Diferente

Capítulo 29

Stephen me inspeccionó el rostro,y tocó mi labio,haciendo que un gemido de dolor se me escapara.

—¡Bueno,chicas,vamos a ver como estáis!

Un hombre mayor,de aproximadamente unos setenta y ocho años,se encontraba al fondo de la sala junto con un maletín marrón.

—¿Quién es?

—Warren,nuestro médico personal -respondió Poll.

Warren se acercó a paso lento hacia Melissa,levantándole la cabeza y observándole la nariz.
Chasqueo su lengua.

—Tienes la nariz rota.Ven,vamos al baño.

Se llevó a la rubia hasta el baño para ser tratada,mientras,los demás, nos sentamos en el cómodo sofá de la sala de estar.

Al rato,volvieron a la sala. Melissa tenía una especie de cinta al rededor de su nariz,ahora,de un color morado y rojo.

—Ahora voy contigo.

Me levanté y me dirigí hacia el hombre.
Observó mi labio y mejilla,hundió su dedo en mi magullada mejilla,haciendo que me quejara.

—Voy a tratarte el labio,y darte una pomada.

Nos dirigimos hacia el baño,donde me cosió con cuidado el labio,y me expandía la pomada,me dio una serie de instrucciones y nos volvimos a dirigir a la salar de estar.

Me senté al lado de Stephen, mientras Daniella se levantaba para ser examinada.

—¿Tienes algún corte o algo? -le preguntó.

—No,solo tengo un leve dolor en el brazo.

Warren hizo un movimiento de cabeza,indicando que le enseñara  el brazo.
Daniella se subió la manga de la camiseta,dejando ver su brazo con un leve color morado.

—¿Solo te duele el brazo?

Daniella asintió.
Warren sacó otra pomada de su maletín,expandiéndola sobre su magullado brazo.

—Bien,¿algo más? -negamos con la cabeza hacia la pregunta del médico –pues yo me voy ya entonces, si no me necesitáis.

Nos despedimos de él, y volvimos a sentarnos en el sofá.

—¿Qué ha pasado chicas? -cuestionó Lucas.

Las chicas y yo nos miramos,pensando en quien iba a empezar.
Daniella suspiró, y empezó a hablar.

—Estábamos en el centro comercial, cogí un vestido para probármelo,y Brittany llegó diciendo que ese vestido era suyo y esas tonterías, nos siguió hasta los aparcamientos, donde cogió a Allyson,y mientras,nosotras,nos encargábamos de Sarah.

Los chicos la escucharon atenta.
Al acabar,Stephen se levantó y empezó a maldecir,mientras Lucas,contraía la mandíbula.

—¡Esa maldita zorra está loca! -grito Stephen.

—Esa no sabe lo que acaba de hacer -murmuró Poll.

Un móvil empezó a vibrar,Melissa sacó su móvil y atendió la llamada.

Guardó su móvil al cabo de unos minutos de una discusión con sus padres.

—¿Qué pasa? -preguntó Daniella.

—Se me había olvidado por completo,es el bautizo de mi primo.

—Pues ve a arreglarte.

—¡Pero es que no quiero ir! ¡Mi familia por parte de padre me cae fatal,enserio!¡No los soporto!