🐋 · au ! fluff and smut ㅤㅤ› 🐋 · Capítulos de extensión variable ㅤㅤ› 🐋 · 31.3 K palabras ㅤㅤ› 🐋 · Escrito en: 2019