-¡Tengo miedo joder! - exclamé - ¡Tengo miedo de que algo malo te pase,no quiero perderte! ¡No quiero volver a despertar sin ti,no quiero,por favor,no lo hagas!
-Tranquila,no me vas a perder, juro que no te desarás de mi tan fácilmente - susurró mie...
Entré y dejé la mochila en la entrada. Fui al salón y me acosté sobre el sofá, tenía mucho sueño, desde que nos vinimos a vivir aquí he empezado a tener otra vez las horribles pesadillas. Yo tenía una hermana pequeña, se llamaba Madison. Era un amor de niña, la adoraba. Tan solo tenía cinco años cuando un día, un coche la atropelló. Ella acabó muriendo en la sala quirúrgica del hospital mientras que la operaban. Según dijeron no hubo nada que se pudo hacer para salvarla. Me acuerdo perfectamente de ese día, era su cumpleaños, estaba feliz de que cumplía cinco años, iba de lado a lado inquieta. Quería saber que le íbamos a regalar. Me levanté ese día con el pie izquierdo ya que el día anterior lo dejé con mi novio, lo pillé al muy cabrón besándose con otra. Mi madre me obligó a llevarla al parque, yo no quería, discutí con ella. Madison dijo que no iríamos, que le daba igual, pero se le veía triste. Aunque no tenía ganas la llevé, no podía soportar verla cuando ponía los ojos llorosos. Fuimos al parque y nos quedamos allí casi todo el día. A cosa de las seis de la tarde mi madre me llamó para decirme que podía llevar a Madison a casa, toda la familia estaba allí en casa para celebrar el cumpleaños de la pequeña. Nos estábamos yendo cuando mi ex apareció agarrándome de la muñeca, diciendo que quería hablar conmigo. Le dije a Madison que me esperara un momento,que no se moviera de donde estaba. Nos fuimos debajo de un árbol a hablar. Decía que lo sentía, que verdaderamente el me quería, que estaba muy arrepentido de lo que pasó. Empezamos a discutir. Entonces me quise ir, pero a él no le pareció buena idea, me cogió con fuerza de la muñeca y me hizo retroceder. Pero escuché un grito y un montón de pitidos de coches, giré mi cabeza. Y allí estaba, tirada en el suelo,con un montón de sangre alrededor, parecía surrealista. Me empezaron a temblar las piernas. Me solté del agarre de él y salí corriendo hacia Madison. Alguien llamó a la ambulancia. A partir de ahí no recuerdo nada más, según mis padres me desmayé. A partir de ese día dejé de comer. Dejé de dormir. Dejé de sonreír. Dejé de hablar. Simplemente me limitaba a mirar hacia mi alrededor y observar como todo había cambiado por mi culpa. Si yo tan solo hubiera dicho que no. Si me hubiera quedado con ella. Si tan solo eso no hubiera pasado... Pero claro que pasó. Mi ex empezó a seguirme a todas partes, decía que lo sentía, que le perdonara. Mis padres pusieron una orden de alejamiento contra él, pero yo lo seguía sintiendo a cada paso que daba, cada cosa que hacía. Me llevaron a un sicólogo. Al parecer tenía un trauma, algo normal después de la muerta de mi hermana. Dejé de sentir a cada cosa que hacía a mi ex, empecé a comer, a dormir, volví al instituto. Volví a hacer vida normal. Pero las pesadillas estaban ahí. Dejé de tenerlas por un tiempo. Pero desde hace un par de días las vuelvo a tener. Y cada vez son más seguidas.
Me levanté del sofá y pensé que lo mejor sería ducharme para alejar esos pensamientos y aquellos recuerdos que habían vuelto. Al salir de la ducha me fijé que todavía faltaba mucho para que mis hermanos volvieran. Por lo que decidí salir a dar una vuelta para conocer un poco la ciudad. Me fui al armario de mi habitación, haber que me pondría. Me decidí por unas mallas negras, un jersey verde y unos botines negros. Me recogí el pelo en una cola.
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Cogí el móvil y las llaves de casa y fui a un investigar un poco la ciudad.
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