Capítulo 34

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¡Bip,bip,bip!

Desperté con un pitido pegado a mi oído.

Abrí los ojos escrutándolos y levantándome.

Estaba tumbada encima de una especie de cama blanca con sábanas azules claras.
Alrededor de mi brazo tenía agujas conectadas a varias máquinas que emitían sonidos.

Las paredes al igual que el suelo y el techo eran blancos,dando un color neutro a la habitación, la cual estaba iluminada por un ventanal al lado de un pequeño televisor y un sofá.

Me destapé y observé mi muslo envuelto alrededor de vendas.

Un pequeño dolor llegó a mi mente junto con un recuerdo.

Ya me acordaba.
Me habían disparado en el muslo,y posiblemente solo me hubiera desmayado.

Intenté colocarme de pie,mientras mis piernas tambaleaban impidiéndome poder estar equilibrada y volviéndome a caer sobre la cama.

-Joder,haya vamos otra vez... -susurré sobre mi misma.

Intenté levantarme otra vez,esta vez apoyándome sobre una de las máquinas.

¡Brum!

Cerré los ojos al escuchar el sonido de impacto de la máquina contra el suelo.

Ahora si que la había liado.

Y lo peor,es que no me podía levantar del suelo,porque me dolía a rabiar el muslo.

Justo en ese instante la puerta se abrió dejando entrar a Stephen.

Tenía la mirada agacha,pero aún así se le notaban las ojeras y los labios resecos.
Tenía el pelo revuelto y la ropa arrugada.

Levantó la mirada con los ojos cristalinos frunciendo el ceño.

-Hola... -murmuré saludándolo con la mano.

Dejó caer sus rodillas y se abalanzó sobre mi sin previo aviso,haciendo que un grito de dolor emergiera de mi.

Se separó de mi asustado.

-¿Te he hecho daño? ¿Estás bien? ¡Joder es que soy imbécil!

Antes de que pudiera continuar me reí y lo abracé con todas mis fuerzas,uniéndolo lo máximo posible hacia mi,intentando ser uno.

Acaricié su nuca mientras lo acurrucaba entre mis brazos.

-¿Cómo te encuentras? -se separó centímetros de mi,acariciando nuestras narices,sin llegar a hacer contactos con los labios.

-Me duele la pierna -me quejé.

Stephen me cogió con cuidado de no hacerme daño,y me dejó encima del colchón, colocando también la máquina a un lado.

Se sentó a mi lado, volviendo a abrazarme,pero esta vez,también besándonos.

-Te he echado de menos pequeña -susurró al separarnos.

Un nudo se hizo en mi estómago, cristalizando mis ojos.

-Yo también.

Nos miramos fijamente a los ojos hasta que la puerta se abrió brutalmente dejando entrar a mis hermanos y a mis padres,los cuales se tiraron encima mía.

-¡Arhg!

Se quitaron de encima mía rápidamente.

-¿Qué estás haciendo tú aquí? -mi madre señaló con su dedo índice, acusando a Stephen.

¿A qué se refería?

-Todo esto es tu culpa,debería darte vergüenza, mi hija a estado a punto de morir,mi tesoro,¡por tu culpa,y encima tu tienes el descaro de venir aquí y presentarte!

Abrí la boca incrédula. ¿Iba en enserio?
Stephen no tenía nada de culpa.

Antes de que nadie abriera la boca,hablé.

-Mamá para.

Todas las miradas fueron hacia mi.

-No Allyson,tu madre tiene razón, yo...

No dejé acabar a Stephen.
Le agarré las manos y le miré a sus preciosos ojos.

-No,no es tu culpa,ni se te ocurra pensarlo,fue culpa mía, fui yo la que decidí salir de aquella habitación,incluso cuando tu me advertiste de que no lo hiciera,es culpa mía, y tú - miré a mi madre - ni se te ocurra culparlo porque no fue su culpa,yo soy la culpable,tampoco sabes lo que pasó, no estuviste allí y no lo conoces para hablarle así.

-¿Acaso le estás defendiendo Allyson? -levantó la voz mi padre.

-Sí -afirmé sin ninguna duda.

-¡Has estado a punto de morir joder! Pero,¿tú en que mierdas piensas? - aventó Matt asqueado.

-No le grites -me defendió Stephen.

-¡Y tú a mi no me digas lo que hacer!

-¡Alejaté de mi hija! -gritó mi madre.

-¡Callaros de una maldita vez! -cerré los ojos adolorida.

Y al fin había silencio,pero,se escuchaba el aleteo del respirar de Matt,indicando que estaba enfadado.

-No quiero veros,iros por favor -acabé por susurrar.

Mi familia me miró incrédula.

-¿Le prefieres a él, antes que a nosotros? -preguntó adolorida mi madre.

Sabía que eso que acababa de decir le había dolido en toda su alma,pero era la verdad,y ya no podía

A mi también me dolía, no es fácil decirle eso a tu familia y verlos como se les escapan algunas lágrimas, pero tenían que saberlo.

Asentí con la cabeza,volviendo agarrar la mano de Stephen con la mía, uniendo nuestros dedos.

-Ni se te ocurra volver a entrar en mi casa - escupió con asco mi madre antes de marcharse.

Cerró de un portazo,dejándonos a Stephen y a mi a solas.

Y me derrumbé.
Las lágrimas empezaran a salir sin mi consentimiento y deslizarse sobre mi rostro.

Stephen me abrazó cuidadosamente.

-Lo siento.

-No,no es tu culpa -negué repetidamente -no lo es.

-En cuento te den el alta,te vendrás a vivir conmigo.

-Vale.

No tenía más ganas de discutir.

Me dejé llevar por las caricias de Stephen mientras mi pierna seguía doliendo.

Y caí dormida entre sus brazos.

Donde estaba segura y tranquila.

Tenía ganas de ver a Melissa y Daniella,pero no podían venir,al igual que Poll y Lucas.

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