Diferente

Capítulo 5

¿ Os acordáis que dije que iba a ver la ciudad? Pues me he perdido,llevo como una hora dando vueltas y no tengo ni puta idea de donde estoy.
Estoy frustrada. ¡Dios! ¿Por qué no me habré quedado en casa? Ahora mismo podría estar comiendo un rico tazón de cereales, pero ¡noo! Porque a mi se me ocurrió la fantástica idea de ver una ciudad que no conozco. Me merezco un aplauso en enserio, o una ostia, haber si así me furulan las neuronas.
A mi alrededor solo hay casas,casas, coches y más casas. ¿He dicho ya que hay muchas casas?
Lo peor de todo es que me he quedado sin batería en el móvil, y no cogí dinero antes de salir de casa. ¡Genial,simplemente genial!
Nótese la ironía.
Ahora mismo me encontraba en un cruce. ¿Derecha o izquierda? ¿Izquierda o derecha? ¿Por donde voy? Tss,total,voy a seguir perdida igual,no importa por donde tome.
Cogí la derecha y seguí calle abajo hasta que terminé en un bosque.
Genial,un bosque ¿enserio?
Me di la media vuelta y no recordaba por donde había tirado, ¿que calle cogí antes, la de que la esquina tenía las paredes blancas o en un tono verde?
Joder ¿por qué tendré tan mala memoria?
Decidí que lo mejor era entrar en el bosque,así investigaría un poco mejor.
Me empecé a adentrar en el bosque,tanto que ni me di cuenta de que había oscurecido. Ahora si que estaba perdida. Lo único que veía era árboles y más árboles, lo peor es que eran todos iguales.
Quería llorar en ese instante.
¿Por qué me tenía que pasar a mi?
Seguí caminando hasta que escuché unas ramas romperse a unos metros de mi.
¿ Y ahora qué? ¿Un asesino en serio o qué?
Me giré decidida a enfrentar que era lo que había a mis espaldas, pero cuando lo vi me quedé impactada.
Un perro.
Un perro grande.
Y encima empezó a gruñir.
Perfecto. Ahora si que quería llorar.

— Perrito bonito,perrito guapo- susurré mientras que por inercia puse las manos delante de mi en señal de protección.

El perro empezó a gruñir aún más fuerte.
¿¡Enserio?!

— Vamos, no me vas a hacer nada ¿no? - susurré con la voz entrecortada mientras que retrocedía.

El perro pareció darse cuenta porque empezó ha acercarse a mi lentamente. Parecía que en cualquier momento el perro iba a avanlanzarse sobre mi y me iba a clavar su perfecta mandíbula en mi clavícula.
El miedo empezó a apoderarse de mi.
¿Este iba a ser mi último momento?
¿Iba a morir hoy? ¿Iba a morir por culpa de que me había perdido?
Las lágrimas empezaron a salir de mis ojos.

—Por favor... - susurré ,creyendo que el perro me iba a dejar ir como si nada y me dejaría vivir.

—¿Donde te has metido Strong? - se escuchó una voz ronca masculina a unos metros de mi y del perro.

Reconocí esa voz al instante.
Stephen salió de detrás de unos arboles.
El perro se giró y corrió en su dirección.
Stephen giró la cabeza y su atención cayó en el perro. Sonrió y lo acarició mientras que el perro ladraba y sacaba la lengua juguetón.
Stephen fue a mi dirección.

—¿ Qué haces en el bosque? - preguntó mientras que fruncía levemente el ceño.

— Esta mañana salí a conocer un poco la ciudad, y me perdí. Entré en el bosque, y cayó la noche. Me quedé sin batería en el móvil y tampoco tengo dinero. Estaba andando cuando apareció ese perro y empezó a gruñirme y acercarse de manera amenazante hacia a mi - dije mientras resfregaba mis manos contra mis mejillas para borrar todo rastro de lágrimas.
Stephen me miró incrédulo. Luego me echó otra ojeada y estalló en carcajadas.

—¿  Enserio? - preguntó entrecortado por las risas.

Asentí frenéticamente con la cabeza mientras que más lágrimas caían.
Stephen pareció darse cuenta de que estaba llorando porque dejó de reírse y se acercó a mi.
Me envolvió en sus brazos y me dio caricias en la cabeza. Me quedé estática un momento. Cuando reaccioné envolví mis brazos en su cuello y hundí mi cabeza en su pecho. Me sentía segura entre sus brazos. Me sentía a salvo de todo y de todos. No quería salir de entre sus brazos.