Capítulo 22

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Llegamos a su casa rápidamente.
Es una casa acogedora de color blanco y de dos pisos.
Tiene un pedazo de patio delantero decorado con múltiples flores de varios colores.

Salimos del coche y llamamos al timbre.
Una Melissa despeinada,con ojeras y con los ojos rojos de llorar nos habrió la puerta de la entrada.

—¡Vamos a la farmacia más cercana!

No nos dio tiempo a saludarnos cuando Daniella nos llevó a rastras hacia la farmacia más cercana que quedaba a unas tres calles más alejadas.

Compramos cuatro test por si alguno fallaba,nos volvimos a meter en el coche y aparcamos en la puerta de la casa de Melissa.

Nos sentamos en el sofá de cuero marrón de su sala de estar enfrente de una televisión apagada para esperar a que Melissa saliera del baño con todos los test.
Los dejó encima de la mesa baja que teníamos delante y se sentó entre ambas,cogiéndonos las manos y apartando algunas lágrimas que caían de las ojos de la rubia.

Llevabamos veinte minutos esperando ,ya no me sentía ni la mano derecha de tanto que me apretaba Melissa.

—Joder...- murmuró Daniella echándose para atrás.

Melissa se levantó y miró los cuatro test llevándose las manos a la boca y abriendo al máximo sus ojos llorosos.

Me levanté lentamente del sofá y vi las pruebas, todas daban negativo.

Espera, ¿negativo?

—¿Ne-negativo?¿Pero cómo...? -tartamudeó la rubia.

—¡Vamos a un hospital! A lo mejor los tets han fallado,o puedes estar enferma -Daniella suspiró, cogió las llaves de su coche y nos empujó para meternos en el coche.

El camino hacia el hospital fue algo largo y muy tenso,ni siquiera la radio quitaba ese nivel de tensión que emanaba de nuestros cuerpos.

Le entregamos los papeles médicos y le explicamos la situación a una mujer que trabajaba allí como enfermera que conocía a Daniella.
Nos dijo que nos sentamos y nos calmasemos,que vendría pronto con algún ginecólogo o ginecóloga y a Melissa le harían pruebas de sangre y seguramente también de pis.

Llevabamos esperando que los resultados de las pruebas salieran cosa de hora y media y estábamos más que impacientes.

—¿Llamo a Poll? -preguntó susurrando Daniella.

Melissa negó rápidamente con cara asustada.

—¡No,por favor!

—¿Y si estás embarazada?

— Se lo diré, pero más adelante.

—Si claro,espera,ya de paso cuando el niño o niña tenga diez años, no te jodes.

—Daniella tranquila, respira hondo, esto también es nuevo para ella y está incluso más nerviosa que tú -intenté tranquilizarla.

—Lo siento, joder, es que de pensar que puedo llegar a ser tía.

—¡Oye! -se quejó Melissa entre risas.

La misma mujer de antes salió de una puesta blanca y se acercó a nosotras.

—Melissa,tenemos los resultados,ven.

Melissa se levantó insegura y la siguió hasta adentrándose en una habitación.
Daniella no se lo pensó dos veces y cogió el móvil.

—¿Qué haces? -pregunté curiosa.

—Le voy a decir a los chicos que vengan.

—Ahh...Espera, Melissa ha dicho que no llamemos a nadie.

—Los chicos se van a enterar al fin y al cabo, y prefiero que sea por nosotras antes de por terceras personas y desconfíen de nosotras y después se quejen de que no le contamos nada.
Dicen que vienen en camino,que en menos de diez minutos estarán aquí.

—¿Crees que Melissa se enfade con nosotras?

—Seguramente,pero tiene que afrontar las cosas y después paso de tener que estar peleada con Poll por una estúpida decisión de Melissa que más tarde se arrepentirá de tomar.Si está embarazada, Poll tiene todo el derecho de saber que va a tener un hijo,y Melissa no puede esconderselo aunque tenga miedo, porque si Poll de verdad la ama,no la va a dejar,puede que al principio le impacte y no sepa que hacer,pero él la ama con toda su alma,al igual que ella a él, se le ven a ambos en los ojos,en como se miran.

—Tienes razón, pero la decisión de contárselo al fin y al cabo es de Melissa,es la que lleva el niño dentro de su ser,no tú para que decidas cuando decirlo a los demás, ella es la que más impactada está,entiendela Daniella, esto es un golpe muy fuerte para ella,no sabe como se lo va a decir a sus padres,si se lo va a quedar o va abortar, ¡ni siquiera sabemos si está embarazada o no joder!

Los minutos pasaban y nosotras seguíamos en silencio.
Sentí una mano en la zona de la espalda baja por lo que di un salto asustada y giré mi cabeza.

Stephen empezó a reír y me atrajo a su pecho mientras que me abrazaba y acariciaba con una mano y cabello y con la otra mi cintura.
Le di un beso en el cuello y dejé mis manos descansando alrededor de su cuello.

Por el rabillo del ojo pude ver como Lucas se sentaban y cogía a Daniella para que se sentara sobre su regazo.

Poll se sentó bajando la cabeza y desordenando su cabello. Se notaba que estaba preocupado y nervioso ya que no dejaba de tocarse la nuca de forma inquieta.

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